Venezuela: ¿por qué López y por qué ahora?
9 de julio de 2017Este 8 de julio, la Sala Penal del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela –conformada por todos los magistrados de esa corte– le otorgó el beneficio de arresto domiciliario al dirigente opositor Leopoldo López, líder del partido Voluntad Popular. Detenido el 18 de febrero de 2014 bajo el cargo de haber instigado manifestaciones antigubernamentales violentas (12.2.2014) y condenado el 10 de septiembre de 2015 en un juicio viciado a casi catorce años de prisión, López regresó a su hogar con un brazalete electrónico. El antichavismo está de júbilo.
Pero con 431 presos políticos en las cárceles venezolanas, incluyendo a personas que siguen retenidas pese a las boletas de excarcelación emitidas a su favor, ¿por qué se le brinda esta merced a López y por qué ahora, si él es considerado el objeto de canje más caro en las manos del “hombre fuerte” de Caracas, Nicolás Maduro, a la hora de negociar con la mayor alianza opositora, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD)? Günther Maihold, subdirector de la Fundación Ciencia y Política (SWP) aventura una lectura de este suceso.
“Un gesto de inseguridad”
“Esa moción es un gesto de inseguridad de la élite chavista, que, en repetidas ocasiones, cuando las crisis han alcanzado puntos álgidos, ha tendido a hacer concesiones para quebrarle las puntas a las lanzas de la oposición y aferrarse con más fuerza al poder”, señala Maihold desde Berlín. Al otro lado del Atlántico se teme que la medida aprobada por el Tribunal Supremo de Justicia obligue a la oposición a reconocer la autoridad de esa corte después de haberla recusado. “No creo que ese temor sea fundado”, dice el experto alemán.
“Si la oposición puede atribuir la excarcelación de López a los esfuerzos de sus simpatizantes, ¿por qué habría de mostrarse agradecida con una institución cuyas sentencias revelan su falta de autonomía una y otra vez; cuyos veredictos son dictados, anulados o alterados ‘desde arriba’? El retorno de López a su casa no va a cambiar la percepción que los opositores tienen del Tribunal Supremo de Justicia”, enfatiza Maihold. José Ignacio Hernández, profesor de Derecho Constitucional en la Universidad Central de Venezuela, lo secunda.
“Puede haber una contradicción entre la posición irracional de desconocer a todo el Tribunal Supremo de Justicia y aceptar la medida favorable a López, que de no manejarse bien podría llevar a pensar que la oposición invoca la desobediencia civil sólo cuando le conviene. Sin embargo, desde una posición racional, no hay contradicción: lo que se desconoce son las sentencias que violan la Constitución venezolana, no aquellas que contribuyen a la restitución del orden constitucional, siquiera en parte”, explica Hernández.
Divide et impera
Aunque lúcidos, estos argumentos no aclaran por qué a López se le permitió abandonar la cárcel en este instante para continuar pagando su condena en casa. “Su liberación puede ser producto de una negociación o de una decisión unilateral de un sector del oficialismo. En cualquiera de esos escenarios, esta medida puede demostrar la disposición a negociar de al menos una parte del Gobierno y, en consecuencia, la desconfianza en el éxito de la Asamblea Nacional Constituyente propuesta por Maduro”, esgrime Hernández.
Maihold es menos optimista: “López encabeza la lista de presos políticos venezolanos y es el dirigente opositor que más atención llama por la radicalidad de su discurso. Su excarcelación será celebrada y las otras personalidades de la MUD pasarán circunstancialmente a un segundo plano. Para beneplácito del régimen, eso atizará de nuevo añejas diferencias y la vieja discusión en torno a quién es el líder del antichavismo. Está por verse qué rol asumirá López en el seno de la MUD en el futuro cercano”.
Fernando Mires, profesor emérito de la Universidad de Oldenburg, severo crítico de López y destinatario de una carta escrita por él durante su presidio (5.7.2014), tiene su propia hipótesis sobre su liberación. “Maduro lo excarceló para persuadir a la oposición de que deje de obstaculizar la elección de la Asamblea Nacional Constituyente. El problema de Maduro es que lo que él ve como una concesión de su Gobierno es percibido por sus adversarios como el resultado de presiones ejercidas por un fuerte movimiento de solidaridad dentro y fuera de Venezuela”, comenta Mires.
Apuesta riesgosa
“Algunos opinan que, como al régimen se le fue la mano con el asalto al Palacio Legislativo el pasado 5 de julio y se convirtió sin quererlo en blanco de la condena internacional, Maduro busca superar ese bochorno otorgándole a López este beneficio. Pero yo insisto en que Maduro se lo está jugando todo con la Asamblea Nacional Constituyente del 30 de julio y en que, para garantizar su consumación, él está dispuesto a apostar la ficha más valiosa en sus negociaciones con la oposición: Leopoldo López”, dice el experto.
“La redacción de una nueva Carta Magna para sustituir a la de 1999 es un medio para abolir el sufragio universal, directo y secreto, que amenaza a Maduro debido a la impopularidad de su gestión. A Maduro le aterra que la oposición lleve a cabo la consulta popular del 16 de julio y demuestre que la mayoría de los venezolanos rechaza su proyecto constituyente. Por eso no creo que la oposición vaya a suavizar su postura”, sostiene Mires, advirtiendo, eso sí, que el Ejecutivo todavía tiene ases bajo la manga para sabotear la consulta en cuestión.
Opacidad, rumores y escepticismo
“Arguyendo que la consulta del 16 de julio no es constitucional –como si su convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente lo fuera–, Maduro va a ordenarles a las fuerzas de seguridad del Estado que le impidan votar a la gente”, asegura el especialista. Pero es precisamente esa certeza, compartida por muchas otras personas en las redes sociales venezolanas, la que obliga a repreguntar: si Maduro tiene el recurso de la violencia para imposibilitar la consulta popular, ¿por qué excarcelar ahora a su archienemigo, Leopoldo López?
“Yo entiendo el escepticismo. Pero, invirtamos la pregunta: ¿para qué mantener a López en una celda si el régimen no ganaba nada con eso? Ahora Maduro se ufanará de su generosidad, pese a que nadie olvida que hay muchos presos políticos más en las cárceles”, refuta Mires.
Autor: Evan Romero-Castillo