Osman Kavala es el fundador y presidente de la fundación cultural Anadolu Kültür y ha puesto en marcha numerosos proyectos para promover el diálogo entre diferentes culturas y comunidades y fortalecer la sociedad civil turca. También defiende los derechos de minorías, especialmente la kurda y la armenia, en Turquía. Inicialmente, el empresario fue detenido bajo la acusación de ser uno de los instigadores de las protestas de Estambul-Gezi en 2013 contra el Gobierno del presidente Erdoğan. En febrero de 2020, un tribunal lo absuelve de ese cargo. Abandona la prisión de alta seguridad de Silivri, pero horas más tarde es detenido de nuevo, esta vez acusado de intentar derrocar al Gobierno. En 2022, Kavala es condenado a cadena perpetua agravada. "Cuando escuché el veredicto, me quedé profundamente conmocionado por el estado del poder judicial y de los jueces en mi país. Hay muchos presos encarcelados o condenados por decisiones arbitrarias, y muchos llevan más tiempo que yo entre rejas", escribe Kavala desde la cárcel. Su encarcelamiento causó indignación internacional y se considera parte de una represión más amplia de la libertad de expresión y los derechos humanos en Turquía. Ya en 2019, el Tribunal Europeo de DD.HH. ordenó la puesta en libertad del activista pro derechos humanos y dejó claro que Kavala había sido detenido por motivos políticos. El reportaje de Linda Vierecke esboza un retrato de Osman Kavala con la ayuda de sus palabras y de personas cercanas. Ayşe Buğra, esposa de Kavala, describe el calvario de la pareja y Asena Günal, directora de la fundación Anadolu Kültür, cuenta lo mucho que su voz y su compromiso se echan de menos en la sociedad civil turca, especialmente tras la catástrofe del terremoto. "En la cárcel, a menudo piensas en la muerte", escribe Osman Kavala, de 65 años, a la directora de este reportaje. "Nunca tuve miedo de pasar el resto de mi vida entre rejas; pero no puedo prever cuándo me pondrán en libertad... Espero que al menos algunos de los responsables de esta injusticia tengan que responder ante los tribunales. No para satisfacer mis sentimientos de venganza, sino para evitar que este tipo de manipulación judicial se repita en el futuro".