La UE y el cambio climático
25 de noviembre de 2011
A pesar de no haber logrado imponer sus objetivos en las cumbres anteriores en Copenhague y Cancún, Connie Hedegaard, comisaria europea para la Acción Climática, quiere seguir luchando por una mayor y más efectiva protección climática. “Los europeos no podemos lavarnos las manos sólo porque ya estamos tomando algunas medidas. Creo que se está avanzando muy lentamente, y por eso debemos buscar nuevos caminos”, dijo la comisaria Hedegaard el 24 de noviembre en Bruselas. La ex ministra danesa de medioambiente apeló enérgicamente a China y a EE. UU. para que se comprometan a aprobar un acuerdo global vinculante de protección climática. “Vivimos en una paradoja incomprensible: todos los días se dan a conocer noticias sobre catástrofes climáticas y ecológicas, y, al mismo tiempo, las negociaciones avanzan a paso increíblemente lento”, señaló Connie Hedegaard.
Protocolo de Kioto: ¿solución intermedia?
Connie Hedegaard quiere invertir esfuerzos en lograr, en lo posible, que una gran cantidad de países participen del futuro acuerdo de protección del clima. El objetivo mínimo de la conferencia internacional sobre el clima en Durban es elaborar una hoja de ruta para que eso sea posible. El acuerdo deberá entrar en vigor a más tardar en el año 2020. La Unión Europea se comprometería, dijo Hedegaard, a un segundo período de reducción de emisiones si los otros grandes países emisores se comprometen a cumplir con los objetivos vinculantes y a garantizar que se sumarán más tarde a un acuerdo internacional efectivo. El Protocolo de Kioto finaliza en 2012, y EE. UU. aún no ha participado del mismo, y tampoco India ni China se han sumado a las normas de reducción de emisiones.
Las ONGs quieren liderazgo europeo
También el Parlamento Europeo y organizaciones ecológicas como el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) exigen que se aproveche el segundo período del Protocolo de Kioto como solución transitoria hasta que se cuente con un nuevo acuerdo. “Kioto es el único acuerdo marco vinculante que tenemos en este momento. Es mejor que nada, pero no se debe usar como coartada para desviar las negociaciones”, dijo Barbara Lueg, del WWF, en Berlín. Y también apeló a que la UE no sólo asuma un rol de liderazgo en las negociaciones, sino también en la ayuda financiera para la conversión a los procesos de producción “limpios”. El Fondo Verde para el clima, creado en Cancún, debe dotarse por fin con dinero suficiente, dijo Lueg, quien añadió que, a pesar de la crisis financiera, la UE tiene la obligación de aportar fondos.
De China y de EE. UU. llegan, a pesar de todas las dificultades, señales positivas, dijo la comisaria europea Hedegaard: “En apariencia, parece que siempre estamos en pugna. Pero detrás de bambalinas se llevan a cabo conversaciones sensatas”. Connie Hedegaard espera el apoyo del país anfitrión, Sudáfrica, para convencer tanto a China como a EE. UU. y a India sobre la urgencia de un acuerdo vinculante.
La comisaria europea de Acción Climática trabaja, además, en la ampliación del llamado “mecanismo de desarrollo limpio”, que prevé –en el marco del Protocolo de Kioto- que los países industrializados, que financian proyectos en los países en desarrollo, puedan incluir ese ahorro de emisiones de CO2 en su balance climático. Hedegaard critica que sólo un puñado de países se beneficia actualmente de esa medida, y quiere que los proyectos se extiendan e incluyan, sobre todo, a los grandes países consumidores de energía.
Urge crear un acuerdo vinculante
Sin embargo, es muy incierto si se llegará a un acuerdo en Durban. Un miembro de la delegación de la Unión Europea dijo en Bruselas que esta cumbre climática es la más compleja de todas las que se han llevado a cabo. Expertos alemanes en cambio climático alertan, entre otras cosas, acerca del calentamiento global en caso de que fracasara la conferencia internacional. Si los países no se ponen de acuerdo respecto de una nueva regulación luego de finalizado el Protocolo de Kioto, la temperatura del planeta podría aumentar en más de tres grados, subrayaron los investigadores en Berlín.
Autora: Ruth Reichstein/ Cristina Papaleo
Editor: Enrique López