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Una nueva generación de corresponsales

28 de febrero de 2003

¿Cronistas independientes y objetivos? Esta es la pregunta que muchos se hacen cuando analizan la política de información implementada por el Pentágono para el caso de una guerra contra Irak.

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Siga las reglas en caso de caso de guerra.Imagen: AP

Por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial el Departamento de Defensa estadounidense permitirá que 500 periodistas acompañen a los soldados estadounidense a la línea de fuego iraquí. A diferencia de la guerra de Vietnam -cuando los periodistas tuvieron que ingeniárselas a riesgo propio para informar sobre los acontecimientos en el frente de batalla- o la Guerra del Golfo de 1991 -cuando la prensa tuvo que limitarse a retransmitir la información seleccionada por los militares- esta vez el Pentágono ha decidido implementar una política de transparencia. Una política que conlleva ventajas y peligros.

Reglas de información

A mediados de febrero los periodistas recibieron su acreditación oficial para la guerra. Esta estrategia en favor de la transparencia informativa no es, sin embargo un seguro de que realmente se pueda informar de forma libre y sin censura. Así por ejemplo el Departamento de Defensa estadounidense ha hecho una lista de reglas que deben ser respetadas por los corresponsales que acompañen al ejército norteamericano. La primera y más importante es que la transmisión de información no ponga en peligro el éxito de las operaciones militares; en pocas palabras, habrá limitaciones en cuanto a la transmisión de la información, dependiendo del desarrollo en el frente de batalla.

Censura programada

Será el comandante en jefe de cada división el que decida sobre qué es lo que se puede informar. Un sistema que puede o no funcionar, según critican corresponsales con gran experiencia. La prueba de fuego se presentará en el momento en que las tropas estadounidenses se encuentren en aprietos o cuando se registren daños colaterales, víctimas mortales entre la población civil u ofensivas mayores por parte del ejército iraquí. Al gobierno de Bush no le agradaría mucho que la opinión pública estadounidense se viera confrontada con imágenes que demuestren bajas infligidas a las tropas estadounidenses. Así que no está descartada una posible censura por parte de los comandantes estadounidenses.

Simbiosis peligrosa

En los medios estadounidenses los nombres de Walter Cronkite, Peter Arnett y Bruce Morton son sinónimo de información independiente. Nombre que se hicieron desde las épocas de Vietnam. Sin embargo para esta guerra fue el Pentágono quien escogió a los corresponsales de guerra y los preparó en campos de entrenamiento, entre otras cosas también para posibles ataques con armamento biológico y químico. Esta simbiosis entre ejército y corresponsales de guerra es fuertemente criticada. Este sistema podría convertir a los periodistas, o más bien a la información misma, en rehén de los militares, pues los periodistas ya no gozarían de la libertad de movimiento que tuvieron en guerra pasadas.