Misión humanitaria europea camino a la selva de Colombia
3 de abril de 2008Silencio en Francia. Silencio en el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR). “Esta es una misión organizada por los Gobiernos de Francia y Suiza. Nosotros no tenemos nada que ver. Sabemos que eso es lo que ha aparecido en algunos medios, pero nosotros no participamos”, comenta escuetamente a DW-WORLD Carlos Ríos, asesor de comunicación en el despacho bogotano del CICR.
También el Gobierno español forma parte de la misión enviada a América Latina para prestar atención médica a los rehenes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). “No podemos decir nada”, responde una portavoz en el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación en Madrid. Silencio en España.
Silencio absoluto. Nadie quiere poner en peligro la que sea, quizás, la última oportunidad de salvar la vida de Ingrid Betancourt.
“La misión ha comenzado”
Puede que Ingrid Betancourt esté en huelga de hambre desde febrero. Tal vez se encuentre muy enferma, con hepatitis B y leishmaniasis, o puede que muerta. Mucho sigue siendo un misterio en torno a la ex candidata presidencial, un flujo constante de rumores que circula en todas direcciones.
Pero lo cierto es que algo se está moviendo. Un avión Falcon 50 de la fuerza aérea francesa pisa supuestamente desde la madrugada suelo colombiano, con al menos un médico a bordo y representantes gubernamentales de Francia y Suiza. “España sólo participa política y diplomáticamente”, puntualizó desde Bucarest, donde se encuentran reunidos los miembros de la OTAN, José Luis Rodríguez Zapatero, jefe del Ejecutivo hispano.
“Hemos hecho todo lo humanamente posible. Ahora sólo podemos esperar que nuestros enviados especiales, el doctor, lleguen al área”, dijo el ministro galo de Asuntos Exteriores, Bernard Kouchner. “La misión humanitaria […] ha comenzado”, puede leerse en un comunicado emitido por la oficina de prensa del presidente francés, Nicolás Sakorzy. En el Ministerio de Asuntos Exteriores español dan a entender que la acción ha dejado atrás la fase preparatoria.
Más allá de eso: discreción es la divisa. El entorno de Betancourt, familiares y amigos, el Gobierno y la diplomacia franceses, presentan esta batalla como la última a librar si se desea recuperar con vida a la política.
La senda del ruido
Cuenta la rumorología que lo queda es que las FARC den la luz verde. El Gobierno colombiano, aseguró a Caracol Radio el alto comisionado para la paz, Luis Carlos Restrepo, está dispuesto a suspender sus actividades militares contra la guerrilla en cuanto Francia le diga dónde y cuándo piensa adentrarse en la selva la comitiva médica, que no sólo está destinada a Betancourt, sino a todos los secuestrados en condiciones graves de salud.
La Cruz Roja Internacional, que oficialmente no participa en la misión, dice necesitar un “acuerdo de todas las partes para salir al terreno” pero, según declaró su directora en Colombia, Barbara Hintermann, “falta la solicitud de las FARC”.
Sakorzy, para quien la liberación de su compatriota es un reto personal, recordó a la guerrilla el “peligro inminente de muerte” en el que se encuentra Betancourt. Las FARC deben de saberlo porque, según se dice, tuvieron que buscar hace una semana en un poblado atención médica para la política.
La senda de la especulación más abrupta conduce incluso hacia una puesta en libertad de Betacourt, desde hace seis años en manos de la guerrilla. Y algo así no se arriesga hablando demasiado.