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"Unificar a Europa con la pluma"

29 de mayo de 2003

El ex-presidente francés, Valéry Giscard d’Estaing, recibió el Premio Carlomagno por su labor al frente de la Convención que prepara una Constitución europea. Su misión no ha estado libre de críticas.

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El Premio Carlomagno a un visionario controvertido.Imagen: AP

El prestigioso galardón que concede la ciudad de Aquisgrán a personalidades e instituciones políticas que hayan destacado por su contribución a la unidad europea, fue entregado este jueves al ex-mandatario francés, en reconocimiento a su labor al frente de la Convención europea y su misión histórica de redactar una Constitución. En el discurso que pronunció al aceptar el premio, Valéry Giscard d’Estaing, apeló a la clase política a realizar un mayor esfuerzo por la unidad del continente y a superar los egoísmos. "Sería una desgracia para Europa que no cuajara su unidad", dijo, advirtiendo sobre las graves consecuencias de un fracaso para el crecimiento económico, tecnológico y social de la Unión Europea, así como para su influencia e imagen.

El que fuera presidente de Francia de 1974 a 1981, ha tenido numerosos méritos, pero no como presidente de la Convención Europea, como tal, ha recibido fuertes críticas. Como presidente francés luchó contra la recesión económica que sufría Francia, estableciendo en 1976 un amplio programa que incluía reformas para revitalizar la economía. Con su amigo y homólogo en aquel entonces, el ex-canciller alemán Helmut Schmidt, participó en la arquitectura del Sistema de Divisas Europeo. En 1986 fue co-fundador junto con Schmidt del comité para la Unión Económica Europea, que habría de conducir hacia la adopción del Euro.

"El hombre de antier"

Giscard ha sufrido también numerosas derrotas: no se cumplió su sueño de convertirse en presidente del Banco Central Europeo, tampoco llegó al puesto de Director general del Fondo Monetario Internacional ni logró volver a ser presidente de Francia. "VGE", como lo llaman los franceses, nunca se resignó. Ignoró a críticos y caricaturistas quienes lo mostraban como una figura pasada de moda y de segundo rango. En una ocasión, el ministro del Exterior de Portugal lo calificó como un "hombre de ayer", el ingenio popular galo tradujo la frase en el "hombre de antier". Giscard no se dió por aludido.

Nacido en Koblenza, Alemania en 1926, Giscard ha escuchado de sobra sarcásticas alusiones a su edad y responde que los franceses eligieron como presidente al General de Gaulle cuando éste tenía 75 años de edad. Tampoco se inmutó cuando al ser electo presidente de la Convención Europea lo tildaron de "Abuelo para Europa".

Un ambicioso político

El aficionado acordeonista tiene que dominar el teclado completo de conceptos europeos, para que la Europa ampliada cuente con una Constitución en el 2004. El problema es que la partitura está resultando más complicada de lo previsto. Las críticas mas duras a lo que se ha dado a conocer del proyecto, provienen de la convención misma. Giscard es acusado por algunos de defender sólo los intereses de los países grandes. Otros afirman que en la búsqueda de una Constitución europea, Giscard no asume el papel del ayudante de parto, sino mas bien el de un ambicioso político que quiere incluso determinar el sexo del recién nacido.

El peso de los grandes

La entrega del premio tiene lugar poco antes de que concluyan los trabajos de la Convención y después de la presentación de un primer borrador de la Constitución que levantó numerosas críticas. El presidente alemán, Johannes Rau, quien pronunció el discurso laudatorio durante la ceremonia, mencionó uno de los puntos que provocan mayor polémica: el miedo de los países pequeños por que la Constitución otorgue demasiado peso a los grandes. "Europa sólo puede funcionar si existe un equilibrio de intereses entre los Estados grandes, medianos y pequeños", advirtió Rau.

Entre los invitados se encontraba el ministro alemán del Exterior, Joschka Fischer, cuyo nombre se baraja para el cargo de primer jefe de la diplomacia europea, una figura que debe crear la Convención.

Reconocimiento de la sociedad civil

Observadores alemanes señalan que el premio Carlomagno no honra a Giscard d’Estaing por su papel al frente de la Convención, sino al hombre visionario, pese a las dificultades que tiene para implementar este gran proyecto.

"Los visionarios olvidan a veces la realidad, la correlación de poder y las susceptibilidades de otros, advierte el analista Gerard Foussier. Pero tienen el valor de hablar de lo incómodo, de pensar lo impensable y de vender con pasión argumentos objetivos. Él ha llevado a la opinión pública la discusión sobre el futuro de Europa, y hay muchos que sostienen que si hubiera un Premio Carlomagno de la sociedad civil, éste lo obtendría Valéry Giscard d’Estaing".

El discurso de Giscard hizo honor a la tradición literaria francesa y fue una disertación sobre Carlomagno y su valor como padre de la Europa actual, donde la mayoría de los países tienen historias que se confunden con las de otros. "Muchos en el pasado han querido unificar Europa por la fuerza, nosotros tratamos de hacerlo con la pluma –dijo Giscard. La historia dirá si la pluma pesa más que la espada, yo creo que sí".