La genialidad de Borges, con ojos alemanes
14 de junio de 2011“Ni siquiera me gusta la idea de que me recuerden después de muerto. Espero morir, olvidarme y ser olvidado”, dijo el escritor argentino Jorge Luis Borges en una entrevista en 1973. Pero a 25 años de su muerte, su obra sigue tan vigente y actual, que es imposible pensar la literatura universal sin él.
El erudito de una memoria excepcional y aguda inteligencia, el incansable lector, el viajero al que siempre le importaba volver a Buenos Aires, hoy descansa en un cementerio en Ginebra, donde falleció a los 86 años. “Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca“, dijo también. Al menos, él se encargó de poblar las de la Tierra con numerosos títulos y todavía más volúmenes de estudiosos que siguen su obra.
El autor de “El Aleph” y “Ficciones” es mucho más que un narrador, ensayista y poeta fascinante. Es también un pensador siempre vigente y con múltiples facetas por descubrir. En Alemania, es motivo de estudio y revisión a través de seminarios y tesis doctorales que hablan de su impacto en la literatura latinoamericana y universal.
“El interés del mundo académico por la obra de Borges ha aumentado”, indica el profesor Alfonso de Toro, director del Centro de Investigación Iberoamericana de la Universidad de Leipzig y experto en la obra del escritor argentino. “No es sólo un literato –señala-. También es un pensador, un filósofo, un autor que transcribió géneros, que deshizo e hizo todo. Y eso es muy atractivo para los alemanes”.
Cuando este 14 de junio se cumplen 25 años de la muerte de Jorge Luis Borges, homenajes de todo tipo recordarán al escritor argentino alrededor del mundo. La Fundación Internacional que lleva su nombre y que dirige su viuda, María Kodama, ha denominado el 2011 como “Año Borges”, en Venecia se inaugura un laberinto también llamado como él y sus obras son reeditadas en distintos idiomas.
Borges en alemán
Borges comenzó a leer desde muy pequeño. “No recuerdo una época en la que no supiera leer ni escribir”, comentó en una entrevista. Lo hacía tanto en español como en inglés, idioma de su abuela materna. Las primeras lecturas fueron los cuentos de los hermanos Grimm en versión inglesa. En su adolescencia en Europa aprendió el alemán por sus propios medios, leyendo a Heine con un diccionario inglés-alemán en la mano. Más tarde tradujo, entre otros, a Kafka e incluso le dedicó un poema a esta lengua.
En Alemania, las obras completas de Borges han sido reeditadas y engrosadas con nuevos escritos, en una colección de primera calidad. La editorial Hanser, que califica a Borges como “el más grande escritor argentino y un clásico de la literatura universal” publicó hace algunos meses “Ein ewiger Traum”, una selección de ensayos no editados en libro por el autor. “Es una variedad de textos casi desconocidos, publicados por primera vez en alemán”, señala la editorial.
Según Alfonso de Toro, las mejores traducciones que ha leído de Borges son al alemán, al francés y al inglés. “Las traducciones al alemán son impecables, muy buenas. Es un placer leer a Borges en este idioma”, indica.
El hombre detrás de estas traducciones es el escritor alemán Gisbert Haefs, quien desde 1981 ha transcrito y revisado toda la obra de Borges. Es difícil cuantificar de cuántos libros se trata. Ahí están la edición de bolsillo (Fischer) de 20 volúmenes, la nueva de cubierta dura de Hanser, que la reagrupa en 13 tomos con algunos agregados, como el libro de ensayos y una selección de diálogos, y la anterior, también de Hanser (1981-1987), de la cual ocho volúmenes estuvieron a cargo suyo.
¿Cómo se ve la obra de Borges, desde la perspectiva del traductor al alemán? Siga leyendo...
Un desafío apasionante
La tarea de traducir a Jorge Luis Borges ha convertido a Gisbert Haefs en un gran conocedor y admirador de su obra. “Sobre todo es la perfección literaria, la inmaculada ejecución de sus ideas –dice Haefs- Claro que estas siempre me resultaban fascinantes y divertidas: lo fantástico filosófico, los espejos, los tigres, los laberintos, la erudición del ensayista, la elegante serenidad del poeta”.
El trabajo es monumental y a la vez estimulante. “Para un traductor, es un desafío apasionante tratar de reconstruir todo eso en otro idioma. Pero a pesar de la complejidad de sus ideas, su lenguaje siempre es muy lúcido, afilado y casi sencillo, así que nunca hay que preguntarse qué quiere decir”, agrega Haefs.
¿Por qué cree que Borges se sigue leyendo, estudiando, traduciendo y publicando?
Porque es un artista perfecto, un hacedor de artificios. Y dentro de esa perfección literaria nos habla de las cosas de siempre, la vida y la muerte, las preocupaciones de todas las generaciones.
¿Qué impacto ha tenido en Alemania? ¿Qué atrae de Borges a los lectores alemanes?
Es algo complicada la relación entre los lectores alemanes y la obra de Borges. Tiene gran renombre y poca venta. Supongo que eso se debe a varias causas. Borges es citado por escritores e intelectuales, y siempre se nos dice que es difícil, que escribe para los pocos y no para los muchos, así que hay mucha gente que podría gozar de sus cuentos pero nunca los toca. Borges es cuentista y poeta y ensayista, pero en Alemania todo eso es secundario; para tener éxito aquí hay que escribir novela. Además, un autor sudamericano tiene que cumplir con la obligación de ser exótico. Y Borges no ha escrito novelas exóticas sudamericanas.
¿Sigue siendo actual en Alemania, se le redescubre?
Sigue siendo leído y citado y alabado por unos escritores e intelectuales. Hay que esperar que un día también lo lean otros, pero supongo que antes hay que aceptar que el cuento no vale menos que la novela.
Borges infinito
Más que un escritor argentino, Borges es para muchos un autor universal. “Renovó muchos campos de la literatura y del pensamiento –comenta Alfonso de Toro-. Creó nuevos medios, fue un hombre de vanguardia. Eso está muy bien establecido entre los académicos alemanes y europeos”.
Borges tiene muchas facetas y se siguen abriendo nuevos campos de estudio en torno a su obra. Desde la importancia de su poesía, siempre eclipsada por su obra narrativa y ensayos, hasta el aspecto trascendente de la misma. “Él dice que es ateo, que no cree, y yo lo tomo muy en serio –explica de Toro-. Pero hay una especie de intuición a lo infinito, a lo divino… Es un Borges magnífico”.
Sin importar que nunca le concedieran el premio Nobel, Jorge Luis Borges tiene un lugar indiscutible en la literatura. “Los autores grandes como Borges jamás van a ser tratados hasta el final. Se siguen escribiendo miles de páginas sobre Dante, Flaubert, Cervantes… han ido más allá del objeto que han querido crear”, concluye.
Autora: Victoria Dannemann
Editor: Enrique López