La motivada e ¿instrumentalizada? ira musulmana
3 de febrero de 2006"El pueblo danés ha defendido por generaciones la libertad de prensa y de culto. Respetamos profundamente todas las religiones, incluido el Islam. Para mí es muy importante decirles, que la gente en Dinamarca no tiene la intención de ofender a los musulmanes", declaró el primer ministro danés Andes Fogh Rasmussen en un mensaje televisado y difundido por la cadena Al Arabija. Con su mensaje, el primer ministro danés pretende aportar a calmar la creciente tensión internacional surgida por la indignación que cunde en los países islámicos por la publicación de las caricaturas del profeta Mahoma.
Las últimas 48 horas
Los acontecimientos se superponen: el boycott a los productos daneses, las amenazas de bombas contra el periódico danés Jyllands-Posten, cerco a la oficina de la Unión Europea en Gaza, manifestaciones multitudinarias en varios países islámicos, despido del jefe de redacción de France-Soir, amenaza contra ciudadanos europeos, secuestro de un alemán, manifestantes musulmanes se toman la embajada danesa en Yakarta, convocatoria por parte del ministro iraní de Asuntos Exteriores, a una reunión extraordinaria de los ministros de los países miembros de la Conferencia Islámica para tratar "el ataque organizado contra el mundo musulmán".
Con la publicación de las caricaturas de Mahoma, los creyentes musulmanes se sintieron ofendidos, pues su religión prohíbe, a partir del siglo XII, imágenes del Profeta. El que se lo presente con una bomba por cabeza representa una ecuación que iguala Mahoma, religión y terrorismo, aducen los ofendidos. Por ello, la mayoría de los Gobiernos del mundo árabe apoyaron las protestas callejeras y han convocado a un "día de la cólera". Arabia Saudita, Kuwait y Libia retiraron a sus embajadores de Copenhague. Noruega toma en serio las amenazas y cierra su embajada en los territorios palestinos; en Dinamarca el temor crece, en Alemania, también.
Fundamentos del debate
En Alemania en el debate público y periodístico, el hincapié en la libertad de prensa -léase el derecho de los diarios a publicar las caricaturas que les pluguiere- cede paulatinamente paso al enfoque del código ético de la prensa, que tiene un artículo que aboga por el respeto a las religiones. Visto así, si para los musulmanes es una ofensa, publicar las doce viñetas es, aparte de una prueba de mal gusto, una tontería.
Udo Steinbach, director del Instituto alemán de Estudios Orientales, declaró a DW-RADIO que la publicación de las viñetas es una "clara provocación", más aún en un momento en que las relaciones entre partes del mundo islámico y Occidente se hallan en un momento tenso. Por su parte, Ibrahim Mohamad, analista de DW-WORLD de origen libanés, resalta la incomprensión de los Gobiernos árabes hacia la relación que existe entre Estado, libertad de prensa y religión en Europa y puntualiza: "si lo cotidiano en Europa está marcado por la separación entre Estado y religión, el Islam desempeña un papel determinante en la cotidianidad árabe".
¿Indignación o instrumentalización?
"Sin embargo", prosigue Mohamad, "en este caso cabe sospechar que detrás de las demostraciones multitudinarias en las calles del mundo árabe no hay móviles religiosos, sino político. Grupos islamistas intentan golpear a Occidente para acrecentar su influencia política". Por su parte, Herman de Ley, experto en Islam y catedrático de la Universidad de Genta, si bien ratifica la ofensa que suponen las caricaturas, ve en este rasgarse las vestiduras más bien una maniobra de los gobiernos del mundo árabe para distraer a su pueblo de los conflictos internos.