Van der Vaart y Ribery: destinos opuestos
9 de junio de 2008Tres minutos son una auténtica torura para quien ha debido soportar un encuentro como el que protagonizaron Francia y Rumania en la primera fase de la Copa Euro 2008, y que los elegantes comentaristas alemanes calificaron como „excedido de estrategia“.
Naufragio franco-rumano
Es verdad que la especulación fue el signo con el que comenzó el encuentro; sin embargo, Francia se mostró sin timonel mientras Rumania se dedicó a recoger los derelictos del naufragio futbolístico que compartió con la selección francesa.
Francia, en efecto, no mostró una conducción clara. Pero ello no fue porque le faltara capitán. En el Bayern München, Franck Ribery funciona a la perfección porque existe una clara línea de mando: él, y casi exclusivamente él, es quien debe desequilibrar al contrario y organizar las arremetidas ofensivas.
Contra Rumania, el mediocampista exhibió algunas de sus extraordinarias facultades, pero no tuvo acompañamiento alguno
Cuando logró hacerse de algún espacio, fue frenado en seco por la prerrogativa más primitiva del balompié –„que pase el hombre, o el balón, pero no ambos“- o por el compacto blindaje defensivo del cuadro rumano.
Contra, perdido
En cuanto a Rumania, se esperaba mucho más de jugadores como Cosmin Contra, aquel del Getafe que se perfilaba como verdugo del Bayern München en la Copa UEFA.
El resultado lo hemos visto: un partido sin goles y sin brillantez, que en cambio, sobresalió por su esterilidad creativa.
Y para colmo, los tres minutos de prolongación decretados por el juez central. Esa eternidad.
Revolución naranja
Destino muy diferente el de Rafael van der Vaart, volante ofensivo del Hamburgo, en el partido de la selección holandesa contra el campeón del mundo, Italia. La “naranja mecánica” estuvo a punto de cometer el mismo error de Francia; es decir, abjurar de su líder natural.
Espejismo azul
Así, los primeros quince minutos del encuentro contra Italia pertenecieron por completo a los azzurri, con una defensiva compacta y ofensivas de trazos precisos.
Pero bastó que comenzara a pesar la presencia de van der Vaart para que Holanda se hiciera con el control del partido.
Primero fue un centro preciso del mediocampista del Hamburgo el que puso en aprietos a Buffon, que rechazó con dificultad y provocó el primer tanto holandés a cargo de van Nilstelrooy.
Luego, el volante envió largo trazo hacia van Bronckhorst, que a su vez centró hacia Kujit. Éste prolongó para que Sneijder pegara derechazo justo junto al poste italiano, para el 2 a 0.
Casi al terminar la primera parte, otro pase larguísimo de van der Vaart dejó a van Nilstelrooy solo frente a Buffon, pero éste logró rechazar de milagro y evitó el tercer tanto.
Mala noche para Italia
Cierto es que Rafael van der Vaart pesó menos en la segunda mitad, y que no intervino en la tercera anotación de su equipo, en medio de la presión italiana ya muy avanzado el duelo. Mas ni el campeón goleador de la Bundesliga, Luca Toni, ni el atacante Del Piero, que entró en la segunda mitad, iban a ser capaces de cambiar la suerte del campeón mundial de Alemania 2006.
Italia no metió goles; Holanda hizo tres, y pudo lograr más.
En cualquier caso, la lección del día es clara: los equipos europeos están llenos de grandes estrellas.
Pero, aún cuando el talento parezca sobrar, ello no resta importancia a la labor de un volante creativo. Y eso vale tanto en el fútbol llanero como en la Eurocopa.