Nueva perspectiva para la izquierda alemana

Acerca de la renuncia de Oskar Lafontaine, el Südeutsche Zeitung, de Múnich comenta: “Un mascarón de proa de la madera de Lafontaine era necesario para que el Partido del Socialismo Democrático (PDS), del Este alemán, y la iniciativa del Oeste alemán "Alternativa Electoral Trabajo y Justicia Social" (WASG) pudieran conformarse en una sola fuerza política a nivel nacional. Sin la frustración por las reformas programáticas de Schröder, sin el cansancio del Partido Socialdemócrata alemán y un clima anti-SPD unificado, tanto en el Este como en el Oeste, tampoco Lafontaine podría haber formado un partido nuevo, que se convirtió en el cuarto más importante del país. Por tanto, es ingenuo creer que, junto con Lafontaine, también desaparecerá ahora La Izquierda, y que el sistema partidario alemán volverá a su antigua previsibilidad. Cierto es, sin embargo, que La Izquierda se enfrenta a una gran cantidad de problemas que, en su conjunto, actúan como una amenaza existencial. Sobre todo el hecho de que, a partir de aquellas alianzas, aún no se haya constituido un partido unificado.”


La Izquierda tiembla

Por su parte, el periódico General Anzeiger, de Bonn, dice: “La Izquierda comienza a temblar. El riesgo de que su serie de éxitos políticos se quiebre debido a la conmoción causada por la salida de Oskar Lafontaine es gigantesco: a casi 100 días de las elecciones en Renania del Norte-Westfalia, se plantea, al menos en el Oeste del país, esta cuestión: ¿Cuán fuertemente consolidado está el partido La Izquierda dentro del espectro político? ¿Comienza el éxodo de los votantes hacia el viejo y conocido Partido Socialdemócrata? ¿Cuán profunda es la grieta entre la izquierda pragmática del Este alemán y la izquierda dogmática de Oskar?”


Probable coalición entre el SPD y La Izquierda

El Neue Zürcher Zeitung, de Zúrich, opina lo siguiente: “Ahora, los nuevos dirigentes del partido La Izquierda deberán ser muy hábiles como para no dejarse llevar por el fragor de los resentimientos. (…) Está claro que, con la retirada de Lafontaine, la probabilidad de una alianza entre la izquierda y la socialdemocracia a nivel nacional se hace cada vez mayor. Junto con algunas posiciones ideológicas de la izquierda, siempre se nombró a la persona del ex socialdemócrata Lafontaine como el principal obstáculo para una coalición. Quien más podría sacar provecho ahora sería Gregor Gysi, el único político famoso e indiscutido de La Izquierda.”


Los naipes se mezclan de nuevo

En su editorial, Der Standard, de Viena, escribe: “No hay motivo para comentarios maliciosos. El jefe del partido La Izquierda, Oskar Lafontaine, uno de los políticos más conocidos de Alemania, debe retirarse debido a su enfermedad. Algo así hace reflexionar hasta a sus enemigos políticos. Pero sobre todo los socialdemócratas serían hipócritas si no admitieran que, a partir de este suceso, están calculando y planificando un nuevo escenario. Lafontaine era una de las razones por las cuales el Partido Socialdemócrata (SPD) y La Izquierda no habían podido ponerse de acuerdo hasta ahora. Un gran sector del SPD no le perdonó a Lafontaine la vergüenza de haberlos abandonado, primero en 1999, siendo jefe del SPD y ministro de Finanzas, para volver, seis años después, a combatir al SPD con su nuevo partido de izquierda. Pero ahora, al abandonar Lafontaine la escena política federal, las cartas podrían mezclarse de nuevo.”

Editora: Emilia Rojas-Sasse