CEPAL: causas del rezago latinoamericano
12 de abril de 2006
La competencia para atraer inversiones es global y América Latina va a la zaga, según un estudio presentado en Santiago de Chile por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). La inversión extranjera directa destinada a la región superó los 60.500 millones de dólares en el 2005, una cifra muy similar a la del año anterior. Otras regiones obtuvieron mejores resultados.
El monto está distante de los niveles de la década de los 90 cuando la inversión extranjera directa era de unos 100.000 millones de dólares anuales. Sin embargo se ha recuperado del desplome registrado en el 2001, provocado por la crisis argentina y los problemas financieros de Brasil que, aunados a la recesión del mercado estadounidense y los bajos precios de los recursos naturales, hacían la región poco atractiva para el capital de inversión extranjero.
Ola de privatizaciones
"América Latina se ha recuperado, nos encontramos ante un 60% con respecto al nivel récord, y eso se debe a que la región ha mejorado en cuanto a estabilidad", dice en conversación con DW-WORLD Michael Mortimore, especialista de la CEPAL. El experto añade que el auge registrado a finales de los 90 tiene que ver con la ola de privatizaciones.
"Cuando una empresa invierte en un país extranjero, lo hace motivada por la búsqueda de recursos naturales, de mercados, de eficiencia (lugares para establecer plataformas de exportación) o para desarrollar activos estratégicos (investigación y desarrollo tecnológico, por ejemplo)", explica el economista canadiense.
Quienes invierten dónde
Según el estudio de la CEPAL, por el tipo de inversión y los países de procedencia de las mismas, Latinoamérica se divide en dos grandes subregiones: América del Sur, tradicionalmente receptora de un mayor volumen de inversión que México y la Cuenca del Caribe, que sin embargo, ha estado afectada por una volatilidad mucho mayor. Mientras que la inversión en el cono sur es de origen europeo, España, Portugal, Francia, Reino Unido y Alemania, en México y el Caribe proviene fundamentalmente de Estados Unidos. En esta región las inversiones buscan eficiencia, (condiciones competitivas para la producción y exportación), mientras que en Sudamérica buscan mercados, tanto de servicios como de manufacturas.
Translatinas y otras estrellas
El investigador señala que en general en la región el impacto de la inversión es bajo con relación al monto y eso se debe a la incapacidad de los empresarios locales para competir con trasnacionales, que les ayudaría a mejorar sus cadenas productivas, capacitación humana, transferencia de tecnología así como incrementar la competitividad. "Las empresas tratan a toda costa de evitar la presencia de trasnacionales porque, cuando compiten, se produce una absorción"
Como ejemplo de ello, el especialista menciona varios casos de empresas que exitosamente se han o internacionalizado o defendido sus mercados. La mexicana Cemex, una transnacional de las llamadas translatinas, con presencia en todo el mundo; la mexicana América Móvil, que compite con empresas de telecomunicaciones europeas en el mercado de América Latina; la brasileña Semco y las chilenas, Fallabela y Farmacias Ahumada, que han defendido su mercado e incluso han incursionado en países como Argentina, Perú y Bolivia, resistiendo la competencia de grandes trasnacionales como Carrefur y Walmart.
Generar valor agregado
El experto advierte que mientras América Latina continúe especializada en actividades de bajo valor agregado no mejorará el ingreso. "Hay que pasar de lo simple a lo complejo. En vez de exportar cobre, hay que producir y exportar artículos de cobre, en vez de petróleo, refinados del petróleo. Es necesario intensificar la investigación y el desarrollo tecnológico para producir software y maquinaria en vez de materias primas", afirma.
El experto hace recomendaciones a los gobiernos nacionales: "Es fundamental promover la inversión a través de agencias que busquen en el contexto internacional inversión estratégica, la participación de empresas extranjeras que puedan aportar lo que el país requiere". Mortimore señala que países como Irlanda y Singapur han logrado implementar políticas sumamente eficaces para atraer este tipo de inversión, ofreciéndoles, a través de privilegios fiscales, etc, un entorno favorable. "Eso es lo que falta en América Latina", concluye.