Coronavirus: peligra suministro de agua en Delhi
15 de abril de 2020No es fácil conseguir agua en los barrios bajos de Delhi. Desde que la India impuso un confinamiento en todo el país para contener la propagación del coronavirus, algunas personas no tienen ningún tipo de acceso a agua.
"Siempre hemos tenido problemas para conseguir agua", cuenta Mohan Singh Patwal, que vive en Sangam Vihar, el mayor barrio marginal no autorizado de Delhi con más de un millón de habitantes. "Pero desde el confinamiento, la mayoría de los camiones cisterna privados se niegan a venir y cuando lo hacen, se quedan rápidamente sin agua porque toda la localidad está sufriendo escasez".
Al ser un asentamiento informal no reconocido oficialmente por el Gobierno, Sangam Vihar no tiene derecho a agua corriente pública. El Gobierno envía camiones cisterna a la zona, pero generalmente no llegan a satisfacer la demanda, dejando a los proveedores privados cubrir el vacío.
Patwal explica que no ha podido obtener más agua desde que se decretó el confinamiento a finales de marzo. Está racionando el agua que aún tiene almacenada en un tanque de su casa. Puede permitirse comprar agua embotellada para beber, pero esta posibilidad es imposible para la población más pobre.
Como muchos en Sangam Vihar, Patwal depende de los camiones cisterna privados para lavar y cocinar. Conocidos localmente como la "mafia del agua", bombean agua de pozos ilegales y la venden a los residentes de los barrios bajos.
El 86 por ciento de los hogares de los barrios marginales de la capital india no tienen conexión a la red pública de agua, como muestran los datos más recientes recogidos para el año 2012. En su lugar, estas personas dependen de los vehículos cisterna.
Muchas familias temen que las entregas de las empresas privadas de camiones cisterna puedan suspenderse por completo durante el confinamiento. Los controles de carretera de la policía impiden el tránsito a quienes no pueden presentar un permiso especial del Gobierno. Un conductor de un camión cisterna, que trabaja para una empresa privada, declaró a DW que tanto él como sus colegas temen salir de casa desde que se decretó el confinamiento.
"No quiero violar las normas", dice el hombre, que quiere permanecer en el anonimato debido a la naturaleza ilegal de su trabajo. "No podré entregar agua hasta que se levante el toque de queda".
El virus muestra aún más la desigualdad del agua
Los expertos aconsejan lavarse bien las manos con agua y jabón como primera línea de defensa para contener el virus. Pero un informe de WaterAid India estima que uno de cada ocho indios no tiene una fuente de agua limpia cerca de su casa. Esta situación podría acelerar el avance de los contagios, según la ONG.
Las personas que tienen pocos recursos hídricos utilizan el agua, sobre todo, "para beber y cocinar", cuenta Shalini Chaturvedi, directora de programas de WaterAid India. "Lavarse las manos no es una prioridad". Chaturvedi exige que las autoridades "garanticen que los barrios bajos sigan recibiendo agua de los camiones cisterna".
"Debido a que es una situación de crisis, el Gobierno puede no dar prioridad al suministro de agua por medio de camiones cisterna, sino que puede centrarse en otras medidas de emergencia", dice a DW.
La autoridad de aguas de la ciudad, la Junta de Delhi Jal, convocó una reunión de emergencia el 25 de marzo para garantizar el suministro de agua a las comunidades más vulnerables con mediante los servicios estatales, incluso cuando se agrave la crisis. Sin embargo, residentes como Patwal, que ya se enfrentaban a la escasez, todavía se quejan de que no tienen acceso a suficiente agua.
En el momento de la publicación de este artículo, ni el Gobierno de Delhi ni la autoridad local competente del agua han respondido a una solicitud de comentarios por parte de DW.
Los altos precios del agua
Quienes obtienen agua de las empresas privadas de camiones cisterna, no solo se enfrentan al problema del acceso básico al agua. El precio del agua también es un problema. Dev Vati, una abuela que también vive en Sangam Vihar, ha tenido que encontrar un proveedor alternativo ya que el camión cisterna que normalmente le abastecía ha dejado de operar.
Le preocupa que los precios del agua puedan aumentar, como es habitual en los meses de verano.
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Durante el invierno paga unas 500 rupias a la semana, el equivalente a unos seis euros por 2.000 litros de agua. Con esa cantidad puede mantener a su familia de ocho personas durante una semana. En verano, sin embargo, los precios se disparan debido a la escasez de agua. Vati se ve obligada a gastar aproximadamente el doble, o el 20 por ciento de los ingresos totales de su hogar. El ingreso promedio per cápitia en los barrios bajos de Dehli es de alrededor de 1700 rupias o 20 euros al mes.
Durante la campaña electoral reciente, el Gobierno prometió que cada hogar en Delhi recibiría 700 litros de agua gratis a la semana. Esto también debería aplicarse a los barrios marginales ilegales. De este modo, una tubería de agua debería llegar hasta el bloque donde viven Vati y Patwal.
Pero debido al confinamiento total del país, la prometida conexión a la red de agua se retrasará durante meses. Y, sin embargo, sería particularmente necesaria ahora mismo para contener el virus.
"Nadie quiere enviar agua aquí", dice Vati. "Llevo años esperando, pero el agua aún no ha llegado", lamenta.
El distanciamiento social es un lujo
Mientras tanto, la autoridad del agua de la ciudad ha estado publicando fotos y videos por Twitter mostrando a los proveedores de cisternas del Gobierno manteniendo cierta distancia cuando distribuyen agua con los camiones.
En los barrios marginales densamente poblados de Delhi, donde vive más de un tercio de la población de la capital india, el distanciamiento social es algo difícil de lograr. Esto es especialmente complicado en los puntos de recogida de agua, donde las mujeres con coloridos saris se pelean por los limitados suministros de agua.
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En otros barrios bajos de Delhi, la gente se enfrenta mejor a la nueva situación. Por ejemplo, en Harijan Basti, donde hace unos años se logró obtener agua corriente. Como barrio marginal autorizado, los residentes tienen derecho a agua pública, por lo que el Gobierno les permitió construir una red de agua a partir de una fuga en una tubería oficial cercana. Con la ayuda de WaterAid y FORCE, una ONG local, hace dos años terminaron la construcción y cada hogar tiene ahora su propio grifo.
Ram Rati forma parte de una cooperativa de mujeres que fue entrenada por estas organizaciones para garantizar el mantenimiento de las tuberías y la calidad del agua, que se comprueba regularmente utilizando equipos de campo.
"El agua es mi trabajo, mi deber. El agua es la vida", dice.
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Las mujeres cobran cuotas de mantenimiento de cada hogar para pagar las reparaciones que puedan ser necesarias. Según Shalini Chaturvedi, a diferencia de Sangam Vihar, este sistema no es susceptible de generar beneficios y de ser explotado porque la tubería es un recurso gestionado por la comunidad.
Durante el brote de la pandemia de la COVID-19, el acceso a agua limpia y barata de su propio grifo ha demostrado ser particularmente importante para los residentes del barrio.
Rati se siente más segura gracias a las tuberías de agua: "nos permite mantener las distancias entre nosotros para ayudar a prevenir la propagación de la enfermedad. Ya no tenemos que hacer cola y podemos evitar las grandes multitudes". (ar/few)
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