Latinoamérica brilla en el Carnaval de las Culturas de Berlín
23 de mayo de 2010A ritmo de samba, rumba, salsa, jazz, bossa-nova y tambores africanos bailarines de todas las edades y provenientes de unos 70 países, se movieron sin parar animados por una buena carga de decibeles. Las calles de los barrios de Neukölln y Kreuzberg, conocidos por el fuerte componente extranjero entre sus habitantes, se convirtieron en la escenografía de la fiesta callejera adonde llegó en tropel un público alegre que celebró con júbilo el paso de la exótica y multicultural caravana.
¡Berlín! ¡Berlín! Retumbaba el grito gutural y profundo de una mujer brasileña que trepada en el carro de Afoxé Loni anunciaba la llegada del estruendo. El grupo brasileño fue el encargado en abrir este año el recorrido de 97 carros que animaron con su paso a la multitud. Afoxé Loni toma parte en el festival callejero desde 1997 e imparte clases de ritmos afrobrasileños tradicionales y modernos. El Carnaval de las Culturas va cobrando tradición como se vio en la profesionalidad de los participantes que lucieron elaborados vestuarios y complejas coreografías que necesariamente tuvieron una larga preparación.
La escuela de flamenco de Laura la Risa captó la atención del público por sus hermosas bailarinas que llevaban vestuarios flamencos. Algunas iban vestidas como gitanas. Su escuela, que imparte clases de flamenco a niñas y niños es parte de una iniciativa llamada "La Vasca Flamenca e V." que promueve la difusión de la tradición folclórica española en Berlín.
El grupo Serenata Zulumbé, trajo a la capital alemana un ritmo de raíces africanas llamado Candombe, una tradición típicamente rioplatense, originaria de Uruguay y Argentina. "Este baile surgió con la llegada de los esclavos africanos a Río de la Plata y era inicialmente parte de un ritual religioso. Ellos salían a las calles con sus tambores y les dedicaban sus bailes a los dioses. Con este ritmo se sentían más libres", dice el uruguayo Daniel Repetto, en conversación con DW-WORLD. Serenata Zulumbé estuvo integrado por unas 60 personas, la mayoría uruguayos que vienen de otras ciudades alemanas como Hamburgo, y algunos viajaron desde Suecia.
Vestidos con ropa ligera y llamativa los bailarines y bailarinas representan ahora a los blancos y negros que integran esa región sudamericana y compiten por los premios que otorgará un jurado internacional que juzga a los grupos participantes por la decoración de los carros, la vestimenta, la coreografía y el performance callejero. Serenata Zulumbé obtuvo el primer lugar el año pasado.
Berlín ya no tiene un Loveparade, el desfile del amor a ritmo de música tecno, que se realizaba cada año en el verano y que llegó a reunir a más de un millón de visitantes provenientes de toda Europa. Tal vez por eso el Carnaval de las Culturas tiene una mayor presencia. Pero a diferencia del Loveparade, el Carnaval de las Culturas que se realiza tradicionalmente el fin de semana de Pentecostés, tiene más contenidos ideológicos. Así por ejemplo, pasó un carro con los bailes tradicionales de Palestina, donde jóvenes varones ondean enormes banderas y llamaban la atención sobre su identidad cultural. Otros aluden a la impermanencia humana. "Todos provenimos del mismo lodo", decía un carro cuyos participantes estaban todos cubiertos de barro y parecían esculturas ambulantes.
La peruana Lilia Gomez también es maestra de baile. "El proyecto de danza que dirijo se llama Aventura en la danza y participamos desde hace quince años en el carnaval. Lo más importante en esta ocasión es que está con nosotros el grupo Bamba, pero también que tenemos muchos participantes minusválidos que toman parte con una entrega total. Queremos que el público vea que el ser minusválido no es un problema", dice. En el grupo de Lilia Gomez toman parte más de 90 personas, muchos niños que entre tanto ya son conocidos y queridos por el público.
Es una fiesta de los pueblos y cada quien muestra lo que tiene. Entre la diversidad cultural, los ritmos que se imponen son los afrobrasileños. Antivirus es un grupo que trae una propuesta del músico brasileño Sabia da Costa, que llegó a Alemania hace 21 años. Uno de sus hijos, David, lo acompaña en los tambores. "Es un proyecto muy novedoso que se llama Anti-virus porque está diseñado para repeler todas las cosas malas, desde los malos amigos hasta los virus como el sida", dice Sabia da Costa. El grupo toca instrumentos de percusiones hechos con toda clase de objetos, como latas y llantas. "Es una idea que tuve cuando era niño porque entonces no había computadoras ni celulares ni nada de eso", dice da Costa, que participa por sexta ocasión en el carnaval.
Julissa Cusi y Lesly Asenjo tienen treinta y catorce años respectivamente. Las dos son peruanas y viven en Hamburgo. Vinieron invitadas por un grupo de Berlín para apoyar la propuesta peruana. Lesly llegó a Alemania con su mamá hace ocho años y cursa el equivalente de secundaria (clase 8). Julissa llegó apenas hace un año y estudia informática en la Universidad de Hamburgo. Ellas bailaron una danza típica del Altiplano, una región que pertenece a Perú, Bolivia y Chile. "Es un baile proveniente de una zona que se llama Puno, el baile es conocido como saya, aunque los bolivianos lo llaman caporales, hay varias versiones", dice Julissa.
Los habitantes de la zona no pierden oportunidad para sacar algún beneficio de la fiesta callejera. Algunos negocios turcos abren este domingo sus puertas, otros sacan mesas y ofrecen bebidas y comida a los visitantes. Después de varias horas bajo densas nubes sale por fin el sol. Así lucen mejor las bailarinas como la boliviana Paola, que viene proveniente de Hamburgo y dice que como ella han venido muchos bolivianos de toda Alemania, hasta de Holanda y de Inglaterra, especialmente para bailar hoy la morenada.
¿Qué es la morenada? "Es un baile muy tradicional de Bolivia que se ha vuelto muy moderno entre la población local y tiene sus raíces en los tiempos de la esclavitud. El baile hace una parodia al proceso de colonización", dice Paola. Unos 150 bailarines toman parte en el grupo boliviano. "Bolivia es un país muy pequeño de Sudamérica que se conoce muy poco aquí en Europa, entonces es nuestro deber dar a conocer nuestra cultura que es muy rica en sus tradiciones", concluye.
Autora: Eva Usi
Editora: Claudia Herrera Pahl