Marcapasos cerebral
22 de noviembre de 2006Regiones del cerebro hiperactivas causan el típico temblor de la enfermedad de Parkinson. La terapia estándar para los pacientes de anomalías motrices que no responden a los medicamentos es el marcapasos cerebral.
Para ello se implanta electrodos en las regiones del cerebro en la que células nerviosas enfermas actúan sincronizadamente, potenciándose y provocando así los temblores.
Con impulsos eléctricos constantes, el marcapasos cerebral convencional ahoga esa hiperactividad. Muchos pacientes se benefician de ello, pero algunos sufren efectos secundarios o no reaccionan al tratamiento. El efecto terapéutico puede reducirse también con el correr del tiempo e incluso desaparecer.
Fuertes impulsos ahogan toda actividad
El dúo de investigadores conformado por el Prof. Peter A. Tass, del Centro de Investigaciones Jülich y el Prof. Volker Sturm, conocido neurocirujano de la Universidad de Colonia, ha perfeccionado ahora el marcapasos cerebral convencional que se usa desde hace unos quince años.
Para controlar la actividad patológica de determinadas células en el cerebro, el marcapasos cerebral convencional recurre a fuertes impulsos eléctricos, emitidos a través de electrodos en el cerebro. Esos impulsos ahogan prácticamente toda actividad de las células descontroladas.
Del bloqueo a la corrección del ritmo
Con el nuevo marcapasos cerebral de Tass y Sturm, las células nerviosas hiperactivas no son masivamente bloqueadas, sino sacadas de ritmo. Los impulsos eléctricos son proporcionados de acuerdo con las necesidades, es decir, cuando las células nerviosas comienzan a actuar patológicamente en forma sincronizada y al mismo ritmo.
"No sofocamos todo ritmo de las células patológicas, sino que lo corregimos y lo aproximamos a un funcionamiento normal", dice Tass. Como base para este nuevo procedimiento, Tass y su equipo desarrollaron refinados modelos y técnicas de simulación con ayuda de las matemáticas y la física.
Sale al mercado dentro de dos años
"Hasta hace poco sólo pudimos realizar trabajos experimentales o pruebas durante una operación, pero ahora hemos desarrollado un nuevo estimulador, que los pacientes llevan al cinto y con el que podemos hacer pruebas de varios días", agrega Sturm.
Los resultados obtenidos hasta ahora son calificados por el neurocirujano de "excelentes".
Potenciales usuarios del nuevo sistema son enfermos de Parkinson, un gran número de epilépticos, personas muy depresivas y también pacientes con alteraciones de la motricidad luego de ataques de apoplejía, explica Sturm.
"Dentro de dos años, el nuevo aparato habrá sido miniaturizado, pudiéndose así implantar y estimular las células según sea necesario."
Por sus trabajos, Tass y Sturm han sido uno de los cuatro nominados este año para el "Premio de Futuro" a la técnica y la innovación, que el Presidente Federal de Alemania otorga anualmente a grandes avances prácticos en todas las áreas del conocimiento y la tecnología.