El teatro viste de negro
22 de agosto de 2010"Yo siempre pensé que alguien así no se podía morir. Es como si la vida misma hubiera muerto", comentaba este domingo (22.8.2010) la escritora austríaca y ganadora del premio Nobel de Literatura Elfriede Jelinek, sumándose a las importantes figuras del ámbito político y cultural de habla alemana que han expresado su pesar por la muerte del célebre director de teatro Christoph Schlingensief. Nacido en Oberhausen, Renania del Norte-Westfalia, y percibido –a su pesar– como el enfant terrible de las tablas germanas, Schlingensief falleció este sábado (21.8.2010) en Berlín, cediendo a los embates de un cáncer de pulmón diagnosticado por primera vez a principios de 2008.
“Es un día terriblemente triste", agregó Jelinek, cuya obra Bambiland fue llevada a escena por Schliengensief en 2003, en el Burgtheater de Viena. Sin embargo, fue con sus producciones para el festival de verano de Bayreuth, centrado en los dramas musicales de Richard Wagner, que este hombre de teatro obtuvo renombre mundial. “Estoy profundamente conmocionada. Me da muchísima pena, sobre todo porque luchó tanto”, admitió por su parte Katharina Wagner, co-directora de los Festivales Wagnerianos, en donde Schlingensief debutó como director de ópera en 2004 con una versión de Parsifal.
"Un gran hombre del teatro abandona el escenario"
El ex director de los Kammerspiele de Múnich, Frank Baumbauer, describió a Schlingensief como “un gran sacudidor de conciencias”, señalando que, con sus montajes en Hamburgo, Berlín, Bayreuth, Viena y África, “nos sacó una y otra vez de nuestros cómodos nidos”. El ministro de Cultura alemán, Bernd Neumann, secundó a Baumbauer y no dudó en advertir que, con la muerte del dramaturgo, “la escena cultural pierde a uno de los artistas más innovadores y multifacéticos que haya marcado al mundo del cine y el teatro alemán".
Schlingensief murió a los 49 años rodeado por sus familiares en Berlín, una ciudad que ya comienza a extrañarlo. El director del Festival de Cine de Berlín, Dieter Kosslick, se pronunció sobre el fallecimiento del director –que formó parte del jurado de la Berlinale en 2009– describiéndolo como un gran cineasta y un artista político que siempre hizo lo que quiso. “Muy afectado”, se describió también el alcalde de la capital alemana, Klaus Wowereit, afirmando en tono solemne: "Un gran hombre del teatro abandona el escenario".
La última recaída
“Yo quiero saber si he fracasado en mi combate contra el cáncer o si el hecho de fracasar traerá consigo oportunidades, como yo mismo solía decir. Por ejemplo, la oportunidad de un nuevo comienzo. Yo estoy empezando el juego nuevamente, por decirlo de alguna manera”, había dicho el propio Schlingensief en septiembre de 2008 durante su primera entrevista después de la operación con que se intentó poner fin a su afección. Pero a mediados de este año, el controvertido director se vio obligado a cancelar el estreno de sus más recientes montajes teatrales debido a su precario estado de salud.
“Tras una triste y minuciosa reflexión, me doy cuenta de que este trabajo no me dará fuerzas, sino que constituirá un serio riesgo", escribió Schlingensief en una carta abierta publicada el 2 de julio, respondiendo rápidamente al nuevo diagnóstico hecho por sus médicos y poniendo en suspenso el destino de las piezas teatrales que dirigía para el Festival de Arte de la Cuenca del Ruhr y la reapertura del teatro Schiller de Berlín. Dejando abierta la posibilidad de un retorno a los escenarios, el director cerraba su misiva pública con un “después veremos” no del todo optimista.
Proyectos pendientes
El artista había sufrido varias recaídas, pero había logrado recuperarse y seguir activo en Austria, Alemania y África, donde está cobrando forma su gran último sueño, un teatro en Burkina Faso concebido con el respaldo del Instituto Goethe y del escritor sueco Henning Mankell. En febrero de este año, Schlingensief presenció el inicio de las obras que comprenderán una sala de teatro, una escuela, talleres y un dispensario; un proyecto que describía orgulloso como “una aldea operística pero no del alto vuelo de Bayreuth”.
Lamentablemente, el dramaturgo no llegó a exponer sus planes para el pabellón alemán de la Bienal de Venecia de 2011, del que había sido designado director artístico, para sorpresa de muchos. Inconclusa quedó también la autobiografía que estaba escribiendo y debía publicarse el 23 de septiembre, un mes antes de que cumpliera 50 años. Sin dar muchas explicaciones al respecto, la editorial Kiepenheuer und Witsch ya había anunciado en julio que la fecha de lanzamiento sería postergada; ahora está por verse si el libro saldrá al mercado editorial en lo que resta de 2010.
La inconclusa autobiografía de un provocador
Kiepenheuer und Witsch tuvo un relativo éxito de ventas en la primera mitad de 2009 con la publicación del libro de Schlingensief Diario de un cáncer; pero la atención prestada a ese volumen no se puede comparar con la expectación que ya despierta la autobiografía inacabada de este personaje. Después de todo, su talante provocador ha dejado una huella profunda, no solamente en el teatro, sino también en la televisión y el cine de habla alemana.
Autor: Evan Romero-Castillo / dpa
Editora: Emilia Rojas Sasse