Costa Rica, ¿una ficha clave para la UE en Centroamérica?
27 de febrero de 2013Costa Rica está en la agenda de Bruselas. Por un lado, la gira europea de la ministra de Comercio Exterior, Anabel González, candidata a dirigir la Organización Mundial de Comercio, pone de relieve a su país, una economía pequeña pero floreciente y clave en la región centroamericana.
Por otro lado, en el compás de espera para la ratificación del Acuerdo de Asociación entre la Unión Europea y América Central –firmado en mayo de 2012 y ratificado por el Parlamento Europeo en diciembre- se enfoca también la mirada hacia Costa Rica, que ostenta la presidencia pro tempore del Sistema de Integración Centroamericano (SICA), organización en la que recae el desarrollo de las estructuras de integración de la región.
Pieza clave
La UE concentra sus esfuerzos, en plena crisis europea, en el incremento del comercio y de las inversiones europeas en las regiones de crecimiento constante.
La firma de la Unión Aduanera Centroamericana en San José esta semana representa un paso importante para la integración económica regional. A la vez impulsa la consolidación para un mayor intercambio con los socios europeos.
Para Costa Rica, cuyas exportaciones crecieron un 7,2% en 2012 (según datos de la Promotora de Comercio Exterior), el principal socio comercial es Estados Unidos (40% de las exportaciones), seguido por la UE a donde destina el 17,3% de sus productos especialmente agrícolas y manufacturados. Al revés, el 6,2% de las exportaciones europeas –principalmente maquinarias y químicos- se destina a América Latina; de ello, el 0,4% corresponde a Costa Rica.
Europa insta a ratificar
Durante una reciente visita a San José, Martin Schulz, presidente del Parlamento Europeo subrayó ante parlamentarios de Costa Rica la urgencia de que los países centroamericanos ratifiquen el Acuerdo de Asociación entre la Unión Eurpea y América Central.
Por su parte, Pablo Zalba, eurodiputado conservador y referente en la eurocámara de acuerdo con Centroamérica, animaba también esta semana en Bruselas a acelerar la ratificación por parte de las naciones centroamericanas del “instrumento clave para la cohesión social y la integración regional”.
¿Integración a la europea?
“Hay que recordar que la integración centroamericana fue una decisión que se tomó hace un cuarto de siglo gracias a Europa y se ha ido haciendo poco a poco, con avances muy significativos en los temas comerciales”, explica a DW Tomás Dueñas, embajador de Costa Rica ante la Unión Europea.
“La influencia europea en el proceso de integración va a ser muy importante, porque nosotros necesitamos a alguien que nos ayude a ayudarnos. Con la experiencia que sólo Europa tiene en el mundo, es un elemento aglutinador muy importante”, añade.
Un enemigo común
En ese contexto, tanto las reformas institucionales necesarias para la implementación del acuerdo de asociación como el combate a la criminalidad y el narcotráfico son los dos temas principales entre la UE y los países del SICA (Honduras, Guatemala, El Salvador, Nicaragua y Panamá). Según fuentes europeas se destinará buena parte de los esfuerzos de cooperación a su combate, desde un enfoque de responsabilidad compartida y de prevención más que de represión.
Aunque Costa Rica y Panamá “afortunadamente no necesitan que se les ayude a darle agua limpia ni escuelas a su población”, explica Dueñas, “en la estrategia de seguridad centroamericana sí se necesita el impulso europeo y que se ponga a disposición los fondos comprometidos. A Costa Rica le interesa que con la ayuda de la UE, Estados Unidos, Canadá y algunos países latinoamericanos, que se mantenga un programa constante de monitoreo y cooperación para evitar que las redes del narcotráfico se apoderen de toda la infraestructura centroamericana. El tema de la seguridad en Centroamérica es un tema que nos afecta a todos”, concluye Dueñas.
Como fuere, Costa Rica -con índices de crecimiento, medioambientales y de desarrollo humano punteros en el ámbito latinoamericano así como con menores índices de criminalidad en relación a sus vecinos- parece ser una ficha clave para Bruselas y, según Martin Schulz, "debido a su estabilidad juega un rol muy importante para alentar la integración y la cooperación europea con la región".