Barcelona: "No tenemos miedo"
27 de agosto de 2017Saray Gómez tiene mucho que hacer. En pocas horas irá a la gran manifestación contra el terrorismo. En cuestión de minutos va haciendo ramos de flores con mensajes de duelo escritos a mano. Gómez trabaja en uno de los famosos quioscos de flores de las Ramblas y vivió el atentado del 17 de agosto muy de cerca. Cuando la furgoneta blanca pasó casi rozándola, supo que se trataba de un atentado, explica la joven con la voz entrecortada.
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No se quita de la cabeza las imágenes de los cuerpos tendidos frente a su quiosco. Se repone. Señala con la cabeza la fila de clientes: "Mucha gente viene a diario a llorar con nosotros, eso nos da fuerzas para seguir".
De hecho, Barcelona parece volver a erguirse este sábado. En los improvisados memoriales diseminados por las Ramblas o en el famoso mosaico de Joan Miró, los visitantes depositan velas, flores o cartas en recuerdo de los asesinados. Luego, en pequeños grupos, continúan hacia Plaza Catalunya y el Paseo de Gracia para unirse a la manifestación.
"Si quieres paz, no vendas armas"
Allí, el gobierno regional catalán y de la ciudad de Barcelona han convocado una gran manifestación bajo el lema "No tenim por" ('no tenemos miedo'). Medio millón de personas han seguido la llamada. "Ahora tenemos que permanecer juntos y demostrar que no dejamos que el terror nos arrodille", nos dice uno de ellos, Gerard Ferrer, de 43 años. Como muchos otros, lleva una rosa en la mano. Por el camino se leen carteles con eslóganes como "no a la islamofobia" o "Felipe, si quieres paz, no vendas armas".
Es un mensaje claro al rey español que, junto con el primer ministro Mariano Rajoy y representantes de todas las regiones y partidos españoles, está en la segunda fila de la manifestación. La Casa Real no es bienvenida en Barcelona por parte de muchos manifestantes, que le silban cada vez que aparece en las pantallas gitantes. "Quien vende armas a países como Arabia Saudí y copatrocina de esta forma el terror no tiene lugar en una manifestación como esta", se queja Serafí Olivares, de 46 años.
Independentismo
No sólo la crítica a la Casa real, también el conflicto entre el gobierno central de Madrid y el regional de Cataluña, en pleno "proceso" independentista, enerva los ánimos. Miles de manifestantes ondean la bandera catalana, convertida en símbolo del independentismo al añadirle una estrella. "Nos hemos quedado solos en los últimos días", dice Jordi Duc. "Si nuestra policía regional Mossos d'Esquadra tuviera acceso directo a los datos de Europol, el asesinato podría haberse evitado", asegura.
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La cooperación entre las distintas policías españolas ha sido cuestionada tras los asesinatos. Al parecer, la Policía Nacional no reenvió advertencias importantes sobre el imán Abelbaki Satty, supuesto artífice de los ataques. Y la policía regional impidió que los otros cuerpos investigaran la explosión previa en el edificio de Alcanar. "Naturalmente, los ataques no deben mezclarse con la disputa entre Cataluña y España", agrega Duc, "pero las tensiones no pueden pasarse por alto".
Disputas puntuales
Cuando una docena de manifestantes con banderas españolas y una pancarta con la leyenda "España contra el terrorismo. Gracias, Su Majestad", entran en la Plaza Catalunya hay enfrentamientos. La policía escolta al grupo fuera, bajo la atónita mirada de unos turistas ingleses que observan la escena desde un restaurante de comida rápida.
Tales episodios son una mera nota a pie de página. La gran manifestación culmina con un breve acto. La reconocida actriz catalana Rosa María Sardà recita unos poemas. Miriam Hatibi, el representante de la fundación musulmana Ibn Battutta, apela a la multitud: "el amor vencerá al odio". Los aplausos estallan.
Cuando dos músicos entonan la famosa canción de Pau Casal "Cant dels Ocells", ha vuelto ya la calma a la Plaza Catalunya. Mientras tocan el violonchelo, los pensamientos de la gente están sólo con las víctimas.
Autora: Julia Macher (LGC/MS)