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Viena, ¿un enclave del terrorismo islámico?

Stephan Ozsváth
3 de noviembre de 2020

El atacante de Viena, que acabó con la vida de cuatro personas y fue abatido por la Policía, había sido condenado previamente por intentar unirse a la organización terrorista Estado Islámico en Siria.

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Calles vacías en Viena luego del atentado del lunes 3.11.2020.
Calles vacías en Viena luego del atentado del lunes 3.11.2020.Imagen: Alex Halada/AFP/Getty Images

El atacante de Viena, identificado como Kujtim F., tenía antecedentes penales. Fue condenado a 22 meses de prisión en abril de 2019 porque intentó viajar a Siria para integrarse a la organización terrorista Estado Islámico. Durante el atentado terrorista de este lunes (2.11.2020) portaba un fusil de asalto, una pistola, un machete, y tenía puesto un chaleco explosivo, del que más tarde se confirmó que era falso. Pero es evidente que estaba decidido a matar. Tenía 20 años y raíces albano-macedonias. El 5 de diciembre de 2019 fue puesto en libertad condicional, ya que, como joven, todavía gozaba de los privilegios de la Ley de Menores austríaca.

Por su intención de viajar a Siria para unirse a los yihadistas, Kujtim F. había sido atendido por la asociación DERAD, que se especializa en la desradicalización de jóvenes, en cooperación con el Ministerio austríaco de Justicia. "En ese momento, nunca habría pensado que podría convertirse en un terrorista”, dijo su exabogado defensor, Nikolaus Rast, a la agencia Austria Presse Agentur (APA). Provenía de "una familia normal” y tenía "malas amistades”. Hace dos años, la madre del terrorista fue a visitarlo, desesperada, porque su hijo había desaparecido. Se radicalizó a través de internet, y murió tiroteado por la Policía el lunes por la noche, cerca de la iglesia de San Ruperto, en el centro de Viena.

El ministro austríaco del Interior, Karl Nehammer, del Partido Popular Austríaco (ÖPV), admitió que había indicios de que Kujtim F. iba a cometer un atentado. El joven había posteado una foto en Instagram en la que se mostraba con dos armas que luego utilizó en el ataque. El ministro recriminó al partido de coalición de izquierda, más exactamente, a la ministra de Justicia, Alma Zadic, diciendo que el terrorista logró "engañar al programa de desradicalización de la Justicia”. Según el director general de Seguridad Pública de ese ministerio, hubo "una serie de indicios de que se estaba radicalizando”. "Es necesaria una evaluación del sistema y una optimización de la Justicia”, exigió el ministro del Interior, quien, sin embargo, no pudo explicar por qué su ministerio no logró vigilar lo suficiente al joven, que ya tenía un pasado radical.

La Policía recoge huellas luego del atentado en Viena.
La Policía recoge huellas luego del atentado en Viena.Imagen: Lisi Niesner/REUTERS

Organizaciones musulmanas condenaron el atentado

La Comunidad Musulmana de Austria (IGGÖ) expresó su consternación por el atentado. El presidente de la IGGÖ, Ümit Vural, lo calificó de "ataque contra nuestra Viena” y ofreció amplia cooperación a las autoridades, en contacto con otras comunidades religiosas. Vural subrayó que el "orden liberal” es más fuerte que "la violencia y el terrorismo”. También la asociación de mezquitas turcas ATIB condenó el atentado: "El terrorismo no tiene religión ni país”, dijo su presidente, Fatih Yilmaz, quien resaltó que la única respuesta es "la solidaridad y la unión”.

El presidente del ATIB elogió explícitamente "las declaraciones diferenciadas y criteriosas del canciller Sebastian Kurz", que pidió "no poner a todos los musulmanes bajo sospecha”. El canciller austríaco subrayó que "el enemigo no son las personas de una determinada religión, sino el extremismo islámico, los islamistas que quieren dividir a la sociedad”. Pero, recalcó, "no daremos lugar al odio”. También los alauitas y la Juventud Musulmana condenaron el atentado. Se trata de un "cobarde ataque" contra "personas inocentes, contra el estilo de vida vienés, contra Austria y contra nuestra sociedad”, dijeron, por su parte, representantes de la Juventud Musulmana. Los musulmanes de Austria planean un homenaje a las víctimas del ataque terrorista el próximo viernes, 6 de noviembre.

Dos jóvenes turcos que practican artes marciales se convirtieron en héroes porque sacaron a dos personas heridas, entre ellos, un policía, de la línea de fuego. "Nosotros, los musulmanes de origen turco, aborrecemos todo tipo de terrorismo”, dijo uno de ellos en un video de Instagram. Estaban allí porque querían "tomar un café antes de que empezara el confinamiento”.

El canciller austríaco, Sebastian Kurz: "No daremos lugar al odio".
El canciller austríaco, Sebastian Kurz: "No daremos lugar al odio".Imagen: Lisi Niesner/REUTERS

Las cárceles, "semilleros de la radicalización”

El imán Ramazan Demir, que fue consejero espiritual en prisiones, puso el dedo en la llaga: "Las cárceles son semilleros de la radicalización”, dijo a la agencia APA. El programa Profil trató recientemente el tema de los baches de seguridad en las cárceles austríacas. Según el Ministerio de Defensa, aumenta cada vez más la cantidad de teléfonos móviles contrabandeados en las prisiones. En 2019 se confiscaron más de 1.000 teléfonos ilegales en cárceles, 720 más que en 2018.

En Graz se encontraron en la celda de un seguidor de Hamás un teléfono y cuatro cartuchos. El preso habría instigado a un atentado, pero su abogado lo niega. En Profil también se informó sobre un seguidor del condenado, Lorenz K., que habría chateado con miembros de esa organización terrorista desde la prisión. También habría enviado a una mujer una foto con la bandera del EI desde su celda. "Esa bandera siempre estuvo en la celda”, dijo Lorenz K. según el protocolo de la Agencia de Protección a la Constitución y Lucha contra el Terrorismo de Austria (BVT), "todos sabían eso y nadie hizo nada”. En los últimos días era claro que "estaban pasando cosas” en los foros de internet, indicó el director de la Oficina para la Prevención del Extremismo de la Comunidad Islámica, Nadim Mazarweh. Según él, solo hay que aprender a interpretar la retórica de esas personas para poder impedir ataques terroristas como el del lunes en Viena.

El presidente austríaco, Alexander van der Bellen, durante un homenaje a las víctimas del atentado en Viena. (3.11.2020).
El presidente austríaco, Alexander van der Bellen, durante un homenaje a las víctimas del atentado en Viena. (3.11.2020).Imagen: Leonhard Foeger/REUTERS

Viena, ¿enclave de yihadistas?

Austria es hace tiempo un enclave de yihadistas de los Balcanes, y también del Cáucaso. "La mayor parte de los yihadistas que salieron de Austria para luchar junto a organizaciones terroristas en el extranjero son chechenos”, explicó el ministro austríaco del Interior, Nehammer, luego del atentado de París. El gobierno de Viena anunció en ese momento la formación de un "grupo de trabajo” especial que se ocuparía "del peligro de la creación de sociedades paralelas”. La asociación vienesa DERAD, señaló, se dedicaría a atender a los musulmanes radicalizados en las prisiones para alejarlos del yihadismo y evitar que otros se vuelquen hacia la escena del fundamentalismo islámico.

Ese sistema está ahora pasando por una dura prueba. Próximamente, las liberaciones anticipadas de prisioneros deberán ser evaluadas también por los agentes de protección de la Constitución, dijo el ministro del Interior de Austria. A comienzos de 2019 fueron condenados a prisión en Graz líderes yihadistas que habían trasladado ilegalmente a combatientes al Cercano Oriente a través de una asociación religiosa musulmana de esa ciudad. La organización terrorista Estado Islámico recluta desde hace años también a yihadistas en los Balcanes. Allí los puntos álgidos son el triángulo fronterizo de Bosnia, Serbia y Kosovo, así como los países vecinos. La propaganda de los videos de Estado Islámico está dirigida a hombres jóvenes en los países balcánicos. Sus nombres de combate se relacionan con su origen: Al-Bosni, Al-Kosovi, Al-Albani, por ejemplo. La visión de los radicales es integrar los Balcanes a un califato. Y todas las huellas llevan a Viena.

(cp/ers)