Los desafíos de trabajar desde casa
10 de diciembre de 2020De la cama al baño y luego al escritorio para comenzar el día de trabajo: desde marzo esta ha sido la nueva normalidad para muchos alemanes. Según una reciente encuesta de la asociación digital alemana Bitkom, más de 10 millones de empleados, o un cuarto de la población activa de Alemania, han estado trabajando desde casa. Muchos se han acostumbrado a esta nueva situación y han llegado a apreciar las ventajas. Pero los inconvenientes también se han hecho más evidentes.
Klaus Dörre es un sociólogo económico de la Universidad de Jena y está convencido de que trabajar desde casa tendrá consecuencias negativas a largo plazo, por tres razones principales.
Salas de descanso digitales
Según el experto, el uso de gestos con las manos o expresiones faciales se pierde casi por completo durante las videollamadas. A diferencia de las interacciones cara a cara, esto significa que los empleados reciben poca o ninguna retroalimentación emocional. Esto puede hacer que se sientan inseguros, o incluso agresivos, ya que les resulta más difícil evaluar su propio rendimiento. También se pierde el intercambio de opiniones e información entre colegas.
"Lo que falta completamente es la charla informal en la sala de descanso que a menudo conduce a las mejores ideas", dijo Dörre a DW. "Al final, la inteligencia de enjambre no funciona en la comunicación virtual."
A diferencia de las reuniones en la vida real, las reuniones virtuales se centran en un objetivo específico. Los encuentros o conversaciones accidentales en el pasillo, que forman parte de nuestra vida habitual en la oficina, simplemente no suceden.
Mientras que puede parecer que trabajar desde casa reduce la carga de trabajo, Dörre advierte que esta percepción es engañosa.
Teletrabajo: doble carga
Para muchos, las primeras semanas y meses de trabajo a distancia fueron especialmente estresantes. Las mujeres se vieron afectadas con especial dureza. En la mayoría de los casos, son las principales responsables del cuidado de los niños y de las tareas domésticas. Pero Anja Gerlmaier, de la Universidad de Duisburg Essen, dice que no es porque hayamos vuelto a los estereotipos de género.
"Si observamos los datos, podemos ver claramente que los roles de género estereotipados no han vuelto a aparecer, pero en realidad nunca han desaparecido", dijo a DW. Según un reciente estudio realizado por la Fundación Bertelsmann, el 69% de las encuestadas dijeron que eran las principales responsables de las tareas domésticas.
No es de extrañar, entonces, que las mujeres tiendan a estar menos satisfechas con el trabajo en casa que los hombres. Comienza con la elección del lugar de trabajo, explica Gerlmaier. Más a menudo que los hombres, las mujeres tienen su espacio de trabajo doméstico en la cocina u otras partes concurridas de la casa. Esto significa que se les molesta más a menudo.
Un difícil acto de equilibrio
Gerlmaier está segura de que en el caso de las familias con niños, las mujeres están perdiendo cuando trabajan desde casa. "Tratar de enseñar a sus hijos las Leyes de Mendel y hacer las tareas para su empleador al mismo tiempo está destinado a fracasar", concluye. O serán etiquetadas como malas madres o su trabajo sufrirá.
Los puestos directivos volverán a ser para sus colegas masculinos. Equilibrar tanto el cuidado de los niños como su profesión es casi imposible, opina Gerlmaier.
El cierre de las escuelas en primavera empeoró aún más la situación. "Creo que se produjeron muchos daños colaterales", afirmó. "Las mujeres fueron empujadas a sus límites y pueden haber experimentado problemas relacionados con el trabajo o la salud", añadió Gerlmaier. Y eso es solo la punta del iceberg. Según la psicóloga laboral, esto significa que es aún más importante establecer límites claros.
"Ahora es el momento de hacer lo mejor de esta nueva realidad y darle forma", dijo Dörre. Tendrá que haber una mezcla entre el tiempo que se pasa en la oficina y el tiempo que se trabaja desde casa.
Lo que nos lleva de vuelta al estudio de Bitkom: la asociación pide a los políticos que observen estos cambios de cerca y los apoyen con incentivos tanto para los empleados como para los empleadores. Una cosa es cierta: trabajar desde casa requiere una clara separación entre el trabajo y la vida privada.
(gg/er)