UE, dividida ante una estrategia poscoronavirus
14 de abril de 2020La línea dura de Francia
Este lunes (13.04.2020), en su tercer discurso televisivo desde el inicio de la crisis del coronavirus, el presidente francés, Emmanuel Macron, ya no habló de guerra, sino que trató de usar un tono más conciliador y humano. Si bien auguró "días felices" y admitió errores en el manejo de la crisis, se mantuvo fiel a su línea dura y anunció que las medias de aislamiento se alargarán hasta el 11 de mayo.
Las medidas de confinamiento francesas son de las más rígidas: no está permitido andar en bicicleta, solo es posible alejarse un kilómetro del domicilio, los parques y las playas están cerrados, al igual que todas las tiendas, con excepción de los supermercados. La economía está completamente paralizada.
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En Francia, hay más de 130.000 casos confirmados de coronavirus y casi 15.000 muertos. El Gobierno en París planea poner 645 mil millones de euros a disposición de la economía. Sin embargo, esto probablemente no alcanzará, ya que este monto ni siquiera incluye los costos del segundo mes de confinamiento. Según cálculos prudentes, la economía caerá un seis por ciento. La única certeza es que la deuda estatal crecerá este año por encima del cien por ciento.
España intenta reactivar la economía
Pese a los más de 17.000 muertos por el nuevo coronavirus en España, el Gobierno en Madrid ha empezado a levantar gradualmente las medidas de confinamiento. Esta semana, unos 300.000 empleados pudieron volver a sus puestos de trabajo. Ahí donde no sea posible mantener la distancia necesaria para evitar un contagio, así como en el transporte público será obligatorio usar mascarillas. Además, el Gobierno ha enviado un millón de pruebas a las autoridades de sanidad del país y anunció que enviará otros cinco millones más. Sin embargo, las tiendas, los restaurantes y los bares permanecerán cerrados hasta finales de abril.
Expertos temen que España podría sufrir más las consecuencias de la crisis del coronavirus que cualquier otro país de la Unión Europea. Se calcula que la economía retrocederá un 15 por ciento y que la deuda estatal crezca más de un 12 por ciento. Con medidas como la jornada de trabajo reducida el Estado deberá enfrentar una enorme carga social. La estrategia de Madrid consiste en reducir los daños económicos sin arriesgar un segundo brote de coronavirus.
Dinamarca y Austria, ante la salida del confinamiento
Dinamarca fue uno de los primeros países de la UE en cerrar las fronteras, prohibir las reuniones de grandes grupos de personas y mandar a los trabajadores a la casa. Ahora, los daneses son los primeros en Europa en levantar gradualmente las medidas de confinamiento.
A partir de este miércoles (15.04.2020), volverán a abrir las primarias y los jardines de niños, después se retomará la actividad laboral y lentamente se espera poder regresar a la vida pública. Sin embargo, la primera ministra, Mette Frederiksen, que ha sido elogiada por su manejo de la crisis, advirtió de una apertura apresurada y pidió proceder despacio y prudentemente.
Asimismo, esta semana, el Gobierno austríaco ordenó la reapertura de muchos negocios pequeños. Sin embargo, en los supermercados y el transporte público será obligatorio usar mascarillas. A partir del primero de mayo se planea volver a abrir las peluquerías y los centros comerciales. A mediados del próximo mes seguirán los restaurantes y los cafés. "Todo ello tendrá lugar bajo estrictas medidas de seguridad", dijo el canciller, Sebastian Kurz.
Italia: en Roma rige el miedo
Con más de 20.000 muertos, el norte de Italia es la región más afectada por la pandemia del coronavirus en Europa. De ahí que aún no haya estrategias concretas para una salida de la cuarentena. Los italianos esperan que el primer ministro, Guiseppe Conte, anuncie a lo largo de la semana sus planes para el futuro. Hasta ahora, rige un confinamiento estricto con medidas parecidas a las del Gobierno francés. En Roma se teme una segunda ola de contagios, en caso de que el confinamiento se levante demasiado temprano.
Conte planea una salida lenta y cuidadosa y rechazó las demandas de las asociaciones industriales del norte del país, que piden un pronto regreso a la actividad laboral. Economistas temen que el producto interior bruto pueda caer este año entre un seis y un once por ciento. La deuda estatal italiana asciende ya a un 135 por ciento. Por eso, el primer ministro Conte insiste en los coronabonos, las deudas compartidas en la eurozona, para superar la crisis. En el mejor de los casos, como estrategia gradual de salida, el Gobierno en Roma planea reabrir determinadas empresas. (VT/FEW)
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