Cumbre Asia-Europa: juntos contra la crisis financiera
24 de octubre de 2008“Transparencia”, “responsabilidad”, “reglas”, “confianza” son cualidades que al parecer el sistema financiero internacional ha perdido o nunca poseyó, y que la política está decidida a otorgarle en lo sucesivo. Con algo de regulación y un poco más de control se espera evitar en el futuro estragos como los actuales. Pero, detectada la enfermedad, falta dar con los ingredientes del remedio. Puesto que cada país debe aportar su propia sabiduría medicinal, la cosa no se presenta nada sencilla.
Como primer paso hacia el próximo encuentro de alquimistas, la reunión el 15 de noviembre en Washington del llamado G-20, se reúnen en Pekín los jefes de Estado y de Gobierno de 45 países europeos y asiáticos en la que ya es la séptima Cumbre del ASEM, el “Asia-Europe Meeting”. Los foros de este tipo son importantes porque, según comenta a DW-WORLD Christian Dreger, director del departamento de coyuntura del Instituto Alemán de Investigación Económica, a la política todavía le queda margen de acción y un proceder común aún tiene oportunidades de éxito.
Un desafío único
“Hay que replantearse el sistema actual y adoptar estándares a nivel internacional”, opina Dreger. Pero, ¿está semejante reforma del infranqueable terreno de la economía en manos de la política?
“Bueno, al fin y al cabo, los encargados de las regulaciones son los poderes públicos”, dice Dreger, “la política podría obligar a los bancos a conservar una parte importante de sus depósitos, controlar más de cerca los efectos de los 'Hedgefonds', introducir disposiciones para asegurar las reservas, unificar el trabajo de las agencias de rating, etc.”
“Europa, Asia y Estados Unidos deben trabajar conjuntamente para dar respuesta al desafío regulatorio al que nos enfrentamos”, dijo José Manuel Barroso, presidente de la Comisión Europea, en la apertura de la cumbre en Pekín. “La economía mundial tiene que superar estas semanas una de las pruebas más duras a las que jamás se haya enfrentado”, declaró la canciller alemana, Angela Merkel, ante sus colegas del ASEM.
El grito de guerra es el de “¡todos a una!”, por lo menos eso intentan implantar los europeos: Durao Barroso advirtió de los peligros del proteccionismo y los caballeros solitarios, y Merkel alentó a los países en desarrollo a implicarse más en la búsqueda de soluciones. De momento, la canciller recibe, cuando menos, señales positivas de China.
La respuesta es lo que cuenta
Alemania y China están dispuestas a actuar juntas contra la crisis financiera; China y Japón, que aportarán junto a Corea del Sur la mayor parte del dinero para el fondo estatal en la región asiática, también. La indignación china por el encuentro entre la canciller y el Dalai Lama en 2007 pasa a un segundo plano, igualmente las controversias sobre el papel nipón en la II Guerra Mundial.
Porque lo que amenaza es nada más y nada menos que una recesión planetaria. “El decrecimiento mundial ya lo estamos observando, con una coyuntura especialmente débil en los países industrializados: en Estados Unidos quizás se pueda hablar ya de recesión y en Europa el crecimiento se ha ralentizado. En estos momentos, a la economía mundial la mantienen los países en desarrollo, los grandes países en desarrollo como China y la India”, indica Dreger.
De ahí la importancia de la presente cumbre y de ahí los esfuerzos europeos por ganar a los Estados en desarrollo para la batalla contra la borrasca bancaria y los créditos sin fondo. “Todos estamos en el mismo barco”, recordó Barroso, “si nos hundimos, nos hundimos juntos”.
Los países en desarrollo también están empezando a notar los latigazos de la crisis, aunque en su caso más en forma de freno al crecimiento que con aspecto de recesión, comenta Dreger. Aún así, se requiere de su contribución a la estabilidad económica. “No es tanto el caso de China y la India, pero algunos países en desarrollo han basado su crecimiento en el comercio exterior. Estos deberían trasladar parte de sus efectivos del mercado exterior al interior”, dice el experto.
China ha prometido tomar medidas para potenciar su consumo interno, aunque Dreger opina que el país podría hacer una aportación aún mayor: “hay que acabar con las trabas al comercio mundial. En cuanto a China, está la cuestión de la piratería, y la India y Estados Unidos han impedido con su enfrentamiento que se ratifique el importante acuerdo de liberalización de los mercados.”
“Si se logra restablecer la confianza, las consecuencias de la crisis pueden ser manejables”, dice Dreger, “aún puede pasar cualquier cosa, todo depende de cómo se reaccione.”