Luces y sombras de un año de Gran Coalición
20 de noviembre de 2006La Gran Coalición de gobierno entre la Unión Demócrata Cristiana (CDU), la Unión Social Cristiana de Baviera (CSU) y el Partido Socialdemócrata (SPD) cumple un año en el poder. Fruto de la falta de un claro vencedor en los comicios de 2005, la alianza “roji-negra” se ha centrado en demostrar en estos últimos doce meses cómo un pacto que nadie deseaba era capaz de devolver la autoestima a un país que había perdido peso en la escena internacional y lustre a su principal seña de identidad, su potencial económico.
Al frente del proyecto, por primera vez en la historia, una mujer: Angela Merkel. Sobre ella recaía el peso de suceder al carismático Gerhard Schröder. Fiel a su perfil, Merkel ha antepuesto los hechos a los gestos y ha convertido el pragmatismo en su principal arma. Una táctica necesaria para lidiar como canciller con los a menudo opuestos intereses de los grandes socios de la coalición.
La economía, el punto fuerte
El principal logro del primer año de coalición hay que buscarlo, sin duda, en la economía. El crecimiento se ha acentuado, el paro baja y la política de saneamiento fiscal comienza a dar sus frutos. No en vano, el déficit alemán caerá este año hasta el 2,3% del Producto Interior Bruto (PIB) y a un 1,6% en 2007, por debajo del límite del 3% establecido en el pacto de estabilidad de la Unión Europea (UE).
Sin embargo, el hecho de que las arcas estatales recauden más –por ejemplo, con el aumento del impuesto sobre el valor añadido (IVA) del 16% al 19% a partir de enero- también supone, desde la óptica de los ciudadanos, menor capacidad de ahorro.
Los ciudadanos no son los únicos escépticos. También los agentes económicos y sociales han mostrado sus dudas respecto a la eficacia de las medidas económicas del gobierno de Gran Coalición. Los sindicatos creen que la política del “gabinete Merkel” beneficia a las grandes empresas y perjudica al alemán de a pie, con recortes sociales y aumento de los impuestos al consumo. Los empresarios, por su parte, alaban medidas como el recorte de impuestos o los planes para retrasar la jubilación a los 67 años, pero las consideran insuficientes.
Caída de la popularidad
Sea como sea, las encuestas parecen reflejar el descontento de una mayoría. Según los últimos datos, el 56% de los alemanes se muestra “decepcionado” con el gobierno de Gran Coalición. Además, por primera vez desde la reunificación, los dos grandes partidos –CDU y SPD- no superan el umbral del 30% en intención de voto.
Sin embargo, las reformas económicas no son suficiente motivo para explicar este descontento. Uno de los temas más espinosos del primer año de coalición es el proyecto de reforma sanitaria, que ha unido en contra del ejecutivo a la oposición en pleno, así como al sector sanitario y a los consumidores. De hecho, tanto socialdemócratas como cristianodemócratas han tenido que aprobar un compromiso de mínimos que no satisface a ninguna de las partes.
Los retos de futuro
De momento, llevar adelante la reforma sanitaria ante la gran oposición que ha levantado se apunta como uno de los temas más difíciles que tendrá que afrontar el gobierno alemán en los próximos meses. Pero hay otros. Por ejemplo, la segunda parte de la reforma del sistema federal, que implica redefinir las relaciones en materia fiscal entre gobierno federal y los Estados federados.
La primera, que implica una agilización en el proceso legislativo, fue aprobada con éxito el pasado verano. Además, la agenda del gobierno contempla otros retos, como garantizar la seguridad del suministro energético en Alemania.
Alemania, en el primer plano internacional
A nivel internacional, Alemania tiene ante sí unos meses realmente trepidantes. A partir de enero, asumirá la presidencia del Consejo de la UE y del G-8. Como objetivo prioritario, el gobierno de Angela Merkel se ha propuesto revitalizar la Constitución Europea para que sea una realidad antes del 2009.
Además, el cambio climático promete estar en lo más alto de la agenda tanto de la UE como del G-8. En cualquier caso, Alemania pretende consolidar el protagonismo a nivel internacional conseguido en el último año bajo el gobierno de “Gran Coalición”.