Nobel de Medicina alemán investiga virus que causaría cáncer de colon

Profesor zur Hausen, ¿que tipos de cáncer podrían generarse a través de un virus?

Tengo la sospecha de que el cáncer de intestino grueso y enfermedades de cáncer en la sangre se desencadenan por medio de infecciones. Al comparar unos datos descubrí que la variación de la tasa de cáncer de intestino es muy alta en diversos países. Los causantes no pueden ser -como se pensaba anteriormente- solamente los agentes carcinógenos, que se generan durante el proceso de cocción de los alimentos.

Los carcinógenos son sustancias químicas que se generan por la cocción, fritura o asado a la parrilla de alimentos. Son éstas los que pueden causar cáncer, y se forman independientemente del tipo de carne que se cocine. Sin embargo, no hay evidencia alguna de que exista una correlación entre el consumo a largo plazo de pescado o aves y la aparición del cáncer intestinal. En otro tipo de carnes, por el contrario, hay algunos indicios. La propagación de este tipo de enfermedad se vincula fuertemente con el consumo de carne de res.

¿Cómo llegó a esa conclusión?

En los países árabes, en los que se consume principalmente carne de oveja o de cabra, la tasa de cáncer de colon es baja. En India, donde las personas no comen en absoluto carne de res, no hay casi cáncer de colon. Y en Japón y Corea, donde sólo en las últimas décadas esta carne se ha convertido en uno de los platos más populares, se evidencia un rápido crecimiento de la tasa de cáncer de intestino grueso.

Como los carcinógenos también se originan al cocinar pescado o aves, la aparición del cáncer de colon no puede provenir de lo carcinógenos. Es por ello, que se puede llegar a la convicción de que hay un factor que se encuentra en la carne de res que condiciona el desarrollo del cáncer.

¿De qué factor se trata?

Para un infectólogo se podría tratar posiblemente de un virus sensible al calor. Si asamos por ejemplo un pedazo de carne en término “medio” o “poco hecha”, la temperatura al interior alcanzará por lo general entre 30 y 50 grados centígrados. Ésto no es suficiente para inactivar a tales virus. Sobre esta cuestión estoy investigando mucho actualmente con mi esposa.

¿Cree usted que alguna vez se podrá curar el cáncer?

Estoy seguro de que por lo menos curaremos el cáncer en mayor medida a lo que se realiza hoy en día. De hecho, ya hemos desarrollado grandes avances en la prevención y el tratamiento de la enfermedad. Las posibilidades de recuperación del cáncer de seno o de la leucemia son relativamente altas.

Sin embargo, debemos admitir también que algunos tipos de cáncer como el de pulmón o el de páncreas, así como ciertos tumores cerebrales, indican una clara sentencia de muerte para los pacientes. Lamentablemente, contra estos tipos de cáncer es poco lo que se puede hacer. Por ello, es poco factible que erradiquemos el cáncer en los próximos 20 a 30 años. Lo que sí sucederá, es que los pacientes podrán vivir más tiempo con la enfermedad.

¿Qué rol podría jugar en esto el tratamiento con células madre?

La investigación de las células madre ya juega un rol importante en el tratamiento de la leucemia, por ejemplo con el transplante de la médula ósea. En las enfermedades de la sangre también veo oportunidades relativamente grandes. Tengo, no obstante, la sensación de que en Alemania un gran número de políticos no entiende el enorme potencial que tiene para la sociedad la investigación de las células madre. En comparación con Estados Unidos y Japón, Alemania no ha desarrollado nuevas ideas y métodos en este campo cientifico.

¿A qué se debe esto?

En Alemania se lleva a cabo un debate muy emocional al respecto, que aviva muchos miedos, y que ha desanimado a muchos científicos a investigar más a fondo las células madre. Sin duda, esto ha sido un error. La opinión general sobre el tema es empero actualmente mucho más liberal que hace cinco o diez años.

Autora: Judith Hartl / Cristina Mendoza Weber
Editor: Pablo Kummetz