La comunidad internacional invertirá millones en la reconstrucción palestina
2 de marzo de 2009En el balneario a orillas del Mar Rojo se encontraba la elite política reunida en torno al llamado “problema palestino-israelí”. La cita tenía como objetivo ponerle números concretos a lo que la comunidad internacional planeaba gastarse en la reconstrucción de una Gaza reducida a las ruinas. Junto con el dinero prometido la semana pasada, las ayudas a los palestinos suman la nada desdeñable cantidad de 4.130 millones de euros.
Sin embargo, esta vez no sólo el cuánto era relevante: también el a quién y el para qué. De sobra es sabido que ni los europeos ni los estadounidenses están dispuestos a hacerle transferencias a Hamás, por lo que el quién preferible para ambos es un gobierno de unidad nacional cuya formación aún no se divisa. Y el para qué está relacionado con las fronteras, ya que mientras permanezcan cerradas poco podrá comprarse en Gaza o para Gaza con los millones reunidos; y con los futuros bombardeos, puesto que preferible sería que lo edificado no volviese a caer de inmediato.
Dinero sí, pero no para Hamás
Si todos los donantes cumplen con lo pactado, la reconstrucción de Gaza no fracasará por falta de medios. Alemania pone a disposición de la tarea 150 millones de euros, el conjunto de los países de la Unión Europea 440 millones. Estados Unidos desembolsará 900 millones de dólares en ayudas a los palestinos, de los cuales 300 millones están previstos para ser gastados en la franja misma, y los Estados del Golfo Pérsico han prometido entregar más de 1.600 millones de dólares a lo largo de los próximos cinco años.
Contando millones en Sharm el-Sheij estaba el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas, pero ningún representante de Hamás. Ya desde que las urnas le concedieran aquella victoria con la que Gaza empezó a separarse de Cisjordania, o viceversa, Occidente ha tratado de esquivar a un Ejecutivo vestido por una organización que la UE califica de terrorista. Y en la política de aislamiento de Hamás nada va cambiar, dejaron claro en Egipto tanto Europa como Estados Unidos.
“Si quieren ser aceptados como interlocutores válidos, tienen que reconocer que el único camino hacia un Estado palestino es que discurre a través del compromiso absoluto con la solución política, es decir, a través del diálogo con Israel. Si Hamás quiere ser respetada, tendrá que asumir ella misma una posición respetable”, dijo el presidente francés, Nicolas Sarkozy.
“El tiempo corre contra nosotros”, reconocía Sarkozy en Egipto. A finales de este año, una nueva conferencia debe sentar las bases de una posible paz en Oriente Próximo. Para entonces, Europa espera que los palestinos hablen con una sola voz, y que el tono sea moderado.
Reconstruir, también políticamente
“Y también tenemos la esperanza”, añadía el ministro de Exteriores alemán, Steinmeier, “de que lo que se construya ahora no vuelva a ser destruido. Por eso queremos subrayar que las conferencias de donantes son imprescindibles en la situación actual, pero sólo podrán cumplir con sus objetivos si van acompañadas de un proceso político que asegure el fin de la violencia”.
Los palestinos han de reencontrarse en el camino hacia un Estado propio y no cortarle el paso a las negociaciones con Israel, resume la postura europea. Pero también los israelíes han recibido de los representantes del Viejo Continente algunos apuntes para tomar nota.
“Los esfuerzos conjuntos para la reconstrucción y la estabilización de la región sólo tendrán éxito si el Gobierno israelí pone de su parte”, aseguraba Steinmeier, “por eso van a escuchar muchas veces a lo largo del día de hoy que la ayuda humanitaria tiene que llegar a los necesitados, que hay que abrir las fronteras y que también de Israel esperamos que reanude el diálogo directo con los palestinos”.