Días decisivos para la proteccion de los mares antárticos
15 de julio de 2013Tras el fracaso de la reunión realizada el año pasado en Australia, cuando no se llegó a acuerdo para la creación de un área marina protegida (AMP) en los mares antárticos, las organizaciones ambientalistas esperan con expectación los resultados de la cita extraordinaria que se realiza en estos días en Bremerhaven, en el norte de Alemania.
En los 32 años de historia de la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA), esta es la segunda vez que se reúne aparte de su ronda anual. El objetivo es continuar con las deliberaciones y revisar dos propuestas concretas.
La primera, presentada por Estados Unidos y Nueva Zelanda, busca la creación de un AMP en el Mar de Ross, de 2.3 millones de km2, incluyendo un área de protección absoluta de 1.6 millones de km2. La segunda propuesta, de Australia, Francia y la Unión Europea, sugiere una red de siete áreas en la Antártida Oriental, con una superficie de 1.63 millones km2.
Desde la semana pasada, los representantes de los 25 miembros de la CCRVMA -24 países más la Unión Europea-, han sostenido intensas jornadas de discusión, que el sábado se prolongaron hasta altas horas de la madrugada.
Científicos, especialistas y activistas de organizaciones no gubernamentales están entregando también sus puntos de vista. “Los países ya habían acordado crear una red de áreas marinas protegidas para el 2012, o sea, ya estamos tarde”, indica a Deutsche Welle Rodolfo Werner, conservacionista argentino de la Coalición para la Antártida y el Océano Austral (ASOC), presente en Bremerhaven.
Hay mucha expectativa y el escenario es bastante abierto. “El objetivo sería aprobar ambas propuestas, pero puede ser que se apruebe sólo una, ninguna o alguna con modificaciones grandes o pequeñas”, indica Werner.
No sólo control de pesca
Una de las áreas propuestas, el Mar de Ross, es una zona rica en recursos pesqueros, principalmente la merluza negra o bacalao de profundidad. También es conocido como “el último océano” por ser uno de los más grandes hábitats marinos todavía relativamente intactos y el hogar de una gran variedad de especies. “Los países tradicionalmente pesqueros tratan de que haya menos restricción. El año pasado, los que expresaron los mayores recaudos fueron Rusia, Ucrania y, en algunos aspectos, China”, explica Rodolfo Werner.
La decisión de crear una zona protegida no tiene que ver sólo con herramientas de manejo pesquero. Se trata de cuidar la biodiversidad y el ecosistema, lo que puede tener repercusiones más allá de la propia AMP. “Las propuestas incluyen zonas totalmente cerradas a la pesca y otras donde se permite con determinados límites de captura y en determinadas épocas”, explica Werner. En ese sentido, la CCRVMA no excluye la explotación de los recursos, siempre que se haga de manera sostenible y considerando los efectos de la pesca en otros componentes del ecosistema.
Al cerrar ciertas áreas, además de proteger determinadas especies, se pueden establecer zonas de referencia para comparar sectores con y sin pesca, y realizar estudios de los impactos del cambio climático, explica el experto.
Apoyo latinoamericano
De los 25 miembros de la CCRVMA, cuatro son países latinoamericanos: Argentina, Brasil, Chile y Uruguay. “Hasta ahora han tenido una posición neutral en las discusiones. Hasta donde sabemos, los países latinoamericanos apoyarían las dos propuestas si todo se define positivamente, es decir contribuirían al consenso”, adelanta Rodolfo Werner.
José Retamales, director del Instituto Antártico Chileno (INACH) y representante del país sudamericano en la reunión, señala a Deutsche Welle que “Chile apoya las AMP debidamente fundamentadas, en base a antecedentes previamente presentados a los grupos de trabajo del Comité Científico. Deben ser acotadas, lo necesario para el propósito que persiguen. De preferencia cuidando los caladeros históricos, donde se ha pescado por algun tiempo sin afectar los stocks o reservas”.
El representante chileno tiene confianza en los resultados de esta reunión: “Creemos que será posible alcanzar acuerdos para la creacion de estas AMP. No estoy seguro si ambas. Ello dependerá del rumbo que tome la discusión y de la flexibilidad de los proponentes a considerar alternativas, que seguramente aparecerán”.
Por su parte, el país anfitrión ha mantenido “una postura positiva para este proceso en general y para estas dos áreas en particular. Alemania también ha expresado su interés en liderar el proceso para establecer un área protegida en el Mar de Weddell en el futuro”, destaca Rodolfo Werner.
En busca de consenso
Tras tres días de discusiones y trabajo del Comité Científico de la CCRVMA en torno a las actuales propuestas, este lunes 15 de julio comienzan las deliberaciones que podrían prolongarse hasta mañana martes. Los acuerdos, que deben basarse en fundamentos científicos y no políticos, deben tomarse por consenso entre todos sus miembros y una vez determinados se transforman en medidas de conservación obligatorias para ellos.
De establecerse un área marina protegida, sería la segunda creada por el organismo. En 2009, la Comisión aprobó la recomendación del Comité Científico de establecer un AMP de 94.000 km2 alrededor de las Islas Orcadas del Sur.
La Alianza del Océano Antártico (AOA), que agrupa a ONG y organizaciones ambientalistas como WWF, Greenpeace y ASOC, está realizado una intensa campaña internacional en apoyo a las áreas protegidas. Los mares australes son hogar de más de diez mil especies únicas, incluyendo pingüinos, ballenas, aves marinas, el calamar gigante y el bacalao antártico, de gran interés comercial. De ahí la importancia científica, ecológica y también económica de esta zona, sobre la que hoy están puestas todas las miradas.
Autora: Victoria Dannemann
Editor: Enrique López