De Alemania a Alemania: Günther Grass presenta su nuevo libro
7 de febrero de 2009Günter Grass nunca ha hecho de ello un secreto. Al escritor no le gusta el modo en que se llevó a cabo la reunificación alemana. En 1990, poco después de que cayera el Muro de Berlín, Grass empezó a escribir un diario en el que dio rienda suelta a todas sus críticas y cuyas páginas le sirvieron para pronosticar la decadencia económica de los Estados federados del este germano, lejos de las promesas que por aquel entonces lanzaban al viento los políticos de la Alemania occidental.
20 años se cumplen ahora del fracaso final de la República Democrática Alemana, y Grass publica su diario. El libro se llama Unterwegs von Deutschland nach Deutschland, “En camino de Alemania a Alemania”, y fue presentado en la Universidad de Gotinga.
“Se les vuelve a tomar el pelo”
En la Sala Magna de la Universidad de Gotinga el público es mayormente estudiante: un ambiente propicio para la discusión que se prevé. Las tesis de Günter Grass suelen moverse en los círculos de la polémica. ¿Estarán las estrellas esa tarde con el Premio Nobel? Nada más subirse al podio, se le cae la copa de vino. El líquido se derrama sobre el manuscrito. “Ya se ha roto. Un inicio algo húmedo”, bromea.
El resto, por desgracia, acaba resultando bastante seco. Las palabras de Grass se convierten en una especie de clase magistral: sólo frente al púlpito, una hora y media sin descanso y sin posibilidad de intercalar preguntas. Grass habla del mundo como él lo veía en 1990, de la reunificación del país y del pesimismo que lo inundaba ante un proceso histórico desde su punto de vista mal manejado.
“Cuando los inversores de la Alemania occidental acuden a visitar las fábricas del este sólo se interesan por las ventas”, lee Grass, y continúa: “Se espera la llegada de hordas de funcionarios administrativos del oeste, encargados de la organización de los Estados. A los ciudadanos de la RDA se les vuelve a tomar el pelo”.
La misma opinión desde 1990
Pero el nuevo libro de Grass no es un tratado histórico, sino un diario. Con los acontecimientos políticos se mezclan las anécdotas y las alegorías. Mantener la concentración durante tan largo tiempo empieza a resultar difícil. El público se cansa. Hay quien opta por la huida.
“Que te lean un diario no es como cuando te cuentan una historia con un principio y un final, no es nada que te atrape. Ya no podía escuchar más”, confiesa una de las desertoras. “Es un buen orador, pero debería hablar menos tiempo. Por eso he tenido que salir, empezaba a resultarme demasiado”, opina otra.
Con los oyentes que han quedado en la sala, la esperada discusión demuestra tener menos brío de lo inicialmente supuesto. Y eso que Grass no tiene inconveniente en enfrentarse al cara a cara con los presentes. Al fin y al cabo, que la publicación de este libro coincida con el vigésimo aniversario de la caída del Muro no es casualidad. El mensaje de Grass: nada ha cambiado en mi opinión.
“Lo que vivimos en 1990, esa reunificación a la fuerza, fue el principio del endeudamiento que llega hasta hoy. Y en la forma en que actuó el capitalismo después de la desintegración de la Unión Soviética se reconocen los primeros síntomas de lo que está sucediendo ahora”, dice Grass, y encuentra amplia aprobación en la Sala Magna de Universidad de Gotinga.