El grupo Wagner y las volteretas retóricas de la prensa rusa
27 de junio de 2023"¡Empaquen sus cosas y vengan donde nosotros lo más rápidamente posible!” Es de suponer que muchos habitantes del sur de Rusia recibieron mensajes de este tipo, de parte de familiares y amigos de otros lugares del país.
La situación es especialmente tensa en el suroeste desde el comienzo de la guerra, debido a su cercanía geográfica con Ucrania. Y el pasado fin de semana se volvió más peligrosa.
Sin embargo, esta vez el peligro provenía de tropas rusas, más específicamente de los combatientes del grupo Wagner del caudillo Yevguéni Prigozhin.
"Traición en tiempos de guerra"
"Mi vecina de abajo recibió una llamada de su hija desde la región de los Urales, diciéndole mamá, no te puedes quedar en Rostov, ven acá'”, cuenta a DW una mujer mayor, residente en la ciudad que fue ocupada transitoriamente por las tropas Wagner.
No solo allí hubo miedo e inseguridad. Miedo, porque nadie sabía hasta dónde llegaría el ejército privado de Prigozhin. De acuerdo con medios de prensa, sus hombres estaban a menos de 200 kilómetros de la capital rusa. El alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, recomendó a la gente no salir a las afueras de la ciudad. E inseguridad, porque Prigozhin, antes ensalzado en todos los medios estatales, pocas horas después era condenado al unísono por esos mismos medios de comunicación.
"¡Motín armado en Rusia, que no fue respaldado por la sociedad! ¡La traición en tiempos de guerra es un grave delito!” Con esos titulares inició el presentador Dmitri Kiselev su programa en el canal de TV Rossia un día después del conato de golpe. Les siguieron imágenes de los tanques en retirada y el comentario: "La guerra fratricida pudo ser evitada”.
Pérdidas del ejército ruso
Kiselev intentó presentar los hechos como un triunfo del Kremlin, destacando que se evitó un gran derramamiento de sangre. El hecho de que por lo menos diez soldados del ejército ruso murieron por los disparos de las tropas de Prigozhin pasó a segundo plano.
Mayor confusión aún causó la absolución de Prigozhin. Todos los cargos en contra suya y del grupo Wagner fueron retirados, según informó la agencia rusa RIA. Eso, a pesar de que Putin había anunciado el sábado un severo castigo para todos los implicados en la rebelión. Poco después, apareció nuevamente en TV para agradecer que su contrincante hubiera suspendido a tiempo la marcha hacia Moscú.
La vigencia de las normas
Los medios estatales rusos tuvieron que explicar una vez más a su público la confusa situación. En el caso de la directora del canal ruso RT, Margarita Simonian, la explicación sonó así: "Las normas jurídicas no son mandamientos de Cristo ni las Tablas de la Ley de Moisés. Son escritas por personas, para garantizar el orden y la estabilidad en el país. Si en algunos casos críticos excepcionales no cumplen su función… ¡al diablo con ellas!”
Para el filósofo ruso Denis Grekov, las palabras de Simonian no son otra cosa que una declaración de bancarrota del Estado ruso. En conversación con DW, opinó: "Un estado que no tiene el monopolio de la fuerza y en el que no rigen las normas jurídicas, en el fondo ya no es un Estado”.
Denis Grekov parte de la base de que Prigozhin sigue disfrutando de la admiración de la llamada "opinión pública patriota”, y también de algunos representantes de las estructuras de poder, especialmente en el ejército ruso. Explica que muchos están decepcionados del ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, y del presidente Putin.
(ers/elm)