Loveparade: urgen consecuencias para responsables
31 de julio de 2010La ceremonia fúnebre en honor de las 21 víctimas de la tragedia de la Loveparade estuvo marcada por palabras de consuelo para los afligidos, pero también por frases de reflexión y de advertencia en dirección hacia los responsables de la catástrofe, en la que también resultaron heridas más de 500 personas.
En la Iglesia del Salvador de Duisburgo estuvieron presentes allegados a las víctimas, miembros de las fuerzas de rescate, políticos y la prensa. En el estadio MSV Duisburg, donde se dispusieron pantallas gigantes, la ciudad esperaba 30.000 asistentes. Solamente asistieron 2.600.
Luego en la tarde del sábado (31.07.2010) más de mil personas se dieron cita para marchar en silencio y pacíficamente por los jóvenes que perdieron la vida una semana atrás. En un parque cercano al lugar de la tragedia los participantes soltaron 21 globos blancos y 500 negros. La marcha terminó en el lugar de la tragedia, el túnel, que seguía llenándose de velas, flores y condolencias por las 21 víctimas mortales. Los globos quedaron en el aire, como también los interrogantes sobre la responsabilidad de organizadores y autoridades de Duisburgo por la catástrofe que enluta a Alemania.
Demasiados interrogantes
El hecho que se produjera una tragedia de ese tipo en Alemania, con sus normas y reputación de nación extremadamente organizada, generó en la opinión pública y en las esferas políticas un examen de conciencia nacional sobre la aparente negligencia de organizadores y autoridades locales de Duisburgo en términos de la seguridad de la mayor fiesta de música electrónica en Europa.
21 personas fallecieron y más de 500 resultaron heridas cuando una estampida de jóvenes avanzó a empujones por un túnel, el único acceso posible, para entrar al recinto del festival, una antigua estación ferroviaria de carga en Duisburgo, una ciudad de apenas 500.000 habitantes situada en el oeste de Alemania.
Las preguntas irresueltas una semana después siguen siendo las mismas: ¿Quiénes son los responsables? ¿Cómo pudo suceder algo así? "Estos interrogantes tendrán una respuesta", dijo Hannelore Kraft, la ministra presidenta de Renania del Norte-Westfalia, que tomó la palabra en la ceremonia emotiva y silenciosa.
En la misa ecuménica todos los oradores pidieron esclarecer los hechos de la tragedia de la Loveparade. En este sentido, el presidente del Consejo de la Iglesia Evangélica, Nikolaus Schneider, pidió especialmente en su oración por las "personas, que petrificadas se acusan entre sí de la responsabilidad".
Consecuencias para los responsables
Adolf Sauerland, alto funcionario del partido cristianodemócrata de la Canciller Algela Merkel, fue criticado por ignorar los avisos de agencias de planificación, policías y bomberos de la ciudad, indicando que Duisburgo no era una ciudad apta para organizar un mega evento de más de un millón de personas.
El alcalde sigue firme en su decisión de no renunciar a su cargo. También dijo que no era responsable por la tragedia. "La presión sobre mí y mi familia ha sido enorme", dijo Sauerland a la cadena de televisión N24 en una entrevista. "Siento terriblemente lo que sucedió. Tras un evento como éste es fácil salir y exigir la cabeza de alguien", indicó. En el ojo del huracán, el criticado alcalde prefirió no asistir a la ceremonia fúnebre en respeto por los familiares de las víctimas.
Algunos analistas afirman que la negativa de Sauerland a dimitir podría perjudicar al partido de la Canciller, porque plantea dudas sobre la credibilidad de los conservadores en temas de seguridad, aspecto que es visto normalmente como uno de sus fuertes en política.
Merkel no habló durante el funeral. Pero a la salida de la ceremonia fúnebre declaró al diario Bild am Sonntag que "las conversaciones con los familiares de las víctimas me llegaron al corazón. El terrible suceso de Duisburgo debe tener consecuencias".
Las banderas de Alemania ondeaban el sábado a media asta en los diferentes edificios oficiales. Mientras tanto, la opinión pública espera que los responsables asuman las consecuencias de esta terrible tragedia, que no será olvidada por los alemanes.
Autora: Cristina Mendoza Weber / dpa
Editor: Enrique López