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Cambio de mando en el SPD

ers21 de marzo de 2004

Con una emotiva defensa de las reformas emprendidas, Gerhard Schröder se abandonó la jefatura del Partido Socialdemócrata Alemán, en un congreso extraordinario destinado a confirmar a su sucesor: Franz Müntefering.

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Franz Müntefering, el nuevo jefe de la socialdemocracia alemana.Imagen: AP

Difíciles han sido los tiempos en que le correspondió a Gerhard Schröder dirigir al SPD. Y también él fue un jefe "difícil". Así lo reconoció ente los 500 delegados reunidos en un congreso extraordinario de la socialdemocracia alemana, en un emocionado discurso de adiós. Schröder quiere concentrar sus fuerzas en las labores de gobierno, dejando la batuta partidaria a un hombre de su confianza. Franz Müntefering tendrá la nada envidiable tarea de intentar restablecer la unidad de los socialdemócratas, amenazada incluso por tendencias cismáticas en un momento en que sus niveles de popularidad andan por los suelos.

Partido en crisis

Gerhard Schröder und Franz Müntefering
El canciller Gerhard Schröder, junto a su hombre de confianza.Imagen: AP

Optimismo es lo que quiere inyectar Müntefering a las desalentadas bases, que ven cómo los electores se les escapan en masa en los comicios regionales. "Si nos apoyamos mutuamente, lo conseguiremos", aseguró, instando a un análisis abierto y franco de la situación. El nuevo líder del partido quiere situarlo a la altura de los tiempos. Destacó que, estando al frente del gobierno, el SPD tiene la oportunidad de reformar a Alemania con justicia social. "La economía está al servicio de la gente, y no a la inversa", subrayó ante los delegados.

Eso es lo que quisiera la mayoría de los socialdemócratas. Pero no son pocos los que dudan que tal principio se refleje efectivamente en la agenda de reformas del canciller Schröder. Mientras un antiguo presidente del SPD, Oskar Lafontaine, lanza a la discusión pública una agenda alternativa, en el ala izquierda de la socialdemocracia se juega abiertamente con la posibilidad de fundar un nuevo partido para aglutinar a los descontentos con los actuales planes de recortes en el plano social.

Schröder se defiende

Schröder, por su parte, mantiene la convicción de estar obrando correctamente, pese a las fuertes críticas. Así lo dejó en claro una vez más en la despedida, cuando aseguró que las reformas son necesarias, porque sólo la innovación garantiza la justicia, que es el objetivo de su programa. Recalcó, en este sentido, que el trabajo mancomunado del SPD debe ser conferir un contenido vital a los principios de libertad, igualdad y justicia.

Pasando a un terreno menos ingrato, el canciller puntualizó que también en el plano de la política exterior se han adoptado las decisiones correctas en los 5 años de su gobierno. Por ejemplo, recordó que Alemania ha asumido responsabilidades a nivel internacional, también en la lucha contra el terrorismo. Y agregó que, por eso, el país tiene el derecho de decir no, cuando no está convencido del sentido de una operación militar. En este punto, al menos, el canciller sabe que tiene a las bases de su parte. Pero eso no basta para sacar al partido de la crisis, aunque, finalmente, el discurso de Schröder haya sido premiado por los delegados, que aplaudieron de pie durante cuatro minutos. El desafío interno queda ahora en manos de Müntefering, confirmado con un 95,11% de los votos como nuevo jefe del SPD.