Ausencias marcan Cumbre Iberoamericana en Panamá
19 de octubre de 2013
La Cumbre Iberoamericana es una instancia de encuentro entre América Latina, Portugal y España, aunque parece que cada vez existe menos interés en ella. Quizás por el surgimiento de otros foros regionales o tal vez por la evidente debilidad económica que presentan los países europeos, que ha hecho que los países del subcontinente pongan su mirada en mercados más atractivos.
Al menos así lo entienden analistas, a la luz de lo sucedido en Ciudad de Panamá, donde se convocó a 22 mandatarios para la XXIII Cumbre Iberoamericana. Doce de ellos se excusaron e incluso Ollanta Humala, de Perú, no llegó pese a haberlo prometido. Con eso en mente, el presidente de México, Enrique Peña Nieto, dijo que “este mecanismo de diálogo está llamado a renovarse para transformarse en un mecanismo moderno de vinculación global. Estos son tiempos de cambio en la geopolítica internacional”.
La cumbre, iniciativa del Rey de España, recibe cuestionamientos desde todos los frentes. “Resulta claro que los cambios producidos en los últimos años y los avances en América Latina hacia una mayor autonomía, nos llevan a reflexionar sobre el sentido de las cumbres iberoamericanas”, dijo el presidente del Congreso de Argentina y representante de ese país en la cita, Julián Domínguez.
Una cumbre que requiere reformas
La crisis ha hecho que España y Portugal hayan perdido atractivo como socios de América Latina, confió un diplomático español a la agencia de noticias Reuters. Contra esa noción intentó luchar este sábado (19.10.2013) Mariano Rajoy, quien en su discurso aseguró que España está dejando atrás sus problemas económicos y que, una vez pasada la crisis, volverá a ser un socio atractivo para la región.
“España va a ofrecer nuevas y renovadas oportunidades y estaríamos encantados de que las empresas latinoamericanas aprovecharan esas oportunidades y se establecieran en España”, dijo Rajoy en un discurso durante la primera sesión de los mandatarios y diplomáticos. “Puedo asegurarles que España está saliendo ya de la crisis con una economía saneada y reforzada, y aunque son muchas las cosas que quedan por hacer, tenemos la voluntad, el empeño y la determinación de hacerlas”, añadió.
La cumbre, deslucida por las numerosas ausencias, dio pie también para que los cancilleres de varios países plantearan que estos encuentros se realizaran cada dos años y no anualmente, como se ha realizado desde 1991. Eso se haría realidad a partir de la cumbre de 2014, que tendrá lugar en Veracruz, México. “La cumbre sin duda requiere una inyección de dinamismo”, sentenció el mandatario de Colombia, Juan Manuel Santos, evidenciando el ánimo reformista que enfrentará la cita iberoamericana, que dejó como legado una declaración y el apoyo al proceso de paz en Colombia.
DZC (Reuters, dpa)