Una pesadilla para el euro
30 de abril de 2010Jyllands-Posten, de Arhus, Dinamarca: “En el sur de Europa se ha puesto en marcha una verdadera pesadilla que se está extendiendo a toda prisa hacia otras partes del continente. Lo que en su comienzo fue una crisis fiscal de dimensiones manejables, se ha convertido en una crisis de confianza fundamental para el euro y para toda la estructura que depende de la moneda comunitaria. Las consecuencias pueden llegar a ser dramáticas. Son los mismos Estados de la eurozona los que tienen la culpa, ya que se mostraron públicamente desconcertados y huyeron de la responsabilidad, lo cual debería poner sumamente nerviosos a los acreedores. (…) Los países de la Unión Europea ignoraron durante años la rutina político-financiera de los países de Europa del Sur, en los que los criterios del Tratado de Maastricht se pisotearon sin que nunca haya habido consecuencias políticas.”
La UE debe actuar para ser digna de confianza
Le Monde, de París: “En un principio, el problema parecía simple: ¿cómo ayudar a un miembro de la eurozona de modesta envergadura a sortear un escollo financiero? La situación era desagradable, claro está, porque de pronto comenzaron a salir a la luz las frecuentes mentiras de los Gobiernos griegos (…) sobre la verdadera situación de sus arcas fiscales. Pero no era una situación tan terrible como para no encontrar una solución. Después de todo, Atenas sólo necesitaba 30 mil millones de euros para pagar sus créditos en 2010. Ahora, toda la eurozona corre peligro de desplomarse. (…) Los responsables de la eurozona deben pasar a la acción si quieren seguir siendo dignos de confianza.”
Ayudar a Grecia, pero bajo determinadas condiciones
Vorarlberger Nachrichten, de Bregenz, Austria: “Grecia debe controlar sus gastos fiscales. De lo contrario, se justifica la pregunta que se hace el periódico alemán ‘Bild': ‘¿Por qué financiamos las jubilaciones de lujo de los griegos?' (…) Eso no puede ser. Por tanto, es correcto asegurar el apoyo a Grecia, pero igual de necesario es poner condiciones estrictas a dicha ayuda para que el país vuelva a tener su déficit bajo control de forma duradera. Al mismo tiempo, Europa tiene que pensar qué hacer si los programas de ahorro de países como Grecia, Portugal, España o Hungría no funcionaran.”
Alemania y su responsabilidad europea
Tagesspiegel, de Berlín: “Durante algunas semanas parecía que el miedo a perder votos en las elecciones regionales en Renania del Norte-Westfalia del 9 de mayo paralizaba el poder de decisión del Gobierno alemán. ‘Nada de dinero para los griegos' era el lema, nada de pagar con impuestos alemanes la bancarrota del Mediterráneo. Y eso casi terminó en una catástrofe. El miércoles 28 de abril, la clase política alemana pareció comprender que las aventuras financieras helenas son sólo un detalle, y que lo que está en peligro es más bien la estabilidad de todo el sistema monetario de la Unión Europea. Y que Alemania corre con una responsabilidad que ha aumentado en las pasadas décadas, y con la que deberemos enfrentarnos también en las décadas por venir. Sin Europa, no habría una Alemania reunificada, y sin Alemania, Europa tendría menos peso en el mundo.”
CP/ dpa
Editora: Emilia Rojas Sasse