Complejo panorama para la Venezuela de Maduro
15 de abril de 2013Nicolás Maduro, como se esperaba del designado sucesor de Hugo Chávez, ha ganado en las elecciones venezolanas. La sorpresa ha sido el estrecho margen con que lo hizo. "Aunque sacó casi los mismos puntos que Hugo Chávez en las elecciones de octubre, ésta es una victoria amarga para Nicolás Maduro", dice a DW Anna Ayuso, politóloga investigadora del Centro de Información y Documentación Internacionales de Barcelona (CIDOB).
50,66% de Maduro, 49,1% de Capriles. "Éste ha ganado el voto que se iba a otros candidatos, el voto útil a su favor, lo cual lo identifica como el actual líder de la oposición. Capriles ha salido muy fortalecido". La pequeña ventaja a favor de Maduro -235.000 votos- y una lista de 3200 supuestas irregularidades han llevado al joven político socialcristiano a no aceptar los resultados y a solicitar una auditoría.
Incertidumbre
"Si el estrecho margen –inédito en la historia reciente de Venezuela- genera incertidumbre, el que Capriles no acepte esos resultados supone mayor incertidumbre aún sobre el futuro próximo del país", comenta a DW Flavia Freidenberg, directora del Instituto de Iberoamérica de la Universidad de Salamanca. "Estas incidencias sumadas al voto del exterior podrían revertir el resultado", añade.
La incertidumbre se nota ya en la reacción de la Unión Europea que "toma nota de la victoria electoral de Nicolás Maduro y confía en que haya rapidez y transparencia si finalmente hay recuento de los votos".
Como fuere, y aunque al parecer habrá auditoría, Nicolás Maduro asumirá el viernes la presidencia. ¿Revertir los resultados? "La diferencia que hay no da para dar un vuelco a los resultados actuales. Además, el funcionamiento del sistema electrónico es muy difícilmente manipulable. Las diferencias que puede haber no son suficientes. Con todo, si reducen más aún el margen, desgastaría más la situación de Maduro. Es en esa clave que actúa la oposición", opina por su parte Ayuso.
Dos bloques
Esta línea clara que marca el electorado llama la atención: "Venezuela más dividida que nunca", titulaba el diario alemán Die Welt . Al respecto, "no son las elecciones las que han dividido a Venezuela", afirma Freidenberg, "el país ya estaba dividido. Estos resultados sólo ponen de manifiesto una situación compleja, de alta polarización y escaso margen para la negociación política".
"Más que dividida, polarizada", responde por su parte la analista de Barcelona. "Pero, ¿más que nunca? No lo creo, pues esta polarización se da a través de un canal institucional. Estaba mucho peor cuando había enfrentamientos en las calles, y huelgas generales e intentos golpistas. Ahora, creo yo, que están una vía de transición a medio plazo hacia una mayor institucionalidad. Sin el líder tan carismático, tendrán que reconducirse las relaciones institucionales que antes estaban bajo el poder del líder", agrega Ayuso.
Fuerzas internas en conflicto
Con todo, las fuerzas en conflicto en el estado venezolano no son sólo entre los dos grandes bloques. El llamado a la paz y a la reconciliación que hizo Nicolás Maduro al anunciar su victoria estuvo precedido por la comparecencia de un militar: "Una imagen de otras épocas. Una cuestión es que las Fuerzas Armadas garanticen el orden constitucional y otra muy distinta que den conferencias de prensa después de la presidenta del Consejo Nacional Electoral", comenta Freidenberg.
A este respecto, "habrá que buscar un equilibrio mayor del que se daba hasta ahora bajo la mano de Hugo Chávez. El Ejército, que no es cercano a Maduro, no va a ponerle las cosas fáciles", prevé Ayuso.
También en el mismo bloque chavista la tensión no se hará esperar: "A Maduro, elegido como candidato por el dedo de Hugo Chávez, le empezará a ajustar las cuentas el sector que no estaba tan de acuerdo con su designación. Maduro va a tener que gobernar con oposición en sus propias filas", agrega la analista del CIDOB.
Por eso, "va a tener que repartir el poder para poder gobernar; tendrán que llegar a un acuerdo entre los sectores del propio chavismo que ya no cuentan con el elemento aglutinador que era Hugo Chávez". Esto, en su opinión, no representa necesariamente el fin del "chavismo", pues aunque sea por estrecho margen han demostrado su capacidad de movilizar y seguirán en el poder, "lo único que les falta es el líder", agrega.
La base de viejas y futuras alianzas
Y, ¿con una situación interna de tal complejidad quedará margen para cuidar de las alianzas regionales tejidas en los últimos catorce años? "Aunque sobre todo Brasil estará atenta a la institucionalidad del proceso, esto no será tan problemático. Maduro los conoce muy bien de sus seis años como canciller. Le han dado su apoyo y –aunque probablemente no ejercerá el mismo rol protagónico- cuenta con las simpatías del bloque", dice Ayuso agregando que un menor grado de confrontación con Estados Unidos y con Europa también se podría intuir.
Por otro lado, "la tarea de Venezuela como garantía del socialismo del siglo XXI no depende de la situación política interna sino de la capacidad de un líder de entusiasmar con dicha causa como lo hacía Chávez", opina Freidenberg, concluyendo: "Y depende también de la cantidad de petróleo y de petrodólares que tenga para distribuir entre los aliados que le ayuden a contentar a esa coalición de países, dependientes en términos energéticos de Venezuela".
Autora: Mirra Banchón
Editor: José Ospina-Valencia