Estados Unidos-Cuba: Obama suspende ley Helms-Burton
15 de julio de 2009Seguro, ordenado y legal: así será el flujo migratorio entre Cuba y Estados Unidos en el futuro cercano, si las próximas negociaciones entre los representantes oficiales de los Gobiernos de Barack Obama y Raúl Castro resultan tan satisfactorias para ambas partes como la primera reunión, celebrada en Nueva York este martes 14 de julio de 2009. El presidente estadounidense suspendió por medio año una parte de la ley Helms-Burton que, decretada hace 13 años, obstaculiza las inversiones extranjeras en la isla.
El intercambio, descrito por sus protagonistas como “fructífero”, demuestra que en la nueva política estadounidense de cara a Cuba imperan premisas muy distintas a las llevadas adelante por George W. Bush. De hecho, fue la administración republicana de Bush la que, en 2003, suspendió el diálogo sobre asuntos migratorios con Cuba que venía sosteniéndose desde 1994.
Obama tantea a Cuba
Sin embargo, la política de acercamiento de Obama ha sido objeto de serias críticas por parte del ala republicana del Congreso estadounidense. Al Presidente se le reprocha estar asumiendo un rol demasiado complaciente en el marco de las negociaciones con la isla caribeña y haber reducido la presión necesaria para que el régimen de Raúl Castro se vea obligado a hacer concesiones, no solamente en el ámbito migratorio sino también en materia de democratización y derechos humanos.
“La de Obama es una manera de tantear y ver si Cuba realmente está dispuesta a negociar con los Estados Unidos o si se trata solamente de palabras; es decir, es un intento de constatar hasta qué punto está teniendo lugar una transformación profunda en la isla o si más bien se están perpetuando las viejas máximas del régimen castrista”, comenta el Dr. Günther Maihold, subdirector del Instituto Alemán para Política Internacional y Seguridad, en Berlín.
Europa está atenta al diálogo interamericano…
“Tanto los Estados Unidos como la Unión Europea tienen la impresión de que los cubanos no están listos para hacer concesiones y, desde ese punto de vista, la crítica de los republicanos en el Congreso estadounidense está justificada. Es legítimo esperar que La Habana dé señales que demuestren su disposición a abrir el sistema”, agrega Maihold, insistiendo en que el Viejo Continente está atento al intercambio binacional que tiene lugar al otro lado del Atlántico.
“El acercamiento entre los Estados Unidos y Cuba juega un rol de relativa importancia para Europa porque, con España a la cabeza, la Unión Europea también sostiene un diálogo con la isla con miras a que ésta mejore la situación de los derechos humanos en su territorio, sobre todo la de sus presos políticos”, dice el experto en relaciones interamericanas.
…y Latinoamérica también
Barack Obama ha demostrado tener voluntad para sostener un diálogo directo y de alto nivel con el Gobierno de La Habana, pero no por eso debería esperar un reconocimiento unánime en el ágora latinoamericana. “El presidente venezolano, Hugo Chávez, y sus amigos quieren aprovechar el golpe militar perpetrado en Honduras para darle nuevo ímpetu a la imagen de enemigo que desde hace años se tiene de los Estados Unidos”, comenta Maihold.
El directivo del Instituto Alemán para Política Internacional y Seguridad sugiere que el antiguo resentimiento regional en contra de los Estados Unidos no dejará de ser instrumentalizado políticamente por muy conciliador que Obama se presente a la hora de negociar con sus interlocutores latinoamericanos.
¿Estrategia imperialista o pipa de la paz?
Para algunos, nada de lo que Estados Unidos ha hecho para mejorar las relaciones binacionales con el país caribeño tiene que ver con el meollo del asunto: “Cuba quiere que el embargo comercial sea levantado y ser reconocida internacionalmente. Y esas son expectativas que ningún Gobierno de los Estados Unidos puede cumplir. De tal manera que seguiremos viendo en Latinoamérica intentos de reforzar la imagen de los Estados Unidos como enemigo número uno”, anticipa Maihold.
Autor: Evan Romero-Castillo
Editor: Pablo Kummetz