''Un triunfo de Álvaro Uribe''
3 de julio de 2008DW-WORLD.DE: ¿Es la liberación de Ingrid Betancourt la prueba de que la política de mano dura seguida por el presidente Álvaro Uribe empieza a tener éxito?
Carsten Wieland: Creo que los últimos meses se han cosechado los éxitos más grandes de la política de „seguridad democrática” fomentada por Álvaro Uribe en Colombia. El Gobierno impulsa más que nunca una estrategia de doble banda. Por una parte siguen actuando con dureza militar, por la otra han incrementado sus ofertas para que los guerrilleros de las FARC se entreguen pacíficamente y colaboren con las autoridades.
Creo que el alto grado de popularidad de Uribe, que ronda por el 80 por ciento, volverá a registrar un incremento.
¿Era de esperarse la liberación de Ingrid Betancourt?
Las FARC ha registrado en los últimos meses duros golpes y se encuentra dividida. Ya casi no pueden moverse en el país. El gran número de secuestrados les resulta un gran lastre. Además de estos 15 secuestrados liberados tiene todavía a 42 secuestrados políticos más y varios cientos de colombianos también siguen en su poder. Obviamente ya no era posible mover eficazmente a tanta gente a través de la selva sin dejar rastros que pudiera seguir el ejército.
¿Cree que el resto de los secuestrados vaya a ser liberado en breve?
Se trata de una cuestión de tiempo hasta que otros secuestrados sean liberados. No tanto por intervención militar como por traición. Algunos guerrilleros de las FARC pensarán sobre la posibilidad de cooperar con las autoridades. En las últimas semanas se han registrado una serie de deserciones de miembros importantes del grupo. Cada semana 8 guerrilleros de las FARC entregan sus armas a las autoridades, según información gubernamental. Esta erosión de las FARC puede conducir naturalmente a que tengan que liberar a más secuestrados.
¿Qué peso tiene en este contexto la intervención del presidente francés, Nicolás Sarkozy, y la del presidente de Venezuela, Hugo Chávez?
El presidente francés, cómo se ve ahora, le apostó al caballo equivocado. Apoyó principalmente al presidente Chávez. Pero ahora se demuestra que los esfuerzos de Venezuela resultaron más bien destructivos para la relación entre el gobierno colombiano y las FARC. Mientras que las FARC y Chávez estuvieran de acuerdo estaba claro que no habría negociaciones de paz entre el gobierno colombiano y la guerrilla. Mientras tanto el tenor de las declaraciones de Chávez ha cambiado, habrá que esperar a ver qué tan profundo es realmente el cambio de postura de Chávez. Pero la liberación de Betancourt demuestra que Chávez ha perdido valor como intermediario en la liberación de los secuestrados.
¿Cree que la liberación de Betancourt conducirá a un final del conflicto intercolombiano?
Nos encontramos en un umbral en el que surge la interrogante sobre si se acerca el fin de las FARC. Pero no hay duda de que el conflicto cobra una nueva calidad. Ya no se cuenta con los tres actores típicos – paramilitares, guerrilla y un estado débil. Tenemos un estado que no solamente es militarmente fuerte sino que cuenta con gran apoyo por parte de la sociedad. Por el otro lado hay grupos ilegales, tanto paramilitares como ex paramilitares y bandas de narcotraficantes pero también la guerrilla. Sabemos que hay una gran cantidad de relaciones entre las FARC y sus antiguos enemigos los paramilitares cuando se trata de proteger los plantíos de drogas. El componente político en el conflicto se ha reducido.
¿Qué sucederá con las FARC?
Podría ser que las FARC en unos meses o algunos años no esté compuesta más que por un par de guerrilleros que no tendrán mayor influencia en la política del país. Esta es la variante optimista. Pero podría darse el caso también de que el nuevo líder de las FARC, Alfonso Cano, – un hombre sumamente político y un estratega - eventualmente logre revivir los frentes urbanos. En las últimas semanas se han registraron atentados menores en Bogotá. Algunos ataques con bomba que no causaron mayores daños y tampoco mucha conmoción. La violencia en el país ha caído fuertemente, los colombianos han pasado el conflicto a un segundo plano, por lo menos en las grandes ciudades. Pero en definitiva aún no se puede hablar de un fin del conflicto.
Carsten Wieland encargado de la Fundación Konrad-Adenauer en Colombia.