Venezuela, una verdadera olla a presión
26 de julio de 2017"El intento del presidente de Colombia (Juan Manuel) Santos de convencer a Cuba de participar en una mediación con el Gobierno de Nicolás Maduro para que desistiera de la Asamblea Constituyente fue una misión osada, pero predecible”, dice Eduardo Lindarte, director del departamento de Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma de Manizales, Colombia.
"Predecible porque, a pesar de la crisis, Caracas sigue siendo un soporte económico de La Habana”, acota este analista colombiano. La misión, respaldada por México y Argentina, trascendió por medios como el Financial Times, de Estados Unidos, y antes en RadioBlu, de Colombia.
Cuba negó este 26 de julio pública y "rotundamente" querer participar en una eventual mediación internacional para buscar una salida política a la crisis de Venezuela. Si falló este "último” intento internacional de lograr un consenso pacífico en Venezuela ¿qué hacer ahora ante la evidente inminencia de la elección, este 30 de julio?
¿Una iniciativa de América Latina y la Unión Europea?
Según Lindarte "algunos países latinoamericanos y la Unión Europa debieran tomar la iniciativa y unir esfuerzos para proponer un espacio de transición que le abra una salida al asilo a las principales figuras del Gobierno de Maduro con miras a que Venezuela vuelva al camino de la democracia”. A su juicio, "este escenario no es aún posible, porque la presión internacional no es aún suficiente”.
Este 26 de julio, al comienzo de la huelga de 48 horas convocada por la oposición para presionar la cancelación de la Constituyente, la jefa de la política exterior de la Unión Europea, Federica Mogherini, instó, de nuevo, a las autoridades venezolanas a respetar la Constitución y el Estado de derecho, así como a respetar la Asamblea Nacional, como legítimo poder legislativo”.
Por su parte, EE.UU. anunció ahora sanciones contra "13 personajes chavistas”, propuestos por el senador Marco Rubio, del partido Republicano, del mismo partido de quienes dominan el negocio del petróleo venezolano en Estados Unidos, "por lo que sanciones en este campo parecen improbables”, acota Lindarte.
"Sistemáticas detenciones arbitrarias”
"La crisis humanitaria en Venezuela no es una cosa política, de izquierda o derecha, ni una conspiración de fuerzas extranjeras. Es una realidad”, recalca, por su parte, Michelle Kissenkoetter, de Amnistía Internacional Venezuela, y agrega que "la crisis en Venezuela es resultado de un Gobierno que no está cumpliendo con el deber plasmado en su propia Constitución y el derecho internacional de proveer a sus habitantes con lo más básico”.
En medio de las protestas callejeras que ya llevan cuatro meses, y han dejado más de cien muertos, el destino de miles de personas, detenidas arbitrariamente, ha pasado casi inadvertido.
AI destaca el caso de 14 policías, cuya libertad fue ordenada por una corte hace más un año y hasta ahora siguen rehenes del Servicio de Inteligencia Nacional (SEBIN) en Chacao, cerca de Caracas. Estos exagentes del Estado venezolano están en huelga de hambre. Amnistía Internacional denuncia en el informe "Silenciados a la fuerza” la sistematicidad de dichas detenciones arbitrarias por motivos políticos, desde hace varios años, pero que han aumentado en los últimos meses.
¿Qué espera un ciudadano en Venezuela que no esté de acuerdo con el régimen? "Que, por lo menos, Maduro se de cuenta que la única forma de enfrentar la crisis general es empezando por resolver la crisis humanitaria. Si el Gobierno se dedicara a surtir de alimentos y medicamentos a quienes lo necesitan, en vez de reprimir, se sentaría la base para una solución”.
José Ospina-Valencia (er)