"Dr. Jekyll y Mr. Hyde"
1 de septiembre de 2011
Corriere della Sera, de Milán: “El déficit italiano se comporta cada vez más como una especie de Dr. Jekyll y Mr. Hyde de los mercados financieros globales. Mientras el bloque del euro extiende su mano protectora, el precio que tiene que pagar Italia para financiarse se mantiene dentro de sus límites. Pero apenas Europa da un paso hacia atrás, ese precio vuelve a irse para arriba. Esta evolución de los bonos públicos es entendible, ya que el paquete de ahorro italiano sigue siendo un misterio para los mercados en Fráncfort, París y EE. UU. Es también incierto durante cuánto tiempo la Unión Europea podrá proporcionarle oxígeno a Italia en contra de la opinión del Banco Federal Alemán. En este escenario, Italia no tiene alternativa. Debe demostrar carácter para poder tranquilizar definitivamente a los mercados.”
“Berlusconi ahorra impuestos a los más pudientes”
Salzburger Nachrichten, de Salzburgo: “En Italia, las esperanzas de poder mejorar el paquete de ahorro han revelado ser una ilusión en el transcurso de las negociaciones. En la caótica discusión, que la directora de la Asociación Industrial Italiana, Emma Marcegaglia, calificó de una competición para ver ‘quién inventa el impuesto más exótico', desapareció totalmente el sentido de seriedad de la situación. El resultado era previsible: los débiles serán quienes carguen con el mayor peso. Que el jefe de Gobierno italiano, Silvio Berlusconi, les haya ahorrado a los más pudientes todo tipo de impuesto solidario crea un clima de enojo y resignación. El anuncio de que se reducirá a la mitad la cifra de parlamentarios y de que se eliminarán todas las 108 provincias sólo tiene un efecto mediático y está pensado como golpe para la casta política, que goza de innumerables privilegios. Pero para eso habría que reformar la Constitución, lo que es imposible realizar en un lapso de tiempo razonable.”
“Política de coartadas de la diplomacia alemana”
Lidove Noviny, de Praga: “Al ministro alemán de Exteriores, Guido Westerwelle, probablemente lo haya dañado mucho –y tal vez fatalmente- su política durante la crisis libia. A la victoria de los aliados, reaccionó con la lamentable declaración de que la caída de Gadafi había sido posible, sobre todo, gracias al embargo de armamento del que Berlín fue coiniciador. Prácticamente de un día para el otro, Westerwelle se transformó en el cuco de la nación. (…) Si bien con algo de hipocresía, parecería que los alemanes al menos escuchan la voz de su conciencia. La política de coartadas de su gobierno los tortura. En caso de de que se obligara a Westerwelle a renunciar por causa de Libia, se estaría enviando una clara señal de que, en los países claves de Occidente, la voluntad de solidarizarse con una intervención armada puede ser renovada por medios democráticos.”
“Hacer la paz es tan difícil como hacer la guerra”
The Guardian, de Londres: “Los primeros días posteriores a la era Gadafi y la búsqueda de un rumbo para la paz son exactamente tan difíciles como lo fue hacer la guerra. (…) Pero Libia no es Irak, y allí hay poco espacio para la violencia religiosa. Si el Consejo de Transición libio logra un balance entre los intereses y los representantes de las tribus, se puede forjar un consenso nacional que se base en algo más duradero que en la desaparición del último tirano. El Consejo anunció ayer un plan de 18 meses hasta las próximas elecciones, rechazando antes el estacionamiento de observadores de la ONU. Fue un buen comienzo. (…) Uno de los problemas de los intermediarios extranjeros en que nunca saben cuándo dejar de actuar.”
CP/ dpa
Editor: Pablo Kummetz