Malos tiempos para el comercio con Irán
26 de marzo de 2007¿A dónde conducirán las sanciones aplicadas por el Consejo de Seguridad de la ONU contra Irán? Por lo pronto, nada parece indicar que al objetivo deseado por la organización internacional: el presidente iraní, Mahmud Ajmadineyad, ha reiterado una vez más que ni siquiera cien resoluciones como ésta harán que Teherán desista de su programa nuclear. Lejos de ceder, Irán replica restringiendo su cooperación con la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA). Y, por si fuera poco, el roce producido por la detención de uniformados británicos en lo que, según la versión iraní, eran aguas territoriales de Irán, ensombrece aún más las perspectivas políticas de llegar a un entendimiento. En consecuencia, muchos esperan un aumento de la tensión y el sensible barómetro del petróleo vuelve a subir en los mercados internacionales.
Consecuencias prácticas
Pero veamos las consecuencias que acarrean en el terreno práctico las sanciones impuestas contra Teherán, que contemplan la congelación de cuentas iraníes en el exterior, prohibición de viajes para colaboradores del programa nuclear y prohibición de comerciar armas con ese país. Por lo pronto, para muchas empresas alemanas, lo principal es que sigue siendo factible hacer negocios con Irán, ya que la importación y exportación de la mayoría de los productos no se ve afectada. No obstante, la pugna tendrá repercusiones en las relaciones económicas con Teherán.
"Las empresas se han vuelto más cautelosas, lo cual también tiene que ver con la creciente actitud de reserva de los iraníes", indica Friedrich Wagner, experto en comercio exterior de la Asociación de Constructores de máquinas e instalaciones (VDMA). A su juicio, la inseguridad política ha llevado a una situación de incertidumbre en la que las inversiones se vuelven cada vez más arriesgadas.
Retroceso comercial
La cautela se puede medir en cifras: hasta octubre de 2006, los constructores alemanes de maquinarias exportaron a Irán productos por un valor de 1.330 millones de euros, lo cual representó un incremento del 2%. Desde entonces, los números van en retroceso.
En cambio, aumentan las necesidades de asesoría de los miembros de la VDMA que, según Wagner, necesitan claras instrucciones sobre la aplicación de la resolución. Al respecto, subraya que se debe poder advertir, sin lugar a equívocos, cuáles productos podrían ocasionar problemas. "El embargo debe ser aplicable para nosotros y, por cierto, para las autoridades", apunta.
Más repercusiones
Los problemas de los empresarios podrían incrementarse considerablemente si no se encuentra pronto una solución a la pugna en torno al programa nuclear iraní. "Los llamados a que también Europa restrinja su comercio con Irán subirán de tono", prevé Johannes Reissner, de la Fundación Ciencia y Política de Berlín. A su juicio, es probable que los formule sobre todo Estados Unidos, país que no comercia prácticamente con Irán desde 1996.
El boicot estadounidense ya tiene en la actualidad repercusiones sobre las relaciones comerciales de empresas alemanas con Irán. "No quiero llamarlo presión, pero hay empresas alemanas con importantes negocios en Estados Unidos, que son cuidadosas en lo tocante a Irán", indica Reissner.
La financiación de las transacciones comerciales también podría complicarse. De acuerdo con la nueva resolución de la ONU, sólo podrá concederse a Irán créditos para proyectos humanitarios o de desarrollo. Por otra parte, el Sepah-Bank fue el primer afectado por la congelación de fondos iraníes en el exterior. De acuerdo con Friedrich Wagner, esto podría llevar a una situación compleja: "las exportaciones serían legales, pero no podrían ser financiadas", señala.