Alemana secuestrada en Irak
29 de noviembre de 2005La alemana fue secuestrada el pasado viernes, pero los secuestradores dieron a conocer la noticia esta madrugada. Se trata de Susanne Osthoff, una arqueóloga de 43 años de la localidad bávara de Ebersberg, cerca de Múnich, que vive desde hace años en Irak, habla perfectamente árabe, está casada con un jordano y es musulmana moderada.
Los secuestradores enviaron un video
La noticia del secuestro se conoció a través de un video enviado por los captores a la oficina en Bagdad de la primera cadena de televisión pública alemana ARD. En el video se puede ver a Osthoff y a su chófer, de nacionalidad iraquí, y a tres hombres, dos armados con ametralladoras y uno con un lanzagranadas.
En el vídeo, según ARD, los captores exigen al gobierno alemán que deje de cooperar con el Ejecutivo de Irak o, por el contrario, ejecutarán a sus prisioneros. Según informaciones de la cadena pública, los secuestradores imponen un ultimátum con un margen de tiempo "breve".
Se trata de la primera vez que Alemania afronta el secuestro de uno de sus ciudadanos en Irak, lo que, según el experto en política exterior de la oposición liberal, Werner Hoyer, demuestra que fue "ilusorio" pensar que no haber participado en la guerra ponía al país fuera de todo peligro.
Alemania no envió soldados a Irak y se opuso frontalmente a la guerra. Según declaró la nueva canciller Angela Merkel en su visita a Bruselas la semana pasada, tampoco con el cambio de gobierno existen posibilidades de que el ejército alemán llegue a estar presente en Irak.
Pero aún así, Alemania no está al cien por cien libre de culpa para los terroristas y demás grupos criminales que actúan en Irak: soldados alemanes realizan en el país labores como la formación de la nueva policía iraquí, y están presentes en Afganistán.
Trabajadora en misión humanitaria
La madre de la arqueóloga secuestrada, Ingrid H., aseguró hoy que espera que el gobierno encuentre una solución y que su hija sea liberada. La liberación no debe fracasar por cuestiones políticas, indicó la mujer en declaraciones a la cadena privada de televisión N24. Según Ingrid H., a ella se le comunicó el secuestro a través de una llamada del Ministerio de Exteriores la pasada madrugada.
Susanne Osthoff mostró ya desde joven gran interés por la cultura y la sociedad iraquí. A partir de 1984 estudió diversos restos arqueológicos en Irak, y desde la primera guerra del Golfo, en 1991, Osthoff trabajó para diversas organizaciones humanitarias en Irak. "Se encargaba de abastecer con medicamentos a la población. También ayudaba en algunos hospitales", dijo su madre. Esta labor humanitaria la siguió realizando hasta la actualidad, colaborando entre otras ONG con la llamada "Ayuda Directa a Irak".
Dura condena del gobierno alemán
"El gobierno alemán condena duramente el secuestro. Apelamos a los raptores a que entreguen a los dos secuestrados sanos y salvos", exigió la canciller Angela Merkel esta mañana en una corta intervención ante la prensa en el Parlamento alemán. "Todos los esfuerzos del gobierno se centran en salvaguardar la integridad física y la vida de Susanne Osthoff y de su chófer", declaró Merkel.
La canciller confirmó además que el gobierno ha creado un gabinete de crisis para "aclarar la situación de los secuestrados". "El gobierno quiere mostrar su solidaridad con los familiares y amigos de los dos secuestrados. Pueden estar seguros de que haremos todo lo que esté en nuestras manos para garantizar la seguridad de ambos", dijo Merkel.
Crisis en el ministerio de Exteriores
El Ministerio alemán de Asuntos Exteriores se limitó esta madrugada a confirmar que una ciudadana alemana había desaparecido el pasado viernes y que el gobierno está haciendo todo lo posible "para garantizar su integridad física". También el Ministerio de Exteriores ha establecido un grupo de crisis que sigue la situación detalladamente, cuyo director es el secretario de Estado Klaus Scharioth, quien ya dirigió otras crisis como la del Tsunami el pasado diciembre.
El ministro alemán de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, se encuentra hoy de visita oficial en Estados Unidos. Steinmeier tiene previsto reunirse con su colega, la secretaria de Estado Condoleezza Rice, con la que seguramente tratará el tema del secuestro de Osthoff. Según indican los medios alemanes, la ayuda estadounidense es fundamental para que la captura pueda tener un final feliz. Los estadounidenses llevan mucho tiempo en Irak y están mejor organizados sobre el terreno y acostumbrados a enfrentarse a los grupos terroristas y de resistencia del país.
¿Quiénes son los secuestradores?
La primera cuestión que debe ser resuelta es la identidad de los secuestradores. El gobierno alemán ha de encontrar una respuesta con urgencia a este enigma, para poder tomar contacto con los raptores y tratar de buscar una salida negociada al secuestro.
Desde el comienzo de la guerra actúan en Irak una cantidad indeterminada de grupos criminales. No siempre es fácil determinar las fronteras entre terroristas y delincuentes comunes en busca de beneficios económicos. Estos grupos saben que cada extranjero asesinado supone presión adicional para el gobierno iraquí, y que, sobre todo los Estados occidentales, hacen todo los posible por liberar a sus ciudadanos.
Otros cuatro extranjeros secuestrados
Durante el pasado fin de semana han sido secuestrados en Irak otros cuatro extranjeros que llevaban a cabo labores humanitarias en el país. Los dos canadienses, un inglés y un estadounidense, se encontraban el pasado sábado en los alrededores de Bagdad cuando cayeron en manos de un grupo no identificado de terroristas.
El número de secuestrados en Irak desde abril de 2003, cuando el gobierno de Saddam Hussein fue derrocado, supera ya el centenar. Periodistas, trabajadores de organizaciones humanitarias o de empresas extranjeras son el principal objetivo de los secuestradores.
Uno de los casos más famosos de raptados en Irak fue el de la periodista italiana Giuliana Sgrena, cuyo país se encontraba entre los aliados de Bush en la "guerra contra el terrorismo". Sgrena fue liberada con vida, pero otros muchos, aproximadamente un tercio de los secuestrados, no corrieron la misma suerte.