Un acuerdo vital para Ecuador
11 de noviembre de 2016El acuerdo está firmado, pero todavía falta un obstáculo a salvar en el camino hacia la adhesión de Ecuador al tratado de libre comercio entre la UE y Colombia y Perú: su ratificación. Ésta, que se da por descontada pues cuenta con el apoyo de grupos mayoritarios, se espera para la última sesión de la Eurocámara en 2016, en diciembre.
"El acuerdo va a permitir a ambas partes desarrollar relaciones más cercanas y va a dar ímpetu a una mayor integración de la región andina”, opina Elmar Brok, eurodiputado alemán, presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo.
Este acuerdo multipartes -que se empezó a negociar en 2009- ya entró en vigor con Perú (desde marzo de 2013) y Colombia (agosto de 2013). Si para la UE será beneficioso -un tratado regional que se suma al logrado con América Central-, para Ecuador es vital. Si no entra en vigor el 1 de enero de 2017, los productos ecuatorianos tendrán que pagar aranceles para entrar al mercado europeo.
Un acuerdo vital
"Esta firma sucede en el último momento, aunque muchas de las cuestiones involucradas están claras desde hace meses", explica a DW Helmut Scholz, encargado de acompañar el tema por las instancias de la Eurocámara. Miembro de la Comisión de Comercio, Scholz se encargó de abogar porque se extendiera, excepcionalmente, al país andino el acceso preferencial al mercado europeo, hasta que se acabase de negociar el tratado.
"Ecuador salió de las negociaciones porque tenía otra idea de lo que quería para su economía. En este momento se enfrenta a una situación marco muy complicada, tiene otro balance. Con una economía dolarizada necesita otras condiciones para continuar el programa de desarrollo del país", añade Scholz, que lideró una misión analítica al país andino, en marzo de 2016.
Está claro que la exoneración de aranceles beneficiará sobre todo a los productos tradicionales -banano, camarón, cacao, flores, café-. No obstante, aunque no favorezca en primer lugar al pequeño productor, la desestabilización de las agroindustrias redundaría en claras desventajas económicas para la población del país.
Protestas de la sociedad civil
Por otro lado, organizaciones de la sociedad civil en Ecuador se movilizan en contra de este acuerdo, temiendo el impacto que el peso de las empresas europeas tendrá en pequeños empresarios, en el campo, en la tierra.
El hecho de que, previamente a la firma por parte de Colombia y Perú, las organizaciones de la sociedad civil pusieran presión, también en Bruselas, para poner bajo la lupa el cumplimiento de estándares laborales y humanos y que esto se reflejara en el rechazo del tratado por parte del ala izquierda de la Eurocámara, hace de esta firma con Ecuador casi un dejá vu, en versión light.
"Las condiciones en Ecuador son complejas y complicadas, por eso hablo a favor del acuerdo para que haya por lo menos un momentáneo alivio para la situación económica del país. No obstante habrá que hacer muchos esfuerzos para que no favorezca sólo a empresas de la UE y a las empresas exportadoras de productos tradicionales. Desde el Parlamento Europeo seremos muy críticos en la implementación", advierte Scholz.
Derechos humanos y libertades civiles
"Cuando se trató de Colombia y Perú, en especial Colombia preocupaba por la violencia, la persecución de sindicalistas y el sufrimiento de buena parte de la población, víctima de la violencia", recuerda Scholz y subraya la hoja de ruta firmada por los gobiernos latinoamericanos previendo medidas concretas para mejorar la situación a mediano y largo plazo.
En el caso de Ecuador -cuyos logros en erradicación de pobreza fueron elogiados expresamente por las Naciones Unidas a finales de 2014-, el resquemor europeo en cuanto a derechos humanos se enfoca en el respeto a las libertades civiles.
"El acuerdo dará oportunidad para mejorar el diálogo entre la UE y Ecuador, en el que se tocarán temas sensibles como la Ley de Comunicación de 2013 que, en tres años, ha originado 900 investigaciones y procesos contra medios y periodistas críticos", opina Brok.
"Éste seguirá siendo un tema", afirma Scholz, que ha estado en contacto con los más diversos sectores de la sociedad. "Espero que la idea de una prensa que dé reflejo diferenciado de la situación pueda seguirse consolidando, espero que se entienda que un gobierno no debe tener miedo de la diversidad de opiniones si reflejan la mayoría de la sociedad y no sólo la unilateralidad de organizaciones no gubernamentales, del gobierno o sólo de grupos empresariales", apunta el eurodiputado, que muy probablemente sea de los pocos del grupo de La Izquierda que voten a favor del acuerdo.