Afganistán, punto de desencuentro para la OTAN
13 de noviembre de 2006La manzana de la discordia es la fuerza internacional de 31 mil elementos conocida como ISAF, y que responde al mando de la Organización para el Tratado del Atlántico Norte, OTAN. De tal contingente, 2,800 soldados provienen de Alemania, cuya participación es la tercera más grande dentro de estas fuerzas de paz.
De acuerdo con el secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop, "debemos equipar mejor a nuestras fuerzas en Afganistán. Esto implica también que deben eliminarse los topes que algunos países han impuesto para la participación de sus soldados. Con tales medidas se daría una importante y necesaria muestra de solidaridad entre los aliados".
Alemania responde
Desde Berlín y otros puntos de Europa, la respuesta no se hizo esperar. En la capital alemana, la canciller Angela Merkel dejó poco lugar a especulaciones: "Creemos que el mandato de nuestros soldados no debe cambiar en lo absoluto. Hemos tomado la responsabilidad de estabilizar la zona norte de Afganistán, y también contemplamos la posibilidad de intervenir en casos de emergencia en el sur", agregó.
Por si esto no hubiera sido suficiente, dos ministros alemanes terciaron desde Bruselas. El encargado de la cartera de Defensa, Franz Josef Jung, manifestó que "la distribución de responsabilidades que acordamos fue claro, y así se quedará". El ministro de Asuntos Exteriores, Frank Walter Steinmeier, fue más específico: "No tendría sentido alguno el poner en riesgo el trabajo de estabilización que hemos hecho en el norte de Afganistán, al desplazar personal o tropas hacia el sur".
En cambio, los funcionarios alemanes parecen acompañar la posición de la Comisión Europea, que propone fortalecer el sistema local de justicia. La comisaria para Asuntos Exteriores, Benita Ferrero-Waldner, asegura que "sobre todo debe fortalecerse a la policía y al aparato judicial. Pero no sólo tratamos con un gobierno central debilitado, sino también con gobiernos locales debilitados. Cunde la corrupción y hay un problema masivo con las drogas. Eso nos dificulta la vida".
Administración del riesgo
Las declaraciones del secretario general de la OTAN guardan un reproche velado. Se piensa, en algunos círculos militares de la misión ISAF, que el riesgo no está distribuido equitativamente entre las tropas estacionadas en el conflictivo sur, y las que tienen su base en el norte afgano. Entre las primeras, han sido especialmente significativas las bajas de soldados británicos y canadienses.
La misión alemana en el norte, sin embargo, tampoco parece un día de campo. Por un lado, las autoridades alemanas alegan que si hay paz en esa región es debido al éxito de la misión de paz. Por otro, el ministerio de Defensa recordó desde Berlín que, apenas el pasado fin de semana, un contingente en el que participaban soldados alemanes fue atacado con bazucas, ocasionando heridas a dos oficiales afganos. Pero el debate al interior de la OTAN todavía dará de que hablar.
La situación en Afganistán ha vuelto a preocupar a Europa por la reciente escalada de violencia, calificada como la peor desde que cayó el régimen talibán. De acuerdo con la ONU y con informes oficiales de Afganistán, los incidentes de este año han dejado un saldo mortal de 3,700 personas, cuatro veces más que en 2005. Los representantes europeos temen que, de continuar así las cosas, los progresos alcanzados desde el derrocamiento de los talibanes se vendrán abajo. Y eso sumiría a Afganistán en una situación de la cual sería mucho más difícil recuperarse.