Bosques tropicales: grandiosa naturaleza bajo grandes peligros
14 de septiembre de 2007Las dimensiones del último y mayor sistema de bosque tropical del mundo en América del Sur son extraordinarias. La cuenca del Amazonas cubre una extensión comparable a las distancias entre Lisboa y Varsovia, y entre Palermo y Copenhagen. Brasil, Perú, Ecuador y Colombia tienen parte en lo que se ha dado por llamar los “pulmones del mundo”. Pulmones en peligro. Reservas naturales de valor mundial que albergan una naturaleza sorprendente y a riesgo de desaparecer.
Cuarenta mil clases de plantas, 427 familias de mamíferos, entre los que se cuentan animales ya legendarios como el jaguar, pero también tan sorprendentes como los delfines rosados que pueblan varios ríos amazónicos y el Orinoco.
A éstos se suman 1.294 de aves, desde guacamayas hasta colibríes, así como 3.000 clases de peces, muchos de ellos exportados para los acuarios de las salas de estar en Europa, Asia y Estados Unidos. A pesar de todo este inmenso acervo natural, aún falta mucho por descubrir y estudiar en el Amazonas.
Etnias amazónicas viven del bosque y en paz con él
Los bosques tropicales, una de las fuentes más ricas de producción de agua, son también el hábitat de poblaciones aborígenes. En el Amazonas viven hoy 170 etnias diferentes, generalmente en paz con su entorno.
En las últimas décadas, empero, el 17% de esta especial cuna de incalculables riquezas naturales y tradicionales pueblos indígenas, ha sido destruido. Irreversiblemente. La deforestación y la explotación de minas son las principales causas de la paulatina y cada vez más acelerada desaparición de los bosques tropicales amazónicos y andinos.
Reses, soja, coca y diques
La deforestación legal e ilegal es ejecutada por latifundistas que comercializan la madera, utilizan los terrenos para engorde de vacunos o extienden los ya existentes cultivos de soja y maíz. A los cultivos de cereales se ha sumado en las dos últimas décadas la destrucción del bosque tropical amazónico para el cultivo de coca promovido por los carteles del narcotráfico y las guerrillas colombianas.
Y, como si fuera poco, los litigios jurídicos de posesión de terrenos y la construcción de grandes diques para la generación de energía eléctrica han terminado por acelerar la dinámica que ha hecho de este bosque paradisiaco, un verdadero infierno, para sus habitantes humanos y animales, pero también para el mundo preocupado por los cambios climáticos.
¡Al rescate de los bosques tropicales!
Justamente el que en 1998 el Gobierno de Brasilia haya declarado el 10% del Amazonas brasileño bajo protección especial se le agradece a la acción del Fondo Mundial de Conservación de la Naturaleza que ha llevado a cabo una de las más ambiciosas campañas de protección de bosques tropicales conocido como “Amazon Region Protected Areas Programme” (ARPA). El objetivo es que al final haya 50 millones de hectáreas protegidas, un territorio tan grande como España.
Dentro del marco de ARPA, la sección alemana del WWF, por su parte, ha asumido la responsabilidad del Parque Natural Nacional ”Jurena”, que tiene las dimensiones de Sajonia, uno de los Land más grandes de Alemania. Así es como la protección de un pedazo de bosque tropical en América del Sur es también un valioso aporte a la conservación de la naturaleza en Europa.