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Degustar Alemania para entenderla

Judith Luhnau/Mirra Banchón13 de diciembre de 2012

Las visitas gastronómicas a las ciudades alemanas son una sabrosa manera de descubrirlas. Las degustaciones van acompañadas de anécdotas e historias: una manera de entender Alemania disfrutándola.

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Galletas de rosasImagen: DW/Luhnau

¿Qué se come en una ciudad? ¿Qué cuentan sus cocinas acerca de sus habitantes? Estas preguntas siempre acompañaron a Elke Freimuth durante muchas de sus estancias en el extranjero. Después de una visita culinaria a Nueva York, la idea no la abandonó nunca más. Y así fue como fundó “Eat the World”.

En 2008, esta maestra nacida en Berlín abandonó el magisterio. Llevó la idea primero a la capital alemana, luego a Dresde, Hamburgo, Colonia, Leipzig, Múnich y Münster. “Me encanta comer, y cuando estoy en una ciudad extraña, lo primero que hago es averiguar dónde se come bien”, cuenta Freimuth.

Las visitas culinarias de "Eat the world" tienen un éxito creciente.
Las visitas culinarias de "Eat the world" tienen un éxito creciente.Imagen: DW/Luhnau

Helado de gorgonzola y galletas de rosas

Andreas Kringe, que también forma parte de la iniciativa, explica a su grupo de turistas gastronómicos que la Südstadt, un barrio al sur de Colonia se caracteriza por un estilo de vida alternativo. Las 100 nacionalidades que conviven en ella, a orillas del río Rin, la convierten en un centro multicultural y acuñan la variedad de su comida.

En este barrio, un importante grupo de coloneses inmigrantes lo conforman los turcos; otro, los italianos. Flavia Turzi saluda a los visitantes con un gran `buongiorno´ y en su heladería les cuenta del espíritu de aventura que la llevó de Milán a Colonia. La misma inquietud la llevó a probar con los sabores: en su recién inaugurado café ofrece desde helado de gorgonzola a galletas de rosas.

Sólo lo especial

“Escogemos sólo los restaurantes que hacen platos especiales”, cuenta Kringe. En este tipo de locales, los propietarios suelen estar al pie del fogón o en la barra. “Me he propuesto apoyar la gastronomía auténtica, la manufactura. Las empresas familiares están siendo borradas del mapa por las grandes cadenas. Su desaparición significa una pérdida cultural”, explica Freimuth.

Al igual que los restaurantes que van a visitar, los guías son escogidos minuciosamente. Si provienen del barrio por donde van a llevar a los turistas, mejor: así son más creíbles cuando de contar historias de esas calles y su gente. “Tienen que sentir que un amigo les muestra su ciudad”, dice la exdocente, quien acepta inscripciones hasta una hora antes de comenzar el tour. La senda que recorren por la Südstadt los lleva a una tienda de especialidades francesas, a un “bar de ensaladas” y a un café en estilo de los años 50. Todos tienen mucho charme para ofrecer.

Andreas Kringe, guía de "Eat the world".
Andreas Kringe, guía de "Eat the world".Imagen: DW/Luhnau

Berlín está de moda

Las visitas gastronómicas tienen éxito en Alemania, y la oferta va en aumento. “La gente joven se interesa mucho por este tipo de actividades. Quieren diferenciarse de la masa y descubrir cosas por sí mismos”, explica Claudia Muir de Essen&Trinken, una revista especializada en gastronomía. Portales de Internet como eatlikealocal.com buscan y dan consejos. “En este sentido, Berlín impone la tendencia”, cuenta Muir.

Así, las visitas guiadas de “Eat the World” han empezado a despertar el interés de los mismos coloneses. Cada vez son más los `nativos´ que optan por una vuelta culinaria –optativamente en inglés a partir de 2013- por su propio barrio.

Autora: Julia Luhnau/Mirra Banchón
Editora: Cristina Papaleo