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Colombia: un año regida por Santos

8 de agosto de 2011

Deutsche Welle entrevistó a Daniel Flemes, investigador del Instituto de Estudios Latinoamericanos, con miras a repasar los éxitos y desafíos de Juan Manuel Santos a un año de haber asumido la presidencia de Colombia.

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Flemes: “El estilo de mando de Santos ayuda a explicar la aprobación de la que goza su gestión”.
Flemes: “El estilo de mando de Santos ayuda a explicar la aprobación de la que goza su gestión”.Imagen: AP
Este 7 de agosto, Juan Manuel Santos cumplió su primer año como presidente de Colombia con halagadores índices de popularidad. Deutsche Welle entrevistó a Daniel Flemes, investigador del Instituto de Estudios Latinoamericanos (ILAS), adscrito al GIGA de Hamburgo, con miras a repasar los éxitos parciales y los desafíos de este político bogotano, que cumplirá los sesenta años este miércoles (10.8.2011).
Deutsche Welle: En los últimos meses se ha puesto mucho énfasis sobre los aspectos que diferencian a Santos de su antecesor, Álvaro Uribe, sobre todo en lo que respecta al “don de mando” de ambos políticos. ¿Qué tan diferentes son Uribe y Santos?
Daniel Flemes: Las diferencias entre la presidencia de Uribe y la de Santos trascienden el estilo de mando de ambos políticos y se evidencian en el contenido de sus programas. Colombia es el país con mayor grado de injusticia social y desigualdad económica en América del Sur, y Santos se ha tomado esos problemas mucho más seriamente que Uribe; en el primer año de su Gobierno se ha anotado éxitos considerables en la lucha contra la pobreza, por ejemplo. Por otro lado, Santos ha apostado a la continuidad en los grandes temas de la economía nacional.
Flemes: “Santos se muestra menos autoritario que Uribe”.
Flemes: “Santos se muestra menos autoritario que Uribe”.Imagen: AP
Santos ha seguido el camino trazado por las políticas económicas de Uribe en lo que se refiere a la privatización y a la apertura de la economía colombiana hacia fuera, y sus metas son similares a las de su predecesor en materia de seguridad. Claro, el estilo de mando de Santos ayuda a explicar por qué al cumplir su primer año su Gobierno disfruta de la aprobación de dos tercios de la población colombiana, según las últimas encuestas: Santos se muestra menos autoritario y más dispuesto al diálogo y al consenso que Uribe.
Eso se nota sobre todo en la manera en que Santos ejercita su política exterior, que es más pragmática y menos ideologizada; bajo el Gobierno de Uribe, las relaciones entre Colombia y Venezuela sufrieron mucho porque su personalidad chocaba con la del presidente venezolano, Hugo Chávez, por ejemplo. Hoy día, echando mano a Twitter y otra plataformas de Internet, Uribe es considerado el crítico más acérrimo de Santos; también eso dice mucho sobre las diferencias entre el expresidente colombiano y su sucesor.
¿Cuáles han sido los logros más importantes de Santos?
Su hazaña más importante es la aprobación de dos leyes. Una que propicia la indemnización de los desplazados –las personas que, dentro del territorio colombiano, se han visto obligadas a abandonar sus tierras debido a conflictos internos– y la devolución de propiedades rurales a quienes le pertenecen. La otra busca establecer un equilibrio económico entre las distintas regiones del país mediante la redistribución de lo que se factura por la venta de materia prima y la creación de fondos que beneficien a las generaciones venideras.
¿Cuáles son los retos más grandes en las manos de Santos y su equipo?
Guerrilleros y ex paramilitares, el gran reto de Santos.
Guerrilleros y ex paramilitares, el gran reto de Santos.Imagen: AP
El desafío principal para Santos sigue siendo la seguridad nacional. Por un parte está el conflicto entre el Estado colombiano y las organizaciones guerrilleras que, aunque debilitadas, siguen atizando la violencia en el país. Si Santos no consigue garantizar la seguridad en el espacio público y reservar el monopolio de la violencia para el Estado como lo hizo Uribe –fue por eso que Uribe fue reelecto–, Santos tendrá dificultades para ejercer la presidencia del país una segunda vez.
Por otra parte está la reorganización de los paramilitares de antaño, convertidos en bandas criminales dedicadas al tráfico de armas y de drogas que amenazan la seguridad pública en las grandes ciudades. Medellín se había consolidado como una ciudad segura hasta hace un año y ahora corre el peligro de transformarse en la urbe violenta que fue hace una o dos décadas. Por si fuera poco, una nueva tendencia, hasta ahora inimaginable, apunta a la cooperación de las organizaciones guerrilleras con los exparamilitares en actividades criminales ajenas a sus respectivos trasfondos socioeconómicos e ideologías políticas de otrora.
Autor: Evan Romero-Castillo
Editor: Pablo Kummetz