Una guerra, un desastre

El Neue Zürcher Zeitung, de Suiza, apela a las siguientes consideraciones: "En política exterior, el realismo tiene sus confines. La tendencia estadounidense de tapar el pozo cuando el niño ya se ha ahogado puede traer consecuencias poco deseables de todo tipo. Una dosis de sano mesianismo -constante histórica de la política exterior estadounidense- será más provechosa para muchos. La estabilidad no lo es todo. De hecho, el Cercano Oriente no era una zona estable antes de la Guerra de Irak, ni lo será cuando y porque se vayan los estadounidenses. La tarea permanece pendiente, también para la diplomacia de Estados Unidos."

Dilema estadounidense

The Guardian, desde Londres, publica su opinión al respecto: "La Casa Blanca se encuentra en un dilema: si ignora las recomendaciones de la Comisión Baker, los costos los pagarán los republicanos. Y éstos, desde ahora, tienen en la mira las elecciones presidenciales de 2008. Los próximos pasos de Bush puede afectar de manera notable el ánimo de los votantes. El presidente de Exstados Unidos tiene todavía cerca de dos semanas para escuchar a sus asesores. Luego, Bush deberá decidir finalmente qué pasará con Irak."

Regresan los adultos

La Repubblica, de Roma, es agudo en su crítica: "La auténtica novedad de este documento no se encuentra en sus indicaciones prácticas, las cuales parecen acertijos llenos de vaguedades. En cambio, su valor radica en la comprobación de que los adultos han regresado al centro de las deliberaciones estratégicas y políticas. Fueron llamados para remediar los daños causados por aquellos ideólogos desubicados a los que Bush recurrió tras el impacto del 11 de septiembre."

Falta compromiso

De la ciudad alemana de Düsseldorf, el Westdeutsche Zeitung opina: "Sólo una persona se niega a asumir compromisos, y es el presidente mismo. Pero no podrá apartarse por mucho tiempo más de la realidad. Poco después de que comience el siguiente año, el Congreso será nuevamente dominado por los demócratas. Bush está bajo una gran presión, pero parece no darse cuenta de ello. Sería mucho más productivo que sus asesores le contagiaran algo de su cordura, pues las propuestas de la Comisión Baker tienen sentido. Ponen énfasis en la diplomacia, y pretenden dotar a Irak de herramientas para procurarse seguridad interna. También contemplan un cronograma progresivo para el retiro de tropas estadounidenses, sin que esto signifique poner una pistola en el pecho del gobierno local al establecer plazos concretos para ello."

Una gran locura

De Essen, el Neue Ruhr/Neue Rhein Zeitung comenta: "La guerra en Irak resultó ser un desastre. Cayó un déspota, pero todas las demás metas de la conflagración -establecer la democracia en el Cercano Oriente, y solucionar el conflicto en Palestina- no se han cumplido. En lugar de esto, los conflictos religiosos están a la orden del día. Irak, pero también Afganistán, se han convertido en campo de avanzada para el terrorismo islámico. Es un amargo balance para le gran locura de los neoconservadores estadounidenses."