Malos augurios para Schröder

El voto de confianza al que se someterá Schröder, con la intención declarada de perderlo, es la última carta del canciller, con la que quiere lograr lo que la constitución dificulta: la disolución del parlamento por parte del presidente alemán, Horst Köhler para convocar a elecciones anticipadas.

Según los últimos sondeos, dados a conocer por el segundo canal de televisión, ZDF, Schröder, perdió en la última semana dos puntos porcentuales, por lo que, de haber elecciones generales este fin de semana, su partido obtendría tan sólo un 24%. Los analistas políticos diagnostican al partido gubernamental como desahuciado. Hablan de un canciller desgastado y sin ideas, de un partido que mete a fondo el acelerador para sacar adelante reformas a último minuto jugándose lo último que le queda de credibilidad.

Una mujer canciller

De tener lugar las elecciones anticipadas según lo previsto el próximo 18 de septiembre, el barómetro político da el triunfo a una mujer: la líder cristianodemócrata, Ángela Merkel. Angie, como la llaman de cariño los alemanes, sonríe triunfante a los medios. Incluso ha cambiado su estilo de vestir y de peinado, como resultado de una nueva asesoría de imagen. Pese a que la oposición conservadora también ha perdido ligeramente, cosecharía un 45% de los votos. De la noche a la mañana Angie se ha convertido en el principal desafío para Schröder.

Sin embargo una alianza izquierdista también amenaza con apretar la tenaza por el otro lado y de paso cambiar el escenario político. Los advenedizos ex-comunistas del Este de Alemania que integran el Partido del Socialismo Democrático, PDS, y un nuevo grupo izquierdista llamado Alternativa Electoral, Justicia y Trabajo Social de Alemania Occidental (WASG según sus siglas en alemán), se están uniendo para debilitar a Schröder entre sus tradicionales votantes.

Rivales inesperados

Es de ahí de donde proviene el mayor peligro, pues las dos figuras detrás de ambas formaciones, Gregor Gysi y Oskar Lafontaine, son populistas incendiarios que pueden marginar a la socialdemocracia. Obtendrían los votos leales tradicionales del SPD, que ahora se muestran inconformes.

Según los últimos sondeos, la alianza que no ha sido formalizada aún, obtendría 11% de los votos. Ubicada a la izquierda extrema del espectro político alemán podría cosechar también votos de la extrema derecha, robándole sufragios a los partidos conservadores.

Los verdes por su parte, siguen gozando del respaldo de los alemanes. El partido de tradición pacifista obtendría un 10% de los votos. La única certeza es que el país se encuentra en una crisis política y que el desenlace puede dar muchas sorpresas.