Guerra de nervios en Afganistán

El caso de los secuestros en Afganistán mantiene en vilo a las autoridades de Berlín este domingo, en que se anunció en Afganistán que se había encontrado el cadáver de uno de los rehenes alemanes. Sin embargo, el jefe policial de la provincia de Wardak, Mohamed Hewasali Maslum, negó poco después en declaraciones a Reuters haber entregado dicha información, que otras agencias le habían atribuido horas antes. Algunos presumen que el funcionario simplemente dio marcha atrás al ver que había hablado más de la cuenta. Nada se sabe tampoco acerca de la suerte corrida por el otro rehén alemán, si bien se conserva la esperanza de que siga con vida, pese a que un portavoz de los talibanes había anunciado en la víspera la muerte de ambos cautivos.

Incógnitas sin despejar

En suma, la confusión es grande y convierte el drama de los rehenes en una guerra de nervios. En Berlín, una portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania indicó que el equipo de emergencia mantiene en estrecho contacto con el gobierno afgano y sigue esforzándose por superar la crisis. No hay más informaciones concretas. Y varias interrogantes permanecen abiertas. En primer lugar, se desconocen las causas directas del deceso del rehén, que la edición online de la revista Der Spiegel identifica como Rüdiger B., oriundo de Mecklenburgo- Pomerania Occidental. Según la misma fuente, el hombre sufría de diabetes y se había intentado infructuosamente hacerle llegar medicamentos a través de un mediador.

Otra versión procedente de Afganistán indica que el rehén alemán habría muerto de un ataque al corazón. En cambio, una fuente de los servicios de seguridad afganos indicó que el cadáver presentaba heridas de bala. En todo caso, el gobierno alemán duda de los mensajes del portavoz talibán, según el cual ambos alemanes fueron ejecutados debido a que Alemania no cumplió la demanda de retirar a sus tropas de suelo afgano.

Rehenes sudcoreanos

Paralelamente, se mantiene la incertidumbre acerca de la situación de los 23 sudcoreanos secuestrado el jueves en Afganistán. También en su caso los extremistas han amenazado con ejecutarlos si no se libera a igual número de talibanes encarcelados. Y también con respecto a ellos hay informaciones contradictorias. Desde ya, fue desmentida una información de agencias de prensa en cuanto a que se estaba preparando una operación de rescate.

En el plano político al que apuntan las demandas de los secuestradores, la situación de Corea del Sur difiere de la de Alemania. Según se indicó este domingo en Seúl, ya están en marcha los preparativos para la retirada del pequeño contingente militar sudcoreano de Afganistán, que tomará 5 o 6 meses. Se subraya, eso sí, que la decisión había sido tomada con anterioridad al secuestro. En Berlín, en cambio, tanto la canciller Angela Merkel como el jefe del partido socialdemócrata, integrante de la coalición de gobierno, manifiestan su decisión de mantener a las tropas alemanas en Afganistán y abogan por prolongar su misión en ese país.