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EconomíaVenezuela

Venezuela en la era Maduro: una economía opaca

Luis García Casas
22 de enero de 2025

A pesar de los intentos del régimen de Maduro por diversificar la economía, lo cierto es que sigue siendo dependiente del petróleo. Y sus exportaciones dependerán de la política de la nueva administración en Washington.

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Nicolás Maduro a su llegada al Teatro Teresa Carreño para ofrecer su discurso anual a la nación, que este año no fue desde el Parlamento.
Nicolás Maduro, el pasado 15 de enero.Imagen: Federico Parra/AFP

En su discurso anual a la nación el miércoles (15.1.2025) de la semana pasada, el presidente venezolano, Nicolás Maduro , celebró un crecimiento económico en Venezuela de más del 9 por ciento del PIB en 2024.

Maduro, reafirmado en el cargo tras unas elecciones tildadas de "fraudulentas", dijo que la inflación había sido del 48 por ciento, cuatro veces menor que la registrada el año anterior y lejos de la hiperinflación de los años previos.

Pero son datos difíciles de contrastar. Hace años que Venezuela dejó de hacer pública su contabilidad nacional. En la web del Banco Central, las últimas cuentas anuales consolidadas disponibles son las de 2017.

"Es una política del Gobierno la poca transparencia", afirma Alberto Martínez, profesor de Economía en la Universidad Simón Bolívar. Y, en cualquier caso, subraya, hay que tomar con cautela los datos del Gobierno, porque únicamente incluyen el porcentaje de crecimiento.

Un crecimiento desde muy abajo

Pero es que, además, el PIB venía de una caída enorme. "Nosotros, entre el 2015 y el 2021 estimamos que la economía se contrajo un 76 por ciento. Es una contracción inédita, incluso es la peor en nuestra historia republicana, y de las peores de América Latina y del mundo", afirma a DW el director de Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros.

"Obviamente, la economía, si la comparas con ese fondo que tocó en el año 2021, hoy está en una posición mucho mejor, ha crecido algo, sin embargo es un crecimiento insuficiente para garantizar bienestar a la mayoría de venezolanos", añade.

Poca fiabilidad de los datos

Además, incluso la fiabilidad de los datos está en entredicho. El Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), por ejemplo, cifró este miércoles (22.01.2025) el crecimiento real del PIB venezolano en un 3,9 por ciento. Y la inflación en el 85 por ciento.

Una mujer, durante una manifestación de venezolanos en Bogotá el pasado 10 de enero.
Los datos de la economía venezolana se han convertido casi en una cuestión de fe.Imagen: Sebastian Barros/picture alliance

La CEPAL da también una cifra distinta. "Venezuela es una economía que estimamos que el año 2024 creció cerca del 6 por ciento, mientras que para el año 2025 crecerá cerca de un 3 por ciento", afirma Ramón Pineda, uno de sus analistas, a DW. Para sus cálculos, explica, estiman los cifras a través de modelos en los que utilizan datos de organismos como la OPEP o montos de importaciones de otros países desde Venezuela, por ejemplo, o los obtenidos a través de encuestas.

Alberto Martínez ofrece un análisis menos sofisticado, pero muy ilustrativo: "En los bares, se pasó de beber whisky de 18 años al de 12 años… y, ahora, al ron y la cerveza". "O sea, ahí tú ves el nivel de vida que se tenía entonces", dice.

Una economía dependiente del petróleo

"Maduro, en su discurso de inauguración, habló de trece motores de la economía, pero son, diría yo, más bien deseos que otra cosa, el verdadero motor de la economía es la industria petrolera", afirma Martínez.

Maduro dijo que la producción había superado ya el millón de barriles diarios. "Compáralo con los mejores momentos de la economía venezolana, cuando era de tres millones seiscientos mil barriles diarios", recuerda. En esa época, además, el barril llegó a estar a 140 dólares. Hoy roza los 80, aunque ha llegado a estar muy por debajo.

Maduro habló de potenciar otras exportaciones distintas al petróleo e incluso anunció la creación de un Ministerio de Comercio Exterior. "Si realmente Maduro quiere hacer eso, tendría que proveer los servicios que debe proveer el Estado… pero si se te va la luz cada dos o tres días, ¿cómo vas a ser competitivo?", protesta Martínez.

Él propone potenciar la inversión en infraestructuras, quitar trabas administrativas, suprimir el control cambiario y facilitar el financiamiento de las empresas modificando el encaje legal, la proporción de fondos de reserva que deben atesorar los bancos. "El Gobierno ha utilizado el encaje legal como una manera de controlar la inflación, cuando en realidad la inflación en Venezuela se debe al excesivo gasto público", explica.

Pobreza, subsidios y emigración

Alrededor de la mitad de la población vive en niveles de pobreza extrema, un porcentaje que en los últimos años llegó a superar el 80 por ciento. El Gobierno no informa de este dato, pero se congratula de haber entregado 132 millones de combos de ayuda alimenticia en 2024.

Los sueldos son muy bajos: en promedio entre 300 y 400 dólares, pero los empleados públicos ganan menos de 50 dólares al mes. Y las pensiones en Venezuela, que Hugo Chávez se jactaba de que eran las más elevadas de Latinoamérica, son todavía más bajas. "Hoy en día, la jubilación son 3 o 4 dólares mensuales… ¿cómo puede vivir un anciano con cuatro dólares mensuales cuando un kilo de carne cuesta ocho o diez dólares?", se pregunta.

Esos niveles de pobreza han hecho que casi ocho millones de venezolanos, según la ONU, hayan abandonado el país en la última década, aunque el Gobierno reduce esa cifra a dos millones, de los que un millón ya habría vuelto. Y espera que vuelvan más. "La economía venezolana continúa en crecimiento y abre sus puertas a los venezolanos y venezolanas que regresan al país tras haber migrado debido al bloqueo imperialista", dijo recientemente el ministro de Exteriores venezolano, Yván Gil.

El "bloqueo imperialista"

No deja de ser significativo que el Gobierno atribuya la emigración "al bloqueo imperialista". De hecho, las sanciones estadounidenses se han relajado lo suficiente como para dar salida al petróleo venezolano. Pero eso está pendiente de un hilo. Donald Trump dijo, después de ser investido el lunes, que Estados Unidos no necesita el petróleo venezolano.

"Yo tiendo a pensar que Trump va a ser pragmático y va a hacer lo que le conviene a su país… Y a Estados Unidos le conviene el flujo de petróleo de Venezuela, aunque ahí hay mucha incertidumbre", duda Martínez.

Asdrúbal Oliveros, coincide que la postura que mantendrá Trump es todavía una incógnita. "Lo que sí está claro es que Venezuela es una economía extremadamente frágil y si vuelve a recibir una batería de sanciones, obviamente el desempeño económico se va a deteriorar", afirma.

"Además, el propio conflicto político ha hecho que el país se aísle, y eso también nos ha perjudicado", añade Oliveros. Y concluye: "Muchos de los números positivos que tiene la economía venezolana, en términos macroeconómicos, la mayoría de las personas todavía no lo sienten en su día a día, porque, repito, los niveles de contracción fueron muy altos".

(ms)