Comisión propone reforma a Schengen
16 de septiembre de 2011
Cada año mil millones de veces los europeos cruzan una frontera de alguno de los países que pertenecen al Tratado de Schengen. “Son 25 Estados, con 400.000 millones de habitantes en total”, explicó la comisaria europea de Asuntos Interiores, Cecilia Malström, al presentar en Bruselas este viernes (16.09.2011) una propuesta para reformarlo.
Indudable es que la libre circulación de bienes y personas –que existe desde hace 25 años- ha aportado al bienestar europeo y es algo único. No obstante, en el primer tratado, firmado en la luxemburguesa Schengen, eran sólo cinco los miembros. Entretanto, el espacio de libre circulación es inmenso y hay varios interesados más en pertenecer al club.
La controversia
Poniendo en juego uno de los mayores logros de la Unión Europea, Francia introdujo en el verano controles fronterizos para hacer frente a la avalancha migratoria proveniente del norte del África. Dinamarca, por su parte, quiere reinstaurar el control permanentemente a partir del 2013. La Comisión Europea asumió su función de árbitro y se ha tomado tiempo para elaborar una respuesta y una vía para reformar el documento.
El punto principal de la propuesta: dado que la libre circulación de bienes y personas es un bien europeo común, la decisión de controlar las fronteras debe ser tomada mancomunadamente. La Comisión Europea propone que la competencia de cada Estado miembro para cerrar sus fronteras pase a manos de Bruselas.
Se puede cerrar, previo aviso
Otro punto: el cierre de fronteras por seguridad para grandes eventos como mundiales de fútbol o cumbres internacionales se puede prever y acordar con la Comisión; en casos imprevistos –como ataques terroristas- los países pueden cerrar sus fronteras sin previa consulta hasta cinco días. Luego de ello, en conjunto se puede decidir una prolongación.
Hasta el momento, los Estados miembros han podido cerrar sus fronteras unilateralmente y por lo general esto no ha sido problemático. Sin embargo, en el caso de Francia y Dinamarca, esta posibilidad ha sido usada sin previa consulta y ha minado la confianza de los otros países.
Polémica
La polémica no se hace esperar. Representantes de movimientos políticos más conservadores reivindican claramente que esta competencia debe quedar en manos de cada Estado; a su vez, otros cuestionan el cierre por motivos de flujos migratorios. A este respecto, la Comisión ha buscado una formulación salomónica: un flujo migratorio mayor es motivo para poner las barreras si se puede comprobar que éste representa un peligro para la seguridad del Estado. Sobre cómo definir un flujo migratorio mayor se discutirá todavía mucho.
Reacciones
“La reintroducción de controles fronterizos mina la esencia del sistema Schengen… Es de sentido común que cualquier excepción deba pasar por la aprobación de las instituciones europeas”, opina la europarlamentaria Judith Sargentini, de Los Verdes.
Por el contrario, Thimothy Kirkhope, de los conservadores ingleses, opina: “Schengen ha sido exitoso en la UE, sobre todo para los nuevos países miembros, pero ya está obsoleto. Necesitamos reformas que permitan a los ciudadanos viajar libremente pero permitirle a los gobiernos controlar los flujos migratorios”.
Por último, otros encuentran de por sí errada la discusión de cuándo y cómo poner barreras y ven más productivo llegar, al fin, a un acuerdo acerca de un sistema común de asilo y migración.
Autora: Mirra Banchón
Editora: Emilia Rojas