UE: Francia se prepara para el referéndum
28 de febrero de 2005La sesión especial de las dos cámaras del parlamento francés, en Versalles, es una mera formalidad. Las enmiendas constitucionales, dirigidas a posibilitar la pronta realización del referéndum sobre la Carta Fundamental europea, ya ha habían sido aprobadas por amplia mayoría en la Asamblea Nacional y el Senado de París. En consecuencia, nada se interpondrá en el propósito del presidente galo, Jacques Chirac, de llevar a cabo la consulta popular cuanto antes. Lo que no está tan claro a estas alturas es si el resultado del referéndum será el esperado por el gobierno.
Comienza a flaquear el apoyo
Las amenazas no provienen de la esfera política tradicional. Los principales partidos franceses abogan por la aprobación de la nueva Constitución de la Unión Europea, siendo el comunista el único con representación parlamentaria que se opone. En consecuencia, el rechazo queda circunscrito, básicamente, a los extremos del espectro ideológico.
No obstante, las encuestas indican que el apoyo de la población a la Carta Fundamental europea comienza a tambalearse. Seguramente no es el texto en sí el que disgusta a un número cada vez mayor de franceses. De hecho, lo más probable es que sean muy pocos los que lo conozcan a cabalidad, como ocurre también en otros países. Lo que genera rechazo son aspectos colaterales, como la discusión sobre el futuro ingreso de Turquía a la Unión Europea, que despierta muchos resquemores. En otro terreno, también los campesinos amenazan con negar su voto a la Constitución de la UE, argumentando que la reforma de la política agraria europea los despojará de subvenciones.
Mucho en juego para Chirac
El bando de los que llaman a votar "no" se nutre igualmente del creciente descontento con el gobierno. Su imagen se ha visto perjudicada, por ejemplo, por el escándalo del ministro de Economía y Finanzas, Hervé Gaymard, que pretendía financiar sus lujos con dinero estatal y entretanto tuvo que renunciar a su cargo.
Múltiples son pues los factores que podrían provocarle dolores de cabeza al presidente. De ahí la premura en celebrar el referéndum, antes de que otro imprevisto ponga realmente en serio peligro el "sí". La fecha, prevista en un comienzo para el otoño nórdico, será adelantada probablemente para mediados de mayo. Chirac intentará hasta entonces minimizar el riesgo de un fracaso, que no sólo echaría por tierra el proyecto constitucional europeo sino también el futuro político del propio jefe de Estado galo.