Una tragedia griega

Corriere della Sera, de Milán: “Es verdaderamente una tragedia griega desde cualquier punto de vista, ya que, por un lado, el Gobierno tiene razón al actuar como lo hace, dado que no hay ninguna otra alternativa. Pero también el pueblo tiene la razón al enfurecerse, ya que paga por algo de lo que no es responsable. Todo eso es comprensible, menos la violencia que golpeó duro y llegó a matar. Tal vez nadie quiso matar, pero lo han hecho. (…) En las centrales de los tres sindicatos que lideraron la huelga general se respira consternación, como si se hubiera llegado a la conclusión de que nada volverá a ser como era antes. La gente está desconcertada y nadie sabe qué pasará.”

Urge consenso partidario en Grecia

Neue Zürcher Zeitung, de Zúrich: “La ira de los griegos se dirige, sobre todo, a la clase política. No se avizora una unión de los grandes partidos. Y lo escandaloso es la actitud del partido opositor Nea Dimokratia. Justamente ese partido, más responsable que el Pasok de la miseria actual, rechaza el paquete de ahorro del Gobierno griego. Si el Nea Dimokratia persiste en esa actitud irresponsable, cargará con la responsabilidad del fracaso de la tarea conjunta necesaria para enfrentar la crisis. Sin un consenso, de por sí desacostumbrado en Grecia, entre ambos partidos, seguramente el Gobierno de Papandreou tendrá más dificultades aún para llevar a cabo su plan de ahorro.”

Efecto dominó sigue con Portugal y España

Les Dernières Nouvelles d’Alsace, de Estrasburgo: “Las tres personas que murieron durante el incendio en un banco griego son víctimas de grupos anarquistas separatistas griegos. (…) La triste noticia ha horrorizado a Europa. Se abre el interrogante acerca de si el Gobierno de Papandreou seguirá en el poder y si estará en condiciones de ejecutar el plan de ahorro. (…) Por supuesto que este panorama de inseguridad pesa sobre el euro. (…) Portugal y España son los próximos en el efecto dominó. (…)."

Países ricos: no más apoyo a miembros tramposos

Rzeczpospolita, de Varsovia: “Los griegos no quieren morir por la eurozona. Quieren vivir a su manera, sin pagar impuestos y manteniendo un alto déficit fiscal. La consecuencia para los otros países de la comunidad monetaria europea es que los gastos del rescate griego probablemente no tengan fin. El préstamo debería llegar a los 100 mil millones de euros, lo cual puede afectar la moneda europea y la rentabilidad de las obligaciones de otros países. Cuanto más fuertes sean las protestas en Atenas, más débil será el euro, y más alto será el tipo de interés en toda la eurozona. La unión monetaria europea se asemeja actualmente a un elegante club de bridge en el que el ingreso de nuevos miembros se controla sólo a la entrada, sin que exista más tarde la posibilidad de expulsar al invitado que hace trampas en la mesa de juego. Los países ricos harán todo lo posible por no brindar más apoyo económico a aquellos países endeudados a los que se les concedió irreflexivamente permiso para formar parte de esta sociedad exclusiva.”

Autora: CP/dpa

Editor: José Ospina Valencia